Política Nacional
1963
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El acuerdo y la proporcionalidad reemplazan a las proscripciones
Al partir con destino a Estados Unidos, invitado por el jefe de estado mayor del Ejército de ese país, el general Onganía expresó algunos conceptos de los cuales vale la pena, en esta semana de inevitables decisiones políticas, reproducir los siguientes párrafos:
"Al abandonar por pocos días el suelo de la patria, deseo expresar la más viva esperanza en el logro de la necesaria coincidencia de los argentinos. El duro tributo pagado por la Nación en los últimos años exige no volver a caer en los mismos errores. La gran empresa de la normalización institucional del país impone la participación de todo el pueblo argentino en esta tarea, descartando a los extremismos de cualquier tipo, así como a toda intención aviesa e interesada que reemplace al interés del conjunto por el de un sector. Solamente con la coincidencia de todas las voluntades tras objetivos comunes concretados en el libre juego democrático y que deben ser señalados por los hombres responsables, se podrá obtener la solución amplia que reclama el país. Como argentino me sentiría particularmente feliz si al regresar encontrara estas coincidencias logradas a fin de que por este camino se llegue a que los hombres que sean elegidos por el pueblo de la Nación sean capaces de representar a todas las inquietudes y aspiraciones de los ciudadanos argentinos de pensamiento democrático".
Lo curioso es que quienes tomaron más en cuenta estas apreciaciones del comandante en jefe del Ejército fueron les justicialistas. Iniciaron contactos con la UCR del Pueblo y fue especialmente importante la entrevista de los doctores Matera y Parodi. También tomaron en cuenta esa proposición los social-cristianos, quienes efectuaron numerosos contactos con la Unión Ciudadana que está enrolada en las filas del aramburismo, mientras Mario Amadeo se entrevistaba con Ricardo Balbín. Pero nada positivo surgió de de esas conversaciones con Ricardo Balbín. Pero nada positivo surgió de esas conversaciones. La idea de establecer la conciliación nacional, seguía teniendo perspectivas más concretas en las reuniones de UCRI, justicialismo, demócratas cristianos y conservadores populares, descontando que, por razones obvias, ni el socialismo ni la Federación de Partidos de Centro tienen cabida en un posible Frente Nacional, según expresaron sus promotores. El deseo de los justicialistas de ver a la UCR del Pueblo dentro del Frente de conciliación es lógico: tendrían así una mayor garantía de poder participar ellos mismos en las actividades políticas. Sin embargo, ni siquiera el hombre en quien más esperanzas habían depositado, el ex diputado de la UCRP Mario Roberto, podía garantizarles un acuerdo con su partido.
Pero las declaraciones del general Onganía dieron esperanza a otros estrategos de la política, quienes pensaron que constituían la luz verde para organizar el movimiento GANA (Gran Acuerdo Nacional Argentino), y acuñaron la frase de que "GANA gana" Estos estrategos, algunos de las FF. AA. consideran que la unión nacional debe ser total, e impulsaron en ese sentido el discurso del ministro Martínez. Supusieron también que el primer ofrecimiento de GANA debía ser al general Onganía, quien lo rechazaría, el segundo ofrecimiento podría ser al general Aramburu, quien suponían sería rechazado por la UCRI y justicialismo; finalmente, se buscaría un hombre de prestigio, apolítico, empresario de éxito: como al descuido, sugirieron el nombre del señor Pérez Companc.
El primer asombrado, fue el mismo señor Pérez Companc, quien consultó a uno de sus amigos, experto en cuestiones políticas, el ex senador ucrista Lebrero. Vale la pena recoger el diálogo:
Pérez Companc: Doctor Lebrero, ¿qué pensaría la UCRI si me proponen de candidato a la presidencia de la Nación?
Lebrero: Que sería como proponer a un checoeslovaco.
Pérez Companc: No quiero ser un checoeslovaco. Me voy a la estancia hasta que pase todo.
Así comenzaba la declinación de GANA. Y, de acuerdo a lo previsto por observadores de mayor experiencia política, el Frente Nacional se seguía instrumentando por su lado; el general Aramburu seguía impulsando su candidatura a través de reuniones cada vez más exitosas con núcleos independientes v sectores gremiales; y la UCR del Pueblo se dedicaba a preparar sus propias candidaturas, en el orden nacional tanto como en el provincial.
