Los entretelones aclaran inesperadas decisiones y respuestas
algo vagas.
Fatigado un poco, al igual que muchos
ciudadanos argentinos, por las respuestas evasivas de los
funcionarios, el humorista Landrú produjo en cierta ocasión la
siguiente humorada: Periodista: Le ruego que conteste sí o no.
Funcionario: Ni. En la noche del viernes último, los periodistas
interrogaron al secretario de Marina sobre la existencia de una
presentación de esa arma solicitando que el fiscal del Estado apele
la resolución por la cual se concedió personería a la Unión Popular.
El vicealmirante Garzoni respondió: "Esa presentación ni existe ni
no existe". Como saben perfectamente todos los medios políticos,
la presentación fue hecha en forma oficial a comienzos de la semana
anterior por la secretaría de Marina, y consta de 18 puntos. Provocó
sorpresa en los secretarios de Guerra Y Aeronáutica, ya que en
diversas conversaciones se había coincidido en que la aplicación
normal del Estatuto de los Partidos Políticos, estatuto aceptado por
la Marina, preveía el otorgamiento de la personería a la Unión
Popular. La discusión del tema quedó postergada para la reunión del
gabinete militar del viernes último y, en esa fecha, ante el hecho
de que la situación seguía estacionaria, se resolvió que cada
Secretario consultara a sus mandos, para volver a reunirse con un
nuevo balance entre los días domingo y lunes, y resolver en
consecuencia. Al cerrar la edición de PRIMERA PLANA, esa era la
situación, y al llegar nuestra publicación a manos de los lectores,
la decisión ya habrá sido tomada. No tiene mucho sentido hacer
predicciones. Pero, en verdad, esos son los aspectos formales de
la situación. Hay, además, otras cosas. A partir del momento en que
la Marina formula su presentación, una vasta ola de rumores asoló al
país, y los teléfonos de PRIMERA PLANA sonaron con la misma
intensidad que los de los servicios de informaciones de las tres
armas, y de sus estados mayores. Una vez más, quedó demostrado que
los mecanismos de la acción psicológica han sido de tal modo
perfeccionados en la Argentina, que son capaces de detener al país y
hacerle temer incluso el estallido de una guerra. El Estado Mayor
del Ejército tenía dificultades en formular un cuadro coherente de
la situación, y su jefe, el general Salas Martínez, acostumbrados
por la experiencia de setiembre a no correr riesgos, ordenaba una
serie de medidas que la Ley de Seguridad impide exponer en detalle.
Diarios que siguen con atención escrupulosa y responsabilidad
desusada los acontecimientos argentinos, como "Le Monde" de París, y
el "Frankfurter Allgemeine" de Frankfurt, también encontraban
dificultades en hacer una apreciación coherente de la situación, y
la opinión pública, prácticamente sin información de fondo, extraía
sus propias conclusiones por el método comparativo: 1) estamos en
marzo, igual que en marzo de 1962; 2) hay un festival de Cine en Mar
del Plata, igual que en marzo de 1962; 3) hay un Mountbatten en el
país, igual que en marzo de 1962, cuando nos visitó el príncipe
Felipe. Pero también estos son los aspectos formales de la
situación. En verdad, los servicios de informaciones preveían que en
el momento que se concediera la personería a la Unión Popular,
respetando las normas del Estatuto de los Partidos Políticos, se
podrían producir hechos que afectaran la estabilidad del gobierno...
En previsión de esos hechos, Ejército y Aeronáutica tomaron medidas
precautorias en las últimas dos semanas. Numerosos radiogramas
explicaron la posición de las dos armas a los mandos, enfatizando en
todo caso la necesidad de una salida electoral y de encontrar un
"camino negociado" para que el peronismo logre paulatinamente
ingresar en el cuerpo normal de la Nación. Los dos episodios
castrenses más destacados, fueron el resultado de sendas medidas
preventivas: • Los arrestos realizados en Aeronáutica por orden
del brigadier Mac Loughlin; • El desplazamiento de tanques
realizado por el coronel López Aufranc en Magdalena. Este episodio
es un poco más complejo. El día jueves último, un avión naval
sobrevoló el C8, regimiento de tanques de Magdalena. Su jefe, el
coronel López Aufranc, figura decisiva en los acontecimientos de
setiembre, desplazó su unidad en el área, colocándola en posición de
combate. Inmediatamente envió un emisario a la base aeronaval vecina
de Punta Indio, solicitando explicaciones sobre el vuelo, y al mismo
tiempo informó de los hechos a Campo de Mayo, donde rápidamente se
realizaron aprestos. En Punta Indio se explicó al oficial del C 8
que se trataba de un vuelo de rutina. En cuanto a la acción
psicológica más destacada de la semana de rumores tuvo por objetivo
al comandante en jefe accidental del Ejército, general Carlos Rosas.
