El acuerdo y la proporcionalidad reemplazan a las
proscripciones Al partir con destino a Estados
Unidos, invitado por el jefe de estado mayor del Ejército de
ese país, el general Onganía expresó algunos conceptos de
los cuales vale la pena, en esta semana de inevitables
decisiones políticas, reproducir los siguientes párrafos:
"Al abandonar por pocos días el suelo de la patria, deseo
expresar la más viva esperanza en el logro de la necesaria
coincidencia de los argentinos. El duro tributo pagado por
la Nación en los últimos años exige no volver a caer en los
mismos errores. La gran empresa de la normalización
institucional del país impone la participación de todo el
pueblo argentino en esta tarea, descartando a los
extremismos de cualquier tipo, así como a toda intención
aviesa e interesada que reemplace al interés del conjunto
por el de un sector. Solamente con la coincidencia de todas
las voluntades tras objetivos comunes concretados en el
libre juego democrático y que deben ser señalados por los
hombres responsables, se podrá obtener la solución amplia
que reclama el país. Como argentino me sentiría
particularmente feliz si al regresar encontrara estas
coincidencias logradas a fin de que por este camino se
llegue a que los hombres que sean elegidos por el pueblo de
la Nación sean capaces de representar a todas las
inquietudes y aspiraciones de los ciudadanos argentinos de
pensamiento democrático". Lo curioso es que quienes
tomaron más en cuenta estas apreciaciones del comandante en
jefe del Ejército fueron les justicialistas. Iniciaron
contactos con la UCR del Pueblo y fue especialmente
importante la entrevista de los doctores Matera y Parodi.
También tomaron en cuenta esa proposición los
social-cristianos, quienes efectuaron numerosos contactos
con la Unión Ciudadana que está enrolada en las filas del
aramburismo, mientras Mario Amadeo se entrevistaba con
Ricardo Balbín. Pero nada positivo surgió de de esas
conversaciones con Ricardo Balbín. Pero nada positivo surgió
de esas conversaciones. La idea de establecer la
conciliación nacional, seguía teniendo perspectivas más
concretas en las reuniones de UCRI, justicialismo,
demócratas cristianos y conservadores populares, descontando
que, por razones obvias, ni el socialismo ni la Federación
de Partidos de Centro tienen cabida en un posible Frente
Nacional, según expresaron sus promotores. El deseo de los
justicialistas de ver a la UCR del Pueblo dentro del Frente
de conciliación es lógico: tendrían así una mayor garantía
de poder participar ellos mismos en las actividades
políticas. Sin embargo, ni siquiera el hombre en quien más
esperanzas habían depositado, el ex diputado de la UCRP
Mario Roberto, podía garantizarles un acuerdo con su
partido. Pero las declaraciones del general Onganía
dieron esperanza a otros estrategos de la política, quienes
pensaron que constituían la luz verde para organizar el
movimiento GANA (Gran Acuerdo Nacional Argentino), y
acuñaron la frase de que "GANA gana" Estos estrategos,
algunos de las FF. AA. consideran que la unión nacional debe
ser total, e impulsaron en ese sentido el discurso del
ministro Martínez. Supusieron también que el primer
ofrecimiento de GANA debía ser al general Onganía, quien lo
rechazaría, el segundo ofrecimiento podría ser al general
Aramburu, quien suponían sería rechazado por la UCRI y
justicialismo; finalmente, se buscaría un hombre de
prestigio, apolítico, empresario de éxito: como al descuido,
sugirieron el nombre del señor Pérez Companc. El primer
asombrado, fue el mismo señor Pérez Companc, quien consultó
a uno de sus amigos, experto en cuestiones políticas, el ex
senador ucrista Lebrero. Vale la pena recoger el diálogo:
Pérez Companc: Doctor Lebrero, ¿qué pensaría la UCRI si me
proponen de candidato a la presidencia de la Nación?
Lebrero: Que sería como proponer a un checoeslovaco.