Los aspirantes a constituir un Frente Nacional comprobaron que las especulaciones sobre candidaturas impedían concretar una salida: decidieron entonces resolver el "qué" (qué será el Frente), antes de dedicarse al "quién". El domingo 3 de marzo, se reunieron los señores Blejer (UCRI), Serrano (social-cristiano), Güiraldes (único a quien se designa como simplemente frentista), e Iturbe (justicialismo). El martes 5 de marzo, se reunieron en la residencia del doctor Gómez Machado (UCRI), el dueño de casa y los señores Blejer y Sylvestre Begnis (UCRI), Güiraldes, Iturbe y Serrano. El jueves 7, los señores Bengoa (candidato a presidente del novísimo Movimiento del Frente Nacional), Miranda Gallino (conservador popular), Sueldo y De Vedia (demócratas cristianos), Ariotti (partido Federal), Amadeo y Serrano (social-cristianos). El viernes 8 de marzo se reunieron les señores Matera, Framini, Iturbe, y Tecera del Franco (justicialistas), Gómez Machado, Sylvestre Begnis, Urangay Blejer (UCRI), Güiraldes, Ariotti y Serrano. Este grupo volvió a reunirse el lunes 11 de marzo, tratando de hacer trascender el sentido de esta reunión a los periodistas antes que el ministro Martínez pronunciara su discurso, y antes que se reuniera nuevamente la Asamblea de la Civilidad. Esa reunión debía ser la última secreta y, su objetivo, pasar inmediatamente a reuniones de carácter público, siempre sobre el tema del Frente Nacional.
Los resultados de estas conversaciones podrían resumirse del siguiente modo:
• Todos coinciden en la necesidad de establecer una coincidencia mayoritaria del electorado argentino a través del Frente Nacional.
• Coinciden en que los primeros pasos deben estar destinados a establecer las Bases Programáticas, los métodos de acción y dirigir una declaración pública al país.
• Coinciden en que no deben discutirse candidaturas en esta etapa. Cada agrupación de las participantes tiene derecho a concurrir, hacia el mes de abril próximo, a la mesa de discusión de las candidaturas, con sus propios candidatos, consagrados por las convocatorias partidarias. (Evidente triunfo de la tesis alendista).
• Coinciden en que deben ser comunes los candidatos a presidente y vicepresidente de la República, y los candidatos de las principales gobernaciones. Si bien no se dijo, es sobreentendido que ninguno de estos candidatos puede ser de extracción peronista.
• Coinciden en que los candidatos a diputados nacionales serán individuales de cada partido.
• Queda por decidir si los senadores nacionales serán también comunes, para que la mayoría del Senado sea representativa de la política a seguir desde el Ejecutivo nacional.
• Queda por decidir si los candidatos a electores de presidente y vice serán comunes, para evitar así maniobras en el Colegio Electoral.
De todos modos, de las conversaciones privadas que redactores de PRIMERA PLANA han podido mantener con algunos de los participantes en estas reuniones, quedó claro que seguirán intentando que el Frente Nacional encuadre dentro del mensaje dejado por el general Onganía antes de partir
a Estados Unidos. Seguirán manteniéndose contactos con dirigentes de la UCR del Pueblo para que integren el Frente, así como con sectores jóvenes de la democracia progresista. Al mismo tiempo, se intensifican las conversaciones con numerosos partidos provinciales, y se estimaba hacia fines de semana, que integrarán el Frente Nacional organizaciones como el Movimiento Popular Neuquino, el partido Radical Bloquista de San Juan, la Unión Provincial de Salta y el partido Liberal de Corrientes.
Terminaba así una semana de gran intensidad, y quedaba en evidencia una vez más la cantidad de surrealismo que cabe en la política argentina ("GANA gana"), así como la confusión formal. Pero es evidente que las líneas profundas que alientan el panorama nacional (esas líneas profundas que constituyen la temática informativa de PRIMERA PLANA) son mucho más claras de lo que se presume.