Una carta apócrifa, adjudicada al general Rosas y dirigida al
ministro Martínez, siguiendo una línea argumental coincidente con la
presentación de la Secretaría de Marina llegó a manos del director
del diario "El Mundo". Quizá nada más que una casualidad permitió
evitar su publicación: la serie de desmentidas que hubiera motivado
dicha publicación habría agregado nuevos elementos el clima que se
vivía. Hacia el fin de la semana, en fuentes fidedignas, se
insistía en que la Marina se mostraba más elástica y consideraba que
había sido un error que el peronismo eligiera el nombre de Unión
Popular para actuar en las próximas elecciones: ese nombre
despertaba recuerdos urticantes, ya que había llevado a Framini al
triunfo en las elecciones de marzo de 1962. Por su parte, altos
mandos del Ejército y de la Aeronáutica, estimaban que el problema
del nombre era apenas un detalle en algo de fondo: preferían que se
resolviera ese algo, ya que creían, además, que en verdad era ese
algo lo que estaba en juego; retroceder en el problema del nombre
sería retroceder en todo y dar pie a la inquietud de la opinión
pública sobre la seriedad de la convocatoria a elecciones. Los
partidos políticos se apresuraban a confesar que no impugnarían la
personería de la Unión Popular: lo consideraban un hecho necesario.
Si ése era el panorama en las esferas militares, los comentarios de
los observadores políticos que se pudieron recoger por entre la
maraña de versiones sin confirmación tenían otras características.
Los elementos de juicio que esgrimían los políticos eran los
siguientes: • Algunos oficiales de las FF. AA. estiman que debe
haber "Unión Nacional o nada". Es decir, que el Frente Nacional
tendría viabilidad si ingresaba en el mismo la UCRP y, por lo tanto,
ante el peligro de caer en la desconocida "nada", se convertía a la
UCRP en al árbitro de la situación. Se produciría así, bajo otras
formas, la situación política de 1957/58, cuando se estimaba que los
candidatos de la Revolución Libertadora eran los integrantes de la
fórmula de la UCRP. • En caso de no permitirse al peronismo
participar en forma condicionada en las elecciones —condicionamiento
ya aceptado por el peronismo—, se debía recurrir necesariamente a la
proscripción. En este caso podían ocurrir dos cosas: 1) que el
peronismo volcara su caudal electoral en favor de candidatos
castristas disimulados en partidos aceptados por la justicia
electoral, como ocurrió en la elección de intendente, de la
localidad de Añatuya; 2) que todos los partidos políticos —con muy
pocas excepciones— se lanzaran a una conquista del voto peronista
que provocaría una ola de "peronismo sin el peronismo", con
derivaciones insospechadas; algunos voceros del aramburismo y de la
UCRP no rechazarían la inclusión de peronistas moderados en sus
respectivos gabinetes presidenciales. Es decir, que se abriría al
peronismo la posibilidad de ser el árbitro de la situación y, por lo
tanto, de exigir posiciones mucho mayores que las solicitadas a
Frondizi en el pacto de 1958, y que las solicitadas en las
negociaciones realizadas para la formación del Frente Nacional.
Cualquiera sea la solución que arbitren las Fuerzas Armadas al
problema de la personería para la Unión Popular, era evidente de que
no existían condiciones para una revolución, golpe o caída del
gobierno, si bien se preveía la posibilidad de que la Marina se
retirara del proceso electoral y político si su posición no era
aceptada. Hacia fines de semana, los promotores de salidas
revolucionarias aceptaban ante diversos cronistas de PRIMERA PLANA
que las fechas propuestas para mediados de marzo ya eran obsoletas,
y suministraban nuevas fechas: las más remotas llegaban hasta el 15
de abril, si bien algunos estimaban que hasta mediados de mayo no
debía desecharse esa posibilidad. Por su parte, el ejército azul
recibía con un suspiro de alivio el regreso del comandante en jefe,
general Onganía, y comenzaba en sus filas el análisis de una nueva
perspectiva: el papel que debe jugar la Argentina en el ámbito
interamericano. Dos condiciones parecían necesarias para que esa
perspectiva se cumpla: estabilidad institucional y supresión de las
causas que podrían impulsar a los sectores populares a salidas
revolucionarias. Además, se imponía sustancialmente una convicción:
la "nada" no podía ser el destino de la Argentina en un momento
histórico concebido para el desarrollo apresurado de los pueblos de
América. Este concepto, aún sin ir entrecomillado, es prácticamente
una reproducción exacta de lo formulado en ese ámbito. Entramos,
así, en la segunda quincena de los idus de marzo.