Pérez Companc: No quiero ser un checoeslovaco. Me voy a la
estancia hasta que pase todo. Así comenzaba la
declinación de GANA. Y, de acuerdo a lo previsto por
observadores de mayor experiencia política, el Frente
Nacional se seguía instrumentando por su lado; el general
Aramburu seguía impulsando su candidatura a través de
reuniones cada vez más exitosas con núcleos independientes v
sectores gremiales; y la UCR del Pueblo se dedicaba a
preparar sus propias candidaturas, en el orden nacional
tanto como en el provincial. Los aspirantes a constituir
un Frente Nacional comprobaron que las especulaciones sobre
candidaturas impedían concretar una salida: decidieron
entonces resolver el "qué" (qué será el Frente), antes de
dedicarse al "quién". El domingo 3 de marzo, se reunieron
los señores Blejer (UCRI), Serrano (social-cristiano),
Güiraldes (único a quien se designa como simplemente
frentista), e Iturbe (justicialismo). El martes 5 de marzo,
se reunieron en la residencia del doctor Gómez Machado
(UCRI), el dueño de casa y los señores Blejer y Sylvestre
Begnis (UCRI), Güiraldes, Iturbe y Serrano. El jueves 7, los
señores Bengoa (candidato a presidente del novísimo
Movimiento del Frente Nacional), Miranda Gallino
(conservador popular), Sueldo y De Vedia (demócratas
cristianos), Ariotti (partido Federal), Amadeo y Serrano
(social-cristianos). El viernes 8 de marzo se reunieron les
señores Matera, Framini, Iturbe, y Tecera del Franco
(justicialistas), Gómez Machado, Sylvestre Begnis, Urangay
Blejer (UCRI), Güiraldes, Ariotti y Serrano. Este grupo
volvió a reunirse el lunes 11 de marzo, tratando de hacer
trascender el sentido de esta reunión a los periodistas
antes que el ministro Martínez pronunciara su discurso, y
antes que se reuniera nuevamente la Asamblea de la
Civilidad. Esa reunión debía ser la última secreta y, su
objetivo, pasar inmediatamente a reuniones de carácter
público, siempre sobre el tema del Frente Nacional. Los
resultados de estas conversaciones podrían resumirse del
siguiente modo: • Todos coinciden en la necesidad de
establecer una coincidencia mayoritaria del electorado
argentino a través del Frente Nacional. • Coinciden en
que los primeros pasos deben estar destinados a establecer
las Bases Programáticas, los métodos de acción y dirigir una
declaración pública al país. • Coinciden en que no deben
discutirse candidaturas en esta etapa. Cada agrupación de
las participantes tiene derecho a concurrir, hacia el mes de
abril próximo, a la mesa de discusión de las candidaturas,
con sus propios candidatos, consagrados por las
convocatorias partidarias. (Evidente triunfo de la tesis
alendista). • Coinciden en que deben ser comunes los
candidatos a presidente y vicepresidente de la República, y
los candidatos de las principales gobernaciones. Si bien no
se dijo, es sobreentendido que ninguno de estos candidatos
puede ser de extracción peronista. • Coinciden en que los
candidatos a diputados nacionales serán individuales de cada
partido. • Queda por decidir si los senadores nacionales
serán también comunes, para que la mayoría del Senado sea
representativa de la política a seguir desde el Ejecutivo
nacional. • Queda por decidir si los candidatos a
electores de presidente y vice serán comunes, para evitar
así maniobras en el Colegio Electoral. De todos modos, de
las conversaciones privadas que redactores de PRIMERA PLANA
han podido mantener con algunos de los participantes en
estas reuniones, quedó claro que seguirán intentando que el
Frente Nacional encuadre dentro del mensaje dejado por el
general Onganía antes de partir a Estados Unidos.
Seguirán manteniéndose contactos con dirigentes de la UCR
del Pueblo para que integren el Frente, así como con
sectores jóvenes de la democracia progresista. Al mismo
tiempo, se intensifican las conversaciones con numerosos
partidos provinciales, y se estimaba hacia fines de semana,
que integrarán el Frente Nacional organizaciones como el
Movimiento Popular Neuquino, el partido Radical Bloquista de
San Juan, la Unión Provincial de Salta y el partido Liberal
de Corrientes. Terminaba así una semana de gran
intensidad, y quedaba en evidencia una vez más la cantidad
de surrealismo que cabe en la política argentina ("GANA
gana"), así como la confusión formal. Pero es evidente que
las líneas profundas que alientan el panorama nacional (esas
líneas profundas que constituyen la temática informativa de
PRIMERA PLANA) son mucho más claras de lo que se presume.
