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UCRP
Convención: Clásica en la forma, elástica en el fondo; ¿Nueva línea?


Hace un tiempo apareció en los medios de la UCR del Pueblo, tan apegada a sus tradicionalismos, una figura nueva: el doctor Francisco Sánchez Jáuregui. Inmediatamente se le vio promovido en las informaciones políticas de los diarios. Durante los preparativos de la reciente Convención Nacional del radicalismo del Pueblo, el doctor Sánchez Jáuregui proponía con énfasis la abstención en las próximas elecciones, publicaba folletos y periódicos, y su sonrisa de actor de televisión aparecía en carteles pegados en la calle.
Especializado en relaciones públicas en los Estados Unidos, el doctor Sánchez Jáuregui montó un curioso aparato de promoción personal: se dedicó a cambiar bonos al valor nominal a periodistas cuyos sueldos eran abonados en "la moneda de Alsogaray"; ayudaba económicamente a otros; conquistó amigos personales por medio de atractivas señoritas que ofician de "contact-women" con dirigentes partidarios. Todo el mecanismo le permitió ser conocido entre los radicales del Pueblo. Pero el problema que se planteaba cada vez que él o algún intermediario suyo exponía su posición, es posible sintetizarlo en la frase de un caudillo porteño:
—Y ése... ¿cuántos votos tiene en su parroquia?
Porque en forma clásica, tradicional, radical, la convención nacional de la UCR del Pueblo se resolvió en un alto nivel al que llegan sólo quienes tienen votos propios. Y para llegar a esas reuniones de alto nivel, hay que golpear con "punteros". Los radicales siguen siendo radicales.
"El Frente Nacional no existe": ésta parece ser ahora la hipótesis de trabajo del Comité Nacional del radicalismo del Pueblo, y esa hipótesis de trabajo ha impuesto la "línea sinuosa" en la reciente convención nacional partidaria, al alentar una política de no cerrar ninguna puerta.
La mayoría de los diarios tituló el resultado de la convención radical del Pueblo diciendo que se había resuelto la concurrencia a comicios. En efecto, el texto de la resolución correspondiente señala que el partido se decide a "continuar su histórica lucha afrontando los comicios del 23 de junio, no obstante las circunstancias adversas que expresamente ha destacado", pero asimismo, advierte que también corresponde a la agrupación "vigilar atentamente el proceso electoral y, en el supuesto de que los hechos lo conviertan en una burla a la soberanía popular, convocar a la Honorable Convención Nacional para que considere si ha llegado el caso de resolver la abstención".
Esa formulación, que —por su trámite complicado cuando se debe adoptar una resolución urgente (exige convocatoria de la convención)— hubiera transformado en meramente declarativa la posibilidad abstencionista, se halla reforzada por otro párrafo que hace posible la no concurrencia: el artículo cuarto del despacho aprobado resuelve "delegar la decisión en una reunión plenaria de la Mesa Directiva del Comité Nacional, Mesa Directiva de la Convención Nacional y los presidentes de distritos provinciales y de la Capital Federal, en el supuesto de que resultare imposible la reunión de este cuerpo".
La precisión de los títulos periodísticos es, por lo tanto, relativa: la UCRP se ha declarado concurrencista, pero dejando su puerta abierta para una eventual abstención.
De alguna manera, lo resuelto por la Convención beneficia así las perspectivas de Pedro Eugenio Aramburu ("Correo de la Tarde" saludó su resultado con entusiasmo). La abstención, de ser finalmente resuelta (cosa que los observadores estimaban como altamente improbable), tendría un inocultable sentido "para-golpista" —toda abstención es, de alguna manera, abstención revolucionaria— pero, si declarada la abstención el "golpismo" no funciona, los sufragios del electorado radical del Pueblo se inclinarán verosímilmente por Pedro Eugenio Aramburu en forma netamente mayoritaria. Ninguna resolución ha cerrado, por otra parte, la vía a un vuelco hacia extrapartidarios en el Colegio Electoral, en caso de no haber quorum propio radical del Pueblo. También aquí el beneficiario más probable seria Aramburu.
Balbín había fijado su política en dos puntos (concurrencismo condicionado, posibilidad de acuerdos en el Colegio Electoral) y esa política fue respetada. Sin embargo, los observadores coinciden en señalar que la nueva victoria de la conducción balbinista fue parcialmente formal. Hombres como Marini, Solá, Illía, Perette, Mor Roig, Rabanal, Palmero, Parodi, Raúl Fernández y otros están impulsando en realidad una articulación más ideológica de la UCRP donde no deja de estar presente la influencia de Miguel Ángel Zavala Ortiz. Esos dirigentes están pasando a representar una línea "respetuosa" con respecto a Balbín, pero que, suavemente, tiende a superarlo.