*.*.*.*.*.*.*
UCRI ¿Nuevo terceto para negociar
con Iturbe? Oscar Alende será, seguramente, el candidato propuesto
por la UCRI a los demás partidos del Frente Nacional. Sin embargo,
la "candidatura" alendista tendrá apenas el valor de una
precandidatura, ya que si el "Frente" realmente se establece como
una coalición orgánica de partidos, sólo entonces se elegirá, de
común acuerdo, el candidato definitivo. La mecánica del proceso,
según estimaban a mediados de semana los observadores ucristas,
sería la siguiente: UCRI propondrá como candidato a Oscar Alende; el
justicialismo, al coronel Zavalla; ambos serían respectivamente
vetados y se convendría en una solución intermedia Eso es, se
retomaría el tema del extrapartidario. Por de pronto, se entendía
en círculos alendistas que el terceto negociador designado en primer
término (Alende, Sylvestre Begnis y Uranga), ampliado luego a cinco
miembros (incluyendo a Abel Costa y Gómez Machado) sería reemplazado
por otro compuesto por tres alendistas: Julio Oyhanarte, Osvaldo
Horacio Domingorena e Ideler Tonelli. La nómina se repetía en una
casa, cerca de Palermo, Sin que nadie descartara variantes para
cuando llegara el momento de las decisiones definitivas. El
vigoroso e inesperado repunte de las acciones alendistas
—producido durante los últimos días— no había alterado, sin embargo,
el esquema básico: si hay Frente Nacional, difícilmente el candidato
sea un afiliado a uno de los grandes partidos que lo integran.
*.*.*.*.*.*.*
Renuncias
Zavala Ortiz: "Se violó el acuerdo" En el radicalismo
del Pueblo están apareciendo poderosas fuerzas centrípetas y
centrífugas: la principal fuerza centrípeta, por supuesto, es
Ricardo Balbín, encargado de dar todos los pasos necesarios para que
la mayor cantidad posible de radicales del pueblo sigan en el
radicalismo del Pueblo. Las fuerzas centrífugas, a la vez, se
dividen en las impulsantes hacia la órbita golpista y
en las impulsantes hacia la órbita del Frente Nacional. Como
fuerza centrípeta, Balbín negoció con Illía y homogeneizó al partido
con el pan-radical sector intransigente nacional de Córdoba; negoció
con Perette y mantuvo sólido el frente del litoral, y negocia con
Parodi, sobre bases de una eventual candidatura a la gobernación de
Buenos Aires. Las fuerzas centrífugas impulsaban por otro lado a
Ricardo Lavalle, Mario Roberto, Julián Sancerni Jiménez y Rabanal a
mantener entrevistas que los hicieron aparecer públicamente como
cercanos a la política del Frente Nacional. Dos detonaciones
sacudieron, además, el juego de bipolaridad centrípeto-centrífugo en
la UCR del Pueblo: Parry, que manifestó formalmente, "en nombre de
los radicales que quieren un radicalismo unido", su deseo de
participar en el Frente Nacional, y Miguel Ángel Zavala Ortiz, que
renunció espectacular e imprevistamente a su afiliación partidaria.
La renuncia de Zavala Ortiz desconcertó a los observadores
políticos. No podía ser vinculada, evidentemente, ni a contactos con
el Frente Nacional ni a un reacercamiento a los "golpistas de
derecha" del partido. Sin embargo, sus ideas económico-sociales (a
despecho de la imagen que se ha creado sobre un Zavala Ortiz
"reaccionario") y sus actitudes en pro de una política de
conciliación nacional, hicieron que muchos imaginaran un posible
entendimiento con el frentismo que integran, entre otros, sus viejos
adversarios peronistas y frondizistas. Entre hoy y mañana, Zavala
Ortiz explicará los motivos de su renuncia y señalará el carácter de
irreversible de su determinación. El dirigente radical sostiene
que su posición no está motivada por ningún contacto con el
frentismo. "Es una actitud sorpresiva para mí mismo", dice, pero "no
es del todo sorpresiva si se considera que vengo repitiendo que hay
que actualizar el partido, donde sigue predominando el criterio
electoralista y las trenzas de caudillos y no hay interés por las
realidades del país." El factor determinante de la renuncia de
Zavala Ortiz es el procedimiento seguido para proclamar la fórmula
Illía-Perette. Zavala Ortiz no llegó al enfrentamiento interno, pues
se le había asegurado que podía aceptarse una solución de transición
intransigente-unionista (Illía-Zavala Ortiz) con un claro programa
económico-social. Imprevistamente, los dirigentes reunidos no
protocolizaron el acuerdo, sino que fueron a una votación "sui
generis" entre invitados de Arturo Illía. Allí Zavala Ortiz "no
invitó a nadie ni designó representantes", según expresa. Si hubiera
querido ir a una votación —señala—, hubiera llegado al
enfrentamiento en el partido, ya que "tengo fuerza y, sobre todo,
tengo ideas para eso".