Terminaba así, también, una semana de clima golpista, sin ningún asidero real, mientras los servicios de informaciones de las Fuerzas Armadas vigilaban a todo oficial en actividad o retirado que viajaba a Córdoba.
Terminaba, también, una semana en la cual se concedió la personería a la Unión Popular, en un último intento de lograr que el justicialismo se integre a la vida democrática nacional y porque, como los secretarios de Guerra y Aeronáutica le informaron el jueves último al secretario de Marina, es lo que corresponde de acuerdo con el Estatuto de los Partidos Políticos, que tuvo la aprobación de las tres fuerzas armadas.
Finalmente, en los medios políticos, circulaba el sábado, la siguiente expresión de humor: se afirmaba que el jefe de la Guardia de Suizos, del Vaticano, hizo un planteo al Papa, por haber recibido Juan XXIII al yerno de Kruschev. El Papa, al tomar conocimiento del planteo de la Guardia Suiza, dio a conocer un comunicado en el cual informó que en esa entrevista defendió ante el enviado comunista el pensamiento democrático, occidental y cristiano.

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Desde Bariloche
Nueva instancia: Frondizi apela a la UCRI para negociar con fuerza

Algo es indudable: Arturo Frondizi, presidente depuesto el 29 de marzo de 1962, es —a un año de su detención — uno de los tres o cuatro argentinos que mayor poder político tienen en el país. Perón retiene en sus manos el control del justicialismo, posiblemente el partido que individualmente tiene mayor caudal electoral en la Argentina, e influye decisivamente en las determinaciones de las poderosas 62 organizaciones sindicales; Frondizi es el jefe del partido que eventualmente — al menos según las últimas elecciones — es la segunda fuerza política del país y su figura es eje de posibles combinaciones con nucleamientos afines; Aramburu interpreta a importantes sectores de la clase media liberal y Juan Carlos Onganía es el hombre fuerte del nuevo ejército azul. Con Mario Amadeo y, de alguna manera, con Álvaro Alsogaray, las personalidades nombradas son — además — las figuras que más repercusión tienen en el exterior.
Un Frente Nacional al estilo del proyectado en sucesivas reuniones de los
últimos tiempos .necesita imperiosamente del apoyo de la Unión Cívica Radical Intransigente, único partido, entre todos los eventuales adherentes de una coalición de ese tipo, que reúne tres condiciones indispensables para constituirse en eje casi irreemplazable de una unidad de fuerzas-afines: es un partido legal, que puede actuar a la luz pública y ser admitido como fuerza cogobernante; tiene un apreciable caudal electoral propio y ha estructurado un aparato político organizado en todo el país. Ni los nacionalistas católicos moderados, ni los conservadores populares, ni los justicia-listas suman esas tres condiciones de viabilidad política. La posición que adopte Arturo Frondizi ante los próximos comicios de junio tendrá, así, un significado especial y, quizá, definitorio: el ex presidente puede, de hecho, vetar a algunos candidatos y volcar su influencia en favor de otros. Por de pronto, algunos observadores insistieron reiteradamente que Frondizi ya había "vetado" a tres postulantes a la presidencia (Aramburu, Alsogaray y Alende) y demostrado posibles simpatías por algunos (Amadeo, Del Carril, y otros).
Arturo Frondizi, sin embargo, no ha formulado declaraciones públicas luego de haber sido recluido en la isla de Martín .García, y todas las posiciones posteriores que se le atribuyen son válidas solamente como hipótesis de trabajo, informadas en base a deducciones y datos aislados o episódicos.
Un periodista de PRIMERA PLANA — que ya había tenido oportunidad de conversar con Frondizi en la isla de Martín García — mantuvo ahora dos extensos diálogos con el ex presidente en Bariloche: el primero, en compañía de Oscar Alende; el segundo, a solas. No obstante, las dos conferencias entre Frondizi y el periodista no tuvieron sentido de formulación de declaraciones y un compromiso expreso indicaba que de ninguna manera las frases manifestadas a título personal podían ser utilizadas como base de un reportaje. Sin violar el pacto establecido, PRIMERA PLANA cree, sin embargo, que puede trasmitirse —y está obligada con sus lectores a hacerlo- el eventual esquema operativo que informó sus diálogos con el periodista y que, de alguna manera, explicará las actitudes que Frondizi se proponga adoptar.