Terminaba así, también, una semana de clima golpista, sin
ningún asidero real, mientras los servicios de informaciones
de las Fuerzas Armadas vigilaban a todo oficial en actividad
o retirado que viajaba a Córdoba. Terminaba, también, una
semana en la cual se concedió la personería a la Unión
Popular, en un último intento de lograr que el justicialismo
se integre a la vida democrática nacional y porque, como los
secretarios de Guerra y Aeronáutica le informaron el jueves
último al secretario de Marina, es lo que corresponde de
acuerdo con el Estatuto de los Partidos Políticos, que tuvo
la aprobación de las tres fuerzas armadas. Finalmente, en
los medios políticos, circulaba el sábado, la siguiente
expresión de humor: se afirmaba que el jefe de la Guardia de
Suizos, del Vaticano, hizo un planteo al Papa, por haber
recibido Juan XXIII al yerno de Kruschev. El Papa, al tomar
conocimiento del planteo de la Guardia Suiza, dio a conocer
un comunicado en el cual informó que en esa entrevista
defendió ante el enviado comunista el pensamiento
democrático, occidental y cristiano.
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Desde Bariloche
Nueva instancia: Frondizi apela a
la UCRI para negociar con fuerza Algo es
indudable: Arturo Frondizi, presidente depuesto el 29 de
marzo de 1962, es —a un año de su detención — uno de los
tres o cuatro argentinos que mayor poder político tienen en
el país. Perón retiene en sus manos el control del
justicialismo, posiblemente el partido que individualmente
tiene mayor caudal electoral en la Argentina, e influye
decisivamente en las determinaciones de las poderosas 62
organizaciones sindicales; Frondizi es el jefe del partido
que eventualmente — al menos según las últimas elecciones —
es la segunda fuerza política del país y su figura es eje de
posibles combinaciones con nucleamientos afines; Aramburu
interpreta a importantes sectores de la clase media liberal
y Juan Carlos Onganía es el hombre fuerte del nuevo ejército
azul. Con Mario Amadeo y, de alguna manera, con Álvaro
Alsogaray, las personalidades nombradas son — además — las
figuras que más repercusión tienen en el exterior. Un
Frente Nacional al estilo del proyectado en sucesivas
reuniones de los últimos tiempos .necesita imperiosamente
del apoyo de la Unión Cívica Radical Intransigente, único
partido, entre todos los eventuales adherentes de una
coalición de ese tipo, que reúne tres condiciones
indispensables para constituirse en eje casi irreemplazable
de una unidad de fuerzas-afines: es un partido legal, que
puede actuar a la luz pública y ser admitido como fuerza
cogobernante; tiene un apreciable caudal electoral propio y
ha estructurado un aparato político organizado en todo el
país. Ni los nacionalistas católicos moderados, ni los
conservadores populares, ni los justicia-listas suman esas
tres condiciones de viabilidad política. La posición que
adopte Arturo Frondizi ante los próximos comicios de junio
tendrá, así, un significado especial y, quizá, definitorio:
el ex presidente puede, de hecho, vetar a algunos candidatos
y volcar su influencia en favor de otros. Por de pronto,
algunos observadores insistieron reiteradamente que Frondizi
ya había "vetado" a tres postulantes a la presidencia
(Aramburu, Alsogaray y Alende) y demostrado posibles
simpatías por algunos (Amadeo, Del Carril, y otros).
Arturo Frondizi, sin embargo, no ha formulado declaraciones
públicas luego de haber sido recluido en la isla de Martín
.García, y todas las posiciones posteriores que se le
atribuyen son válidas solamente como hipótesis de trabajo,
informadas en base a deducciones y datos aislados o
episódicos. Un periodista de PRIMERA PLANA — que ya había
tenido oportunidad de conversar con Frondizi en la isla de
Martín García — mantuvo ahora dos extensos diálogos con el
ex presidente en Bariloche: el primero, en compañía de Oscar
Alende; el segundo, a solas. No obstante, las dos
conferencias entre Frondizi y el periodista no tuvieron
sentido de formulación de declaraciones y un compromiso
expreso indicaba que de ninguna manera las frases
manifestadas a título personal podían ser utilizadas como
base de un reportaje. Sin violar el pacto establecido,
PRIMERA PLANA cree, sin embargo, que puede trasmitirse —y
está obligada con sus lectores a hacerlo- el eventual
esquema operativo que informó sus diálogos con el periodista
y que, de alguna manera, explicará las actitudes que
Frondizi se proponga adoptar. Frondizi analiza la
realidad nacional desde un punto de vista "estructuralista":
es decir, no cree que, para captar los hechos cotidianos, se
pueda prescindir del contexto internacional, del contexto
económico-social y del contexto político-institucional. Las