Justicialismo
Inesperada carta abierta a las Fuerzas Armadas, y fin de una era
En la noche del jueves último, sorpresivamente, y sin que indicio previo alguno lo dejara entrever, el doctor Raúl Matera dio a conocer una "carta abierta a las Fuerzas Armadas argentinas". Una larga invocación a la reflexión y al reencuentro entre los militares y el pueblo peronista.
No menos sorpresivo es el final del documento: "A esta altura, siento el cansancio de mi mano inútilmente tendida hacia vosotros. He clamado en el desierto de vuestros resentimientos y de vuestras prevenciones, en procura de la paz que nos traiga la justicia. Ello hace más pesada mi tarea. De allí que ésta sea mi última tentativa de convocar vuestra comprensión para el servicio de la patria y su destino de grandeza. Os incito a colocaros al lado de nuestro pueblo para producir, también vosotros, el demorado milagro argentino. Esta es la voz del pueblo, que es también la voz de Dios. No cerréis vuestros oídos al clamor de la verdad. ¡Escuchadnos!... Pero si todo fuera inútil; si a este último llamado sucediera vuestro último silencio y vuestra última decisión de seguir dividiendo al país en sectores antagónicos, enfrentados y enemigos, yo habría terminado mi misión. Cerrados los caminos del diálogo y de la comprensión, condenado nuestro pueblo al sufrimiento y a la desesperanza, nada me quedaría por hacer como no sea renunciar a mis intentos y al propósito que me había atribuido y regresar entre ellos, entre los más humildes, a esperar con determinación las horas en sombras que asolarán la República."
Este párrafo final, que es una evidente despedida de la vida pública, motivó dos interpretaciones en los medios frentistas: a) una interpretación optimista indicaba que todo el Consejo Coordinador del Justicialismo, que preside Matera, será reestructurado para dar paso a la formación del Frente Nacional y Popular. Esta reestructuración lleva a la remoción de Matera, b) una interpretación pesimista indicaba que la táctica inmediata de Juan Domingo Perón sería de un endurecimiento del justicialismo hacia el gobierno y las Fuerzas Aunadas. Con su "Carta", el doctor Matera explica claramente que hizo lo imposible para que ese endurecimiento no se produjera y que el fracaso de sus gestiones lo lleva inevitablemente al alejamiento, dejando paso a una línea justicialista más dura.
Según confesó Matera a un cronista de PRIMERA PLANA, este endurecimiento podría incluso verse provocado por situaciones nuevas, como el caso del ingenio Santa Ana, ocupado por su personal al decretar el gobierno de Tucumán la liquidación del mismo. El doctor Matera temo que la aplicación indiscriminada de la Ley de Seguridad en el caso de ingenio Santa Ana llevaría a situaciones irreparables: incluso acciones terroristas incontrolables para los dirigentes gremiales justicialistas.
El doctor Matera cree también que el período de hibernación del justicialismo (son sus palabras) ha concluido, y que debe encontrarse una salida rápida para que pueda actuar en la vida cívica. Al no aparecer esta salida en forma inmediata, la función del doctor Matera habrá finalizado.

Conservadorismo
Solano Lima piensa y Fonrouge trabaja

Durante los últimos tiempos del gobierno provisional de Aramburu, se acusó a la UCRP de actuar como partido oficialista. Actualmente quien recibe tal acusación es el Partido Conservador Popular. Si bien sus dirigentes lo desmienten, varios afiliados "bajo su propia responsabilidad, por supuesto que sin relación con el partido", son propuestos para diversos cargos en las intervenciones a la provincias. Incluso, observadores malpensados, comentan sutiles venganzas políticas realizadas por intermedio del Ministerio del Interior: cuando los acontecimientos de diciembre provocaron el retiro del brigadier Cayo Alsina, entonces comandante en jefe de la Aeronáutica, los que recordaban el veto del citado jefe a la designación del doctor Sánchez Elia para la presidencia del Banco de la Provincia de Buenos Aires, no dudaron en afirmar que se solicitaría la renuncia del interventor en Corrientes, Walter Alsina. Efectivamente, "por razones de organización" antes de cumplirse un mes de la crisis de Aeronáutica, el ministro del Interior, telefónicamente, le pidió al doctor Alsina su renuncia.
Como ministro de Gobierno de la nueva intervención fue nombrado Alberto Fonrouge, líder del conservadorismo popular de Florencio Varela, de quien se dice lo une una gran amistad con el doctor Martínez. Por esa razón, quizás, diversos grupos políticos afirman que, el nuevo ministro de Gobierno de Corrientes tiene instrucciones precisas de lograr coincidencias entre peronistas, intransigentes radicales y posibles desprendimientos liberales y autonomistas. Por su parte, Vicente Solano Lima piensa pasar la semana de Carnaval en Mar del Plata, lejos del bullicio y de los rumores. Allí madurará las decisiones que tomará el conservadorismo popular y que se concretarán en los primeros días de marzo. Si su partido no integra el Frente Nacional, seguramente Lima encabezará la fórmula presidencial. Sin embargo el veterano político está seguro de que en las próximas elecciones el Partido Conservador Popular no se presentará solo.