Frondizi analiza la realidad nacional desde un punto de vista "estructuralista": es decir, no cree que, para captar los hechos cotidianos, se pueda prescindir del contexto internacional, del contexto económico-social y del contexto político-institucional. Las anécdotas, sostiene siempre, no tienen valor histórico y sólo valen en cuanto expresan una realidad dada en el plano de una estructura global. Cuando un periodista le preguntó en Martín García si no creía que su obstinada defensa de Frigerio había resultado contraproducente, desde el punto de vista de la estabilidad institucional, Frondizi contestó:
"La historia no se escribe de esa manera. Hay una lucha de concepciones sobre lo que hay que hacer en el país. Los intereses que se oponen al desarrollo articulan su guerra psicológica en base a pretextos anecdóticos: si se les quitara uno, inventarían otro... ¿O usted no cree que el golpismo fue previo a que descubrieran que Frigerio podía servir como excusa?"
Otras constantes de Frondizi son:
a) su idea frentista, su concepto de la UCRI como fuerza extrapartidizada al servicio de ciertas finalidades estimadas como últimas e indispensables;
b) su poco aprecio por los caminos que se han de tomar para llegar a esas finalidades, estimadas como últimas e indispensables;
c) la ninguna importancia que da a los valores anecdóticos (inclusive, relativamente, a la designación de los encargados de conducir el proceso) para concretar las mismas finalidades;
d) su seguridad de que esas finalidades serán logradas de todas maneras, pues están insertas en el sentido del desarrollo histórico.
Dentro de ese esquema básico y teniendo en cuenta las dos conversaciones del periodista de PRIMERA PLANA con Arturo Frondizi, puede estimarse que los puntos de vista del ex presidente sobre la actualidad nacional son los siguientes:
•• El proceso internacional está presentando facetas posiblemente negativas para una política de desarrollo argentino. La decidida actitud de de Gaulle, oponiéndose al ingreso de Gran Bretaña al Mercado Común Europeo, ha determinado que, por una parte, Be elaborara de contragolpe la posibilidad de un entendimiento económico anglo-sajón en diversas regiones del mundo subdesarrollado y, por otra parte, que intereses tradicionales británicos, vinculados a los grupos "agro-importadores" actuantes en el país, canalicen su presión sobre esas naciones. En la República podrían así articularse posibilidades de un entendimiento limitado entre esos intereses tradicionales y otros vinculados al desarrollo económico. La limitación de ese entendimiento, originada en lo contradictorio de esos intereses en la Argentina, no evitaría ciertos acuerdos parciales que podrían significar un paso atrás. El "hecho" cubano, a la vez, provoca un recrudecimiento de los ultraderechismos y los maccartismos y sirve para polarizar a las fuerzas reaccionarias. El presidente de los Estados Unidos, sin embargo, sigue teniendo una visión perfectamente clara de la realidad argentina.
• La clase dirigente existente en la Argentina es "increíble". Está absolutamente desvinculada de nuestro tiempo. Es totalmente incapaz de tener la flexibilidad de la clase dirigente italiana, por ejemplo (capaz de aliarse a los socialistas de izquierda), o de la clase dirigente francesa; no puede dar una solución acorde con nuestro tiempo.br>"Un hombre como Carlos Pellegrini sería fichado como comunista por los servicios de informaciones, y Carlos Pellegrini fue un conservador que se limitó a expresar para principios del siglo las necesidades de esa clase dirigente: pasaron sesenta años, y la mentalidad dirigente es incapaz de aceptar siquiera un Carlos Pellegrini."
Parece que un irracionalismo llevara a las mentalidades conservadoras hacia su suicidio: incapaces de aceptar cualquier cambio pacífico, por moderado que fuera; incapaces de aceptar la coexistencia con el peronismo, por "lavado" que se presente; incapaces de dar una salida, parecen complacerse en preparar un cataclismo que hasta
ahora sólo pudo ser evitado por la magnífica serenidad de los sectores populares.