anécdotas, sostiene siempre, no tienen valor histórico y
sólo valen en cuanto expresan una realidad dada en el plano
de una estructura global. Cuando un periodista le preguntó
en Martín García si no creía que su obstinada defensa de
Frigerio había resultado contraproducente, desde el punto de
vista de la estabilidad institucional, Frondizi contestó:
"La historia no se escribe de esa manera. Hay una lucha de
concepciones sobre lo que hay que hacer en el país. Los
intereses que se oponen al desarrollo articulan su guerra
psicológica en base a pretextos anecdóticos: si se les
quitara uno, inventarían otro... ¿O usted no cree que el
golpismo fue previo a que descubrieran que Frigerio podía
servir como excusa?" Otras constantes de Frondizi son:
a) su idea frentista, su concepto de la UCRI como fuerza
extrapartidizada al servicio de ciertas finalidades
estimadas como últimas e indispensables; b) su poco
aprecio por los caminos que se han de tomar para llegar a
esas finalidades, estimadas como últimas e indispensables; c) la ninguna importancia que da a los valores
anecdóticos (inclusive, relativamente, a la designación de
los encargados de conducir el proceso) para concretar las
mismas finalidades; d) su seguridad de que esas
finalidades serán logradas de todas maneras, pues están
insertas en el sentido del desarrollo histórico. Dentro
de ese esquema básico y teniendo en cuenta las dos
conversaciones del periodista de PRIMERA PLANA con Arturo
Frondizi, puede estimarse que los puntos de vista del ex
presidente sobre la actualidad nacional son los siguientes:
•• El proceso internacional está presentando facetas
posiblemente negativas para una política de desarrollo
argentino. La decidida actitud de de Gaulle, oponiéndose al
ingreso de Gran Bretaña al Mercado Común Europeo, ha
determinado que, por una parte, Be elaborara de contragolpe
la posibilidad de un entendimiento económico anglo-sajón en
diversas regiones del mundo subdesarrollado y, por otra
parte, que intereses tradicionales británicos, vinculados a
los grupos "agro-importadores" actuantes en el país,
canalicen su presión sobre esas naciones. En la República
podrían así articularse posibilidades de un entendimiento
limitado entre esos intereses tradicionales y otros
vinculados al desarrollo económico. La limitación de ese
entendimiento, originada en lo contradictorio de esos
intereses en la Argentina, no evitaría ciertos acuerdos
parciales que podrían significar un paso atrás. El "hecho"
cubano, a la vez, provoca un recrudecimiento de los
ultraderechismos y los maccartismos y sirve para polarizar a
las fuerzas reaccionarias. El presidente de los Estados
Unidos, sin embargo, sigue teniendo una visión perfectamente
clara de la realidad argentina. • La clase dirigente
existente en la Argentina es "increíble". Está absolutamente
desvinculada de nuestro tiempo. Es totalmente incapaz de
tener la flexibilidad de la clase dirigente italiana, por
ejemplo (capaz de aliarse a los socialistas de izquierda), o
de la clase dirigente francesa; no puede dar una solución
acorde con nuestro tiempo.br>"Un hombre como Carlos
Pellegrini sería fichado como comunista por los servicios de
informaciones, y Carlos Pellegrini fue un conservador que se
limitó a expresar para principios del siglo las necesidades
de esa clase dirigente: pasaron sesenta años, y la
mentalidad dirigente es incapaz de aceptar siquiera un
Carlos Pellegrini." Parece que un irracionalismo llevara
a las mentalidades conservadoras hacia su suicidio:
incapaces de aceptar cualquier cambio pacífico, por moderado
que fuera; incapaces de aceptar la coexistencia con el
peronismo, por "lavado" que se presente; incapaces de dar
una salida, parecen complacerse en preparar un cataclismo
que hasta ahora sólo pudo ser evitado por la magnífica
serenidad de los sectores populares. HHay dos tipos de
respuesta a los problemas del subdesarrollo pero, y es lo
fundamental, los problemas del subdesarrollo serán
finalmente superados y nuestra inepta clase dirigente
barrida del mapa, ya que no tiene cabida en la realidad
actual. Solamente un gran esfuerzo de comprensión puede
evitar que la respuesta que opere sea de tipo violento y
catastrófico. Lo indudable es que la historia, siempre,
encuentra su camino. Hasta ahora, a la clase dirigente se le
ocurre como solución, solamente, intensificar
progresivamente el maccartismo. Si se decidiera a encarcelar
a todos los comunistas, filocomunistas, cripto-comunistas y
sospechosos varios, para hacer después una política de
actualización del país, esos métodos podrían parecer
lógicos. Pero si, en cambio, se dedica solamente a la
represión, lo único que consigue es agudizar las tensiones.