Izquierdismo
Seis variaciones sobre un mismo tema, ¿componen una sinfonía?
Muchos observadores políticos atribuyen la poca influencia de los partidos izquierdistas no comunistas a su tendencia a dividirse. En efecto, hasta ahora, el país cuenta con no menos de cuatro partidos socialistas y dos movimientos de igual tendencia. De estas seis agrupaciones sólo una, el Socialismo Argentino, logró llevar un representante al Congreso Nacional en las elecciones posteriores a 1955. Los partidos socialistas se fueron desgajando del tronco común después del 1 de mayo de 1958, debido a los diferentes enfoques con que sus dirigentes analizaban los problemas concretos surgidos en el país y en el mundo en los últimos cinco años. De derecha a izquierda, sus expresiones son: El Partido Socialista Democrático, según sus adversarios, es "el ala derecha del conservadorismo". En realidad el tono liberal adquirido últimamente, unido a su proverbial anticlericalismo, lo emparenta con el roquismo de fines de siglo. No ayuda a destruir tal imagen el hecho de no aceptar la invitación para asistir a la "asamblea de la civilidad", por considerar inmoral "dialogar con los vestigios del régimen depuesto" (el único partido que compartió tal actitud fue la Federación de los Partidos del Centro). A pesar de no contar con un elenco de dirigentes muy extenso, en su seno existen no despreciables diferencias. Mientras los dirigentes capitalinos (Américo Ghioldi, Nicolás Repetto, Juan Antonio Solari) se mostraron durante el gobierno de Frondizi francamente golpistas, Teodoro Bronzini, el caudillo socialista de Mar del Plata, militó en la línea blanda de la oposición. Sin embargo, todos ellos integran la lista de precandidatos para el Comité Ejecutivo Nacional del partido.
• El socialismo de centro (Alfredo L. Palacios, Ramón Muñiz) se nuclea en el Partido Socialista Argentino (Casa del Pueblo). Su posición presenta analogías con la social-democracia alemana o el Labour Party británico. Son, quizás, los que mantienen más fervorosamente el recuerdo de Juan B. Justo. Posiblemente ayude a esto la presencia en el partido de Alicia Moreau de Justo. Ayudará mejor a definirlos decir que asistirán a la "asamblea de la civilidad" y que mostraron más entusiasmo que los socialistas argentinos de vanguardia con los resultados del Congreso de la C.G.T. Además, ya no hablan de Fidel Castro con tanto entusiasmo como en 1960.
• El Socialismo Argentino de Vanguardia es lo que se podría llamar el "socialismo generacional". Bajo la dirección de David Tieffenberg, secretario general del partido, publica "Sin tregua", posiblemente el periódico político de diagramación más moderna. Se encuentran más cerca del peronismo que los anteriores, pero no tanto como los socialistas de la izquierda nacional. Para junio propicia el voto en blanco con sentido revolucionario. Su apoyo a la Revolución Cubana se intensifica cada vez más.
• Intelectuales troztkistas (Jorge Abelardo Ramos, Jorge Enea Spilimbergo) dieron estructura al Partido Socialista de la Izquierda Nacional. Rechazan el "socialismo cipayo" de Juan B. Justo y tratan de canalizar a la izquierda peronista. Tampoco ellos confían en la solución electoral y se consideran ubicados a la izquierda de Moscú. Su órgano oficial es la intelectualizada revista "Izquierda Nacional".
La decepción producida por algunos actos del gobierno de Frondizi, en varios jóvenes izquierdistas que lo acompañaron hasta 1958, produjo dos desgarramientos en la UCRI.:
• El Movimiento Nacional y Popular, fundado por los "rebeldes" (todavía nada tienen que ver con el coronel Guevara) ex diputados Eduardo Rozenkrantz y Horacio Spangenberg. Cuando dirigentes democristianos propiciaron un "Frente de la Justicia Social" (ver PRIMERA PLANA, núm. 15) apoyaron con entusiasmo la idea.
• El Movimiento de Liberación Nacional de Ramón Alcalde (ex ministro de Educación de Silvestre Begnis) e Ismael Viñas (ex secretario de la intervención Romero a la Universidad de Buenos Aires y ex subdirector nacional de Cultura) se encuentra empeñado en una labor de "agitación y presión" a fin de crear la fuerza real que posibilite un enfrentamiento con el régimen actual. Huyen de todo "superizquierdismo" que "sólo trae satisfacciones de orden psicológico". Por supuesto, también propugnan la abstención revolucionaria.
PRIMERA PLANA
26 de febrero de 1963

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