HHay dos tipos de respuesta a los problemas del subdesarrollo pero, y es lo fundamental, los problemas del subdesarrollo serán finalmente superados y nuestra inepta clase dirigente barrida del mapa, ya que no tiene cabida en la realidad actual. Solamente un gran esfuerzo de comprensión puede evitar que la respuesta que opere sea de tipo violento y catastrófico. Lo indudable es que la historia, siempre, encuentra su camino. Hasta ahora, a la clase dirigente se le ocurre como solución, solamente, intensificar progresivamente el maccartismo. Si se decidiera a encarcelar a todos los comunistas, filocomunistas, cripto-comunistas y sospechosos varios, para hacer después una política de actualización del país, esos métodos podrían parecer lógicos. Pero si, en cambio, se dedica solamente a la represión, lo único que consigue es agudizar las tensiones. Lo cierto es que la clase dirigente argentina no parece tener soluciones que ofrecer.
• La victoria del Ejército Azul rompió la homogeneidad reaccionaria y permite entrever la posibilidad de una salida electoral donde tengan expresión las fuerzas nacionales y populares. Posiblemente habrá elecciones, pero se trata de una empresa difícil. El constante deterioro económico-social puede llevar al caos en cualquier momento, provocar una catástrofe y, finalmente, una dictadura.br>• Un Frente Nacional con un programa claro es una necesidad ineludible y la UCRI debe hacer todos los sacrificios necesarios para que se concrete. Pero no puede afirmarse que Arturo Frondizi esté en el polo opuesto de Oscar Alende, en cuanto a la comprensión de ese problema. Toda la UCRI, en su conjunto, comprende la necesidad de un Frente Nacional. Ahora bien, ese Frente Nacional debe concretarse como experiencia viva del pueblo, por un lado, y, además, explicitarse en una mesa de negociaciones. La UCRI no puede llegar disminuida a la mesa de negociaciones. (Alende señaló que los peronistas, maestros para negociar, utilizan sus mejores cartas en las conversaciones frentistas y la UCRI no debe renunciar a ellas.) La UCRI debe llegar unida, coherente, fuerte, con un candidato, si así lo deciden los órganos partidarios. Eso no quiere decir que esa candidatura no sea declinada si las circunstancias lo exigen. Pero no puede ser renunciada de antemano. En última instancia, será un elemento de negociación que tendrá en sus manos la UCRI.
•• Rogelio Frigerio es un entrañable amigo personal de Arturo Frondizi y fue colaborador directo y hombre de confianza de su gobierno. Pero resulta abusivo decir que todo ataque a Rogelio Frigerio es un ataque indirecto contra Arturo Frondizi. Frigerio es una personalidad política y Frondizi otra. En caso contrario, podría sostenerse que todo ataque a otros hombres de confianza y amigos personales de Arturo Frondizi, como Vítolo y Alende, sería también un tiro por elevación contra el ex presidente de la República. Y esa tesis es absurda. Frondizi no es el dueño de la UCRI, pero tiene allí amigos decisivos: si los alendistas son mayoría, no puede preverse que lo sean contra la voluntad de Frondizi. Tampoco por la adhesión de Frondizi, por supuesto: Frondizi se niega a intervenir en el juego interno del partido. Si Alende es mayoría, quiere decir simplemente que la mayoría lo apoya. Alende no puede ser considerado antifrentista: la Junta Reorganizadora del partido, bajo su presidencia, dispuso adherir a las tesis del Frente Nacional. Por ahora, todo hace pensar que Alende interpretará esos postulados y hará los sacrificios indispensables si se plantea la posibilidad de hacerlos.
¿Por qué Frondizi habría aceptado ahora la conducción alendista del proceso radical intransigente? Dos interpretaciones son posibles. Por un lado, puede afirmarse que Frondizi, como radical, desea que su partido esté en las mejores condiciones para negociar con las otras fuerzas frentistas; por otro, puede señalarse que, habiéndose asegurado Alende la mayoría, Frondizi opta por no aparecer de cierto modo como un derrotado en el pleito interno de la UCRI.br>PRIMERA PLANA
12 de marzo de 1963

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