*.*.*.*.*.*.*
Almuerzos Invitaciones a todas las posibilidades
A 93 días de las elecciones nacionales no se vislumbra con seguridad
quiénes serán los candidatos definitivos a presidente de la
República. Esta inseguridad fue vivida la última semana por los
directivos de la Cámara de Anunciantes, quienes se propusieron
invitar en sus almuerzos mensuales a todos los candidatos oficiales. La serie se
inició con el general Aramburu, la semana pasada, quien impresionó a
un nutrido grupo de empresarios porque dio a entender que lo
esencial para un país es un gobierno fuerte. Los empresarios
asimilaron ese concepto a un gobierno estable, y había consenso
general que sin gobierno estable no habrá posibilidades económicas
serias para la Argentina. Pero la elección del próximo invitado
se hace más difícil; si bien el general Aramburu no es un candidato
consagrado oficialmente, al menos es un categórico aspirante a la
primera magistratura. Los directivos de la Cámara de Anunciantes
pensaron que quizá dentro de esa tesitura podrían invitar para el
almuerzo del segundo martes de abril al doctor Arturo Illía: no ha
sido consagrado oficialmente candidato por la UCRP, pero se
descuenta que su candidatura no tendrá inconvenientes en las
próximas elecciones internas de la agrupación. Quedaba así, para el
segundo martes de mayo, el doctor Alende, presumiblemente candidato
de la UCRI, a menos que hubiera antes definiciones en el ámbito del
Frente Nacional. Pero todo seguía desarrollándose dentro de las
dudas que despierta el panorama político nacional. Por lo tanto, y
cortando un poco por lo sano, los directivos de la Cámara de
Anunciantes pensaban- si no convendría adaptarse al clima que reina
en toda la opinión pública, e invitar para el segundo martes de
abril al general Onganía. Es cierto que no es candidato a presidente
— y ha dado suficientes muestras de que no desea serlo—, pero no es
menos cierto que es comandante en jefe del Ejército, y en estos
momentos eso tiene ya de por sí un importante significado.
*.*.*.*.*.*.*
Democristianos
Horacio Sueldo: No es antisemita "... y al referirse a
la quema de las iglesias dijo que había sido obra de los masones y
judíos infiltrados en el gobierno peronista". La insólita profesión
de fe antisemita apareció atribuida al dirigente democristiano
Horacio Sueldo en "La Nación" del 13 de marzo, al final de una
crónica donde se glosaba —transcribiéndose párrafos— un discurso
pronunciado por el citado político en Formosa. A las 48 horas,
Sueldo no había aún desmentido la información periodística, por lo
que sectores de la colectividad judía habían comenzado a meditar,
con lógico estupor, que la demagogia racista volvía a ser peligroso
ingrediente de las luchas cívicas en momentos de crisis. Sin embargo, parece que las
declaraciones de Horacio Sueldo no corresponden a las publicadas en
la página 4 de ese matutino. Consultado telefónicamente por PRIMERA
PLANA, el dirigente democristiano afirmó que nunca había sostenido
una tesis de esa naturaleza y que la frase final de su discurso
había sido modificada por "La Nación" en dos aspectos fundamentales:
ni había atacado a la colectividad judía ni había obviado la
responsabilidad peronista por los tristes episodios de junio de
1955. El texto exacto es: "la quema de las iglesias fue obra de los
masones y de los trotskistas infiltrados en el gobierno nacional,
sin mengua de la responsabilidad de ese gobierno". Al final de la
semana, Sueldo reflexionaba sobre las razones por las cuales se
había alterado el texto de su discurso. La asimilación de los
conceptos de judío y de trotskista, en tanto, obligaba a inusuales
razonamientos sobre actos fallidos y psicoanálisis del periodismo.
