Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


Política Nacional
(Administración de José María Guido)
Revista Primera Plana
15.01.1963

Convocatoria para lograr un régimen contrapesado, sin riesgos golpistas
Nada mejor, quizás, para comprender el momento que vive el país, que recordar las instrucciones dadas por las tres secretarios militares, en nombre de las Fuerzas Armadas, al canciller Muñiz en vísperas de su viaje a los Estados Unidos: 1) habrá elecciones; 2) se respetará el veredicto de las urnas; 3) el peronismo esta totalmente opuesto al comunismo, que es el único peligro, por lo tanto hay que encontrar la forma de integrarlo al cuerpo normal de la Nación; 4) las
experiencias de gobierno militar en el Perú y de presión militar en el Brasil, a nada conducen: en el Perú existe una profunda crisis social, política y económica; en el Brasil se ha vuelto al régimen presidencial; 5) el problema de Frondizi se resolverá apenas comience el proceso electoral.
Con este bagaje de perspectivas políticas promisorias, dentro de unos días partirá el canciller Muñiz a discutir en Washington la necesidad de que la colaboración financiera de los Estados Unidos tome en cuenta estos elementos de la inevitable estabilidad institucional del país más que los tecnicismos del Fondo Monetario. La ambición de los tres secretarios, en este sentido, es muy categórica: al margen del convenio con el Fondo previsto para la presente semana, que puede significar un reducido alivio financiero, sería imprescindible y urgente un préstamo directo de la Tesorería de los Estados Unidos al gobierno argentino.
En momentos de escribir estas líneas (la tarde del sábado último), las tres secretarías militares estaban estudiando el proyecto de decreto de convocatoria a elecciones preparado por el equipo Martínez - Grondona Hay algo indudable: cada semana que pasa, este equipo crea un hecho concreto en el camino a la solución electoral.
Es decir, que a pesar de tener intervenidos sus teléfonos por un servicio de informaciones —que les echa en cara hacer lo que jefes de ese servicio también hacen: comunicarse con Matera—, los doctores Martínez y Grondona han podido cumplir todas les etapas de un plan en cuyo resultado feliz muy pocas personas confiaban.
Habrá, pues, elecciones nacionales a todos los cargos, bajo el sistema proporcional y elección directa de los ejecutivos a través de los organismos colegiados: es decir, que hasta el intendente será electo por el respectivo Concejo Deliberante. Nuestros lectores no pueden extrañarse de este hecho, ya que en números sucesivos hemos explicado que, efectivamente, privaría este concepto en los redactores del decreto de convocatoria.
Esta circunstancia abre curiosas perspectivas: cada vez que se asistía a una reconstrucción general de nuestras instituciones después de procesos revolucionarios (1946 ó 1958) un solo partido asumía la suma del poder público. Nuestro régimen electoral, hecho sin pensar en revoluciones periódicas, había supuesto que evitaría esto mediante las diferencias de tiempo en el ejercicio de los distintos cargas electivos: presidente, 6 años; el Senado, renovable por fracciones, igual que Diputados. De modo que había una constante renovación y fluir de figuras nuevas a los organismos de gobierno o de legislación. De este modo, un triunfo presidencial no significaba, necesariamente, el dominio también de todos los resortes legislativos nacionales o de todos los resortes ejecutivos y legislativos provinciales.
Al menos en 1963, no se repetirán las experiencias de 1946 y 1958 esto se verá obviado por el régimen proporcional. De modo que incluso con la previsible formación de frentes electorales, habrá siempre, en los cuerpos legislativos, una representatividad que puede llegar a garantizar el mismo espíritu que determinó la creación de nuestro sistema electoral.

Las coaliciones
Ya con el decreto de convocatoria en la calle y las elecciones dentro de breves meses (23 de junio), queda poco tiempo para dos cosas inevitables: 1) fijar la estrategia de cada agrupación; 2) elegir los candidatos. Es evidente, también, que tal como ocurrió en Europa después de la guerra, entramos en el terreno de las coaliciones. Las noticias más fidedignas indican que ningún sector de las Fuerzas Armadas impugnará dinas coaliciones; sin embargo, seria ilusorio pretender que los candidatos designados no respondan a las necesidades reales del país, tomando precisamente en cuenta a las Fuerzas Armadas.
La coalición, que parece prácticamente decidida, es la que unirá a los partidos Conservador Popular, Justicialista y UCRI. Esta es la información suministrada el viernes en la noche, a su llegada de Madrid, por los dirigentes gremiales Andrés Framini y Augusto Vandor. Y una frase muy reveladora: "El candidato que apoyemos, eventualmente, no será producto de ningún partido, pero expresará la aspiración justicialista y a conciliación nacional". Es decir, que el peronismo cumple: no propondrá candidatos propios para los cargos ejecutivos.
Bajo la luz de esta circunstancia, y de la aparición del decreto de convocatoria la semana que se inicia será de extraordinaria actividad: deberá decidir el Frente Nacional las formas de su instrumentación, además estudiar la reducida lista de candidatos con que cuenta. Por su parte, el teniente general Aramburu deberá aclarar ya con más énfasis a sus promotores su decisión definitiva , y la UCR del Pueblo estudiar con más detenimiento las perspectivas que le ofrece su aislamiento en un régimen proporcional que inevitablemente lleva a las coaliciones.

Los solitarios
Este proceso de coaliciones electorales creará en las próximas semanas una serie de anécdotas políticas. Los observadores se preguntan qué harán para ubicarse, los solitarios de la política, que no pertenecen a ninguna agrupación pero que permanecen en la actualidad a través de diversos mecanismos de influencia: los casos más evidentes, son los señores Bengoa, Frigerio, Guevara, Cipriano Reyes, Schmuckler.
Las actitudes pueden ser sumamente contradictorias con actuaciones anteriores, por lo cual es muy difícil hacer una predicción: quizás el general Bengoa siga esperando algo; el coronel Guevara cree que, ahora es mejor un gobierno de facto; Frigerio tratará de ingresar en el Frente Nacional, donde seguramente verá violentamente rechazado tanto por la UCRI como por el peronismo, que lo consideran culpable de muchos de los males que vive el país; Cipriano Reyes es probable que siga en el olvido actual, excepto su aspiración a obtener la jubilación, y el señor Schmuckler seguramente esperará aún un tiempo más, hasta conocer la decisión final del general Aramburu.

Los militares
Pero el proceso electoral que se inicia ya, producirá anécdotas aun de otro tipo: la acción psicológica de quienes se oponen a las elecciones, irá suministrando nombres de generales azules, indicando una presunta disposición a convertirse en candidatos. El mecanismo de esta acción psicológica, según fue revelado por uno de sus creadores a un cronista de PRIMERA PLANA, será el siguiente: 1) se difundirá una presunta afirmación de Juan Perón, en el sentido de que el candidato extrapartidario debe ser algún general en actividad: 2) se difundirán presuntas opiniones de gremialistas peronistas sosteniendo esta misma tesis como mejor garantía futura para sus actividades: 3) se difundirá la versión de que el hombre elegido es el general Carlos Rosas; 4) luego se difundirá la versión de que el hombre elegido es el general Juan Enrique Guglialmelli.
Es probable que, a su vez, el Ejército tome medidas para contrarrestar esta campaña: en este sentido, en los últimos días parecía jugar un papel importante la coincidencia de las tres armas en los lineamientos generales del proceso político y la abstención categórica de sus hombres.

 

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Caricaturas de Flax (¿José Alonso?, Alende, Aramburu y Frondizi)
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