Lo cierto es que la clase dirigente argentina no parece
tener soluciones que ofrecer. • La victoria del Ejército
Azul rompió la homogeneidad reaccionaria y permite entrever
la posibilidad de una salida electoral donde tengan
expresión las fuerzas nacionales y populares. Posiblemente
habrá elecciones, pero se trata de una empresa difícil. El
constante deterioro económico-social puede llevar al caos en
cualquier momento, provocar una catástrofe y, finalmente,
una dictadura.br>• Un Frente Nacional con un programa claro
es una necesidad ineludible y la UCRI debe hacer todos los
sacrificios necesarios para que se concrete. Pero no puede
afirmarse que Arturo Frondizi esté en el polo opuesto de
Oscar Alende, en cuanto a la comprensión de ese problema.
Toda la UCRI, en su conjunto, comprende la necesidad de un
Frente Nacional. Ahora bien, ese Frente Nacional debe
concretarse como experiencia viva del pueblo, por un lado,
y, además, explicitarse en una mesa de negociaciones. La
UCRI no puede llegar disminuida a la mesa de negociaciones.
(Alende señaló que los peronistas, maestros para negociar,
utilizan sus mejores cartas en las conversaciones frentistas
y la UCRI no debe renunciar a ellas.) La UCRI debe llegar
unida, coherente, fuerte, con un candidato, si así lo
deciden los órganos partidarios. Eso no quiere decir que esa
candidatura no sea declinada si las circunstancias lo
exigen. Pero no puede ser renunciada de antemano. En última
instancia, será un elemento de negociación que tendrá en sus
manos la UCRI. •• Rogelio Frigerio es un entrañable amigo
personal de Arturo Frondizi y fue colaborador directo y
hombre de confianza de su gobierno. Pero resulta abusivo
decir que todo ataque a Rogelio Frigerio es un ataque
indirecto contra Arturo Frondizi. Frigerio es una
personalidad política y Frondizi otra. En caso contrario,
podría sostenerse que todo ataque a otros hombres de
confianza y amigos personales de Arturo Frondizi, como
Vítolo y Alende, sería también un tiro por elevación contra
el ex presidente de la República. Y esa tesis es absurda.
Frondizi no es el dueño de la UCRI, pero tiene allí amigos
decisivos: si los alendistas son mayoría, no puede preverse
que lo sean contra la voluntad de Frondizi. Tampoco por la
adhesión de Frondizi, por supuesto: Frondizi se niega a
intervenir en el juego interno del partido. Si Alende es
mayoría, quiere decir simplemente que la mayoría lo apoya.
Alende no puede ser considerado antifrentista: la Junta
Reorganizadora del partido, bajo su presidencia, dispuso
adherir a las tesis del Frente Nacional. Por ahora, todo
hace pensar que Alende interpretará esos postulados y hará
los sacrificios indispensables si se plantea la posibilidad
de hacerlos. ¿Por qué Frondizi habría aceptado ahora la
conducción alendista del proceso radical intransigente? Dos
interpretaciones son posibles. Por un lado, puede afirmarse
que Frondizi, como radical, desea que su partido esté en las
mejores condiciones para negociar con las otras fuerzas
frentistas; por otro, puede señalarse que, habiéndose
asegurado Alende la mayoría, Frondizi opta por no aparecer
de cierto modo como un derrotado en el pleito interno de la
UCRI.br>PRIMERA PLANA 12 de marzo de 1963
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GGómez Machado, David Bléjer, Silvestre Begnis, Juan José
Güiraldes y Andrés Framini: Todos coinciden en la imperiosa
necesidad de aglutinar a la mayoría del electorado argentino
a través del Frente Nacional
-General Onganía: Me sentiría feliz si se encontraran
coincidencias ¡Hico! por Flax Guido- Es lindo el
jueguito, / fácil, inocente, / mas, para un ratito, / no
continuamente
Un enviado especial de PRIMERA PLANA acompañó a Oscar Alende
hasta Bariloche, y mantuvo dos conferencias con el doctor
Arturo Frondizi. Las relaciones entre los dos políticos son
ahora mucho más cordiales |
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