*.*.*.*.*.*.*
Frentismo La
UCRI, defendida por partidos amigos Quince periodistas
afuera, políticos adentro y la puerta trabada con cadena. En la
finca de Federico Lacroze (que no
es de Raúl Matera, como erróneamente se dijo), alrededor de una gran
mesa de comedor con sillas antiguas, estaban reunidos Tecera del
Franco, presidente de la Junta Reorganizadora de la Unión Popular;
la Comisión de Acción Política (Iturbe, Lazcano y Matera);
Barrionuevo y Cafiero, justicialistas; Alende, Sylvestre Begnis
(reconciliado con Alende) y el hábil negociador Gómez Machado,
radicales intransigentes; Zorroaquín Becú, Eduardo Paz y Miranda
Gallino, del conservadorismo popular (o del conservatismo, como dice
Mario Amadeo) ; Basilio Serrano, de la Unión Federal; MacGuire,
Etchepare y Cervellón, del bengoísmo; Enrique Ariotti y Héctor
Obligado, del Partido Federal, y, a partir de las 23 (dos horas de
atraso), los democristianos Sueldo, De Vedia, Fernández Gilí, Parera
y Bazán. Pocos días antes el comodoro Juan José Güiraldes, dinámico
gestador de múltiples entrevistas previas y posteriores, había
expuesto por televisión su interpretación del Frente Nacional;
después de la reunión, el mismo comodoro extrapartidario organizó el
"fixture" de entrevistas paralelas (democristianos con ucristas;
ucristas con justicialistas; socialcristianos con democristianos;
ucristas con socialcristia-nos, etcétera: todos jugaron con todos).
Cuando llegaron los democristianos colocaron —por intermedio de
Horacio Sueldo— el tema del "golpe" sobre la mesa (los ucristas
comentaron después que no sabían si Sueldo lo había hecho con
precaución o regocijo) e, inmediatamente, pasaron a hablar de la
mecánica constitutiva del Frente y de los puntos de coincidencia.
Basilio Serrano mocionó para que se constituyera una comisión
encargada de redactar la expresión de propósitos del F.N.P. (sigla
con la que se publicitará al "Frente Nacional Popular") y otra para
que formalice, en base a los múltiples papeles de trabajo, los
aspectos programáticos. Los democristianos señalaron, entonces, que
el programa no solamente debía referirse a fines, sino también a
fines y medios. Serrano observó, a su vez, que se debía enfocar con
mucho cuidado ese aspecto, recordando una expresión de Julio César
sobre el "Arcana Imperii" (las cosas que sólo se saben cuando se
está en el poder). El conservador Lalo Paz acota en ese momento:
—A esta mesa hemos venido a deponer partidismos y no a proponer
exigencias. Alende, Sylvestre Begnis y Gómez Machado no
recogieron las alusiones indirectas a la UCRI. (Debe destacarse que
actuaron en perfecto acuerdo, pese a los recientes tumultuosos
episodios del Comité Nacional. Como dice Emilio Donato del Carril,
"los radicales sólo se ponen de acuerdo después de tirarse cosas a
la cabeza"). Ante la presión de los socialcristianos y los
conservadores populares, Sueldo señala que no puede contestar en 10
minutos, y aparece el largo cuarto intermedio: los ucristas tenían
ya las valijas listas para ir a Río IV. A la 1.20 de la mañana
terminaba así la reunión... ¿O no?: los justicialistas siguieron
reunidos en la misma casa; los socialcristianos se trasladaron a un
café de Cabildo; los ucristas fueron a casa de Gómez Machado. Sólo
los democristianos fueron a su casa: para los demás, las
deliberaciones habían entrado en estado de sesión permanente. ¿Y los
ausentes?: con el radicalismo del Pueblo, el problema se plantea aún
en términos muy duros; Leopoldo Bravo, bloquista de San Juan, que
había llegado apresuradamente en avión, no consideró prudente
incorporarse ahora a las deliberaciones; Durán, del Movimiento
Federal Democrático de Salta; Zapaj, del Movimiento Popular
neuquino, y Serú García, de "Tres Banderas", de Mendoza, esperan que
los partidos nacionales se entiendan, para luego tomar parte activa
en las conversaciones. Los partidos frentistas, que debían
haberse vuelto a reunir el lunes a la noche, no lo han hecho. Por lo
menos, eso se anunciaba al cierre de esta edición. ¿Razones? Hoy,
martes, vence el plazo para apelar el reconocimiento de Unión
Popular, y nada se hubiese podido resolver concretamente si no se
sabía a qué atenerse en ese sentido. Revista Primera Plana 19
de marzo de 1963
Ir Arriba
|
|
Lord Mountbatten en la Argentina, 1962
Salas Martínez, López Aufranc, Rosas. |
|
|
Oscar Alende
Güiraldes
Aramburu
Zavala Ortíz |
|
|
|