Antitotalitarios Un Congreso que no tiene candidatos "No,
no es exacto", murmuró Víctor A. Alderete (abogado, casado,
presidente de la comisión reorganizadora del Partido Demócrata
Cristiano Autónomo) al leer en su estudio de la calle Bartolomé
Mitre las declaraciones efectuadas por Ernesto Sammartino a
PRIMERA PLANA sobre el Congreso Antitotalitario. Recordó que no
era eso lo que había pensado aquel día de febrero, cuando
comentó con Américo Ghioldi y Saavedra los problemas que afronta
el país en este año de 1963. Todos concordaron en la necesidad
de "nuclear voluntades democráticas", con el fin de estudiar
desapasionadamente la situación nacional en un congreso donde
deberían encontrarse representadas todas las fuerzas actuantes
en el país. Se pensó en cursar invitaciones a los partidos
democráticos, ACIEL, la Sociedad Argentina de Escritores, los 32
gremios, etc. Así concluyó la primera jornada "pro congreso".
Más tarde se efectuaron consultas con Sammartino, Silvano
Santander, Solari, Hallperín, González Bergez y Pochat. Se
decidió que, por lo menos en el primer momento, los
organizadores actuarían en carácter personal, sin ninguna
representación partidaria y quedó aclarado que nadie hablaría de
candidaturas ni "contrafrentes". Esta aclaración no fue bien
entendida por posteriores adherentes, ya que, según indica
Alderete, "se quiso utilizar la organización del congreso en
favor de alguna candidatura". Por su parte, la prensa ya señaló
alguna cena donde se habló de "Aramburu como solución nacional".
El hecho es que el proyecto alrededor del cual se está
estructurando la futura asamblea cívica se limita a los
siguientes puntos: • Levantar la confianza de la ciudadanía
en las fuerzas democráticas. • Demostrar al país que las
fuerzas totalitarias no detentan el monopolio de la opinión
pública. • Señalar terminantemente que, mientras impere la
corrupción en todos los órdenes del país, no habrá solución
política. • Estudiar si realmente las próximas elecciones
representan la verdadera salida institucional que necesita la
Nación. Nada más. "Por supuesto —concluye Alderete— también
se considerará el proyecto del doctor Sammartino".
Sondeos Zavala Ortiz y su nuevo estilo La carta de Zavala
Ortiz, denunciando que el ministro del Interior le había
ofrecido la candidatura a la vicepresidencia de la República
creó una confusión política que desorientó a los justicialistas
de tipo frentista, puso en la "vitrina" la actuación de
Rodolfo
Martínez y desorientó a la opinión pública. Muchos comenzaron a
pensar si las Fuerzas Armadas, presionando sobre el ministro del
Interior, no estaban condicionando una solución política a
espaldas de la ciudadanía. Sin embargo, observadores más
prudentes entienden que no puede desglosarse la entrevista de
Martínez con Zavala Ortiz de las centenares de reuniones entre
adversarios que se realizan en la Argentina en estos días. En
realidad, todos se encuentran con casi todos, y los diálogos son
más o menos similares, del siguiente tono: Político A: Mi
querido doctor, usted tiene un amplio porvenir en la política
argentina y yo entiendo que su presencia activa es, en estos
momentos, indispensable ... Político B: Usted sabe, mi
querido doctor, que yo he disentido muchas veces con sus ideas.
Político A: Precisamente, doctor, sus críticas han sido la
colaboración más inestimable que he tenido. Pero ahora ha
llegado la hora de los grandes sacrificios, en bien de la
conciliación nacional, y quién sabe si usted no tendrá que
sacrificarse, aceptando altas responsabilidades en este proceso.
Político B: Como usted comprenderá, doctor, una decisión así
debería ser antes meditada profundamente. Pero usted puede tener
la convicción de que cumpliré con lo que estime es mi deber en
ese caso. Esos diálogos "de sondeo", tan comunes en
política, suelen permitir, sobre la base de algunos
sobreentendidos, acortar distancias. El ministro Martínez —
político, sagaz, cordobés y, además, hijo de conservadores—
conoce perfectamente la técnica. Y cuando las altas autoridades
de la Secretaría de Guerra (secretario, subsecretario y
comandante en jefe) le propusieron hablar con Zavala Ortiz (y
con otros dirigentes), no debe haber dejado de utilizarla. Pero
Zavala Ortiz, político experimentado, no desaprovechó la
oportunidad. Esta vez, Martínez se encontró así con un
imprevisto. La reunión con Zavala Ortiz era, lógicamente,
privada. No había ofrecimiento público alguno. Martínez — y
quienes influyen en él — pensó que era útil una conversación con
el a veces renunciante dirigente radical del Pueblo. Lo que no
sospechaba, porque escapaba de las normas usuales en las
conversaciones privadas, es que Miguel Ángel Zavala Ortiz
aprovecharía sus escurridizas frases como un ofrecimiento formal
de la vicepre-sidencia de la República. Zavala Ortiz
introdujo, de esta manera, un método nuevo en las prácticas
habituales de los diálogos personales. Algunos adversarios suyos
llegaren a decir que, en realidad, Zavala Ortiz había creado un
estilo distinto de trato caballeresco, desconocido hasta
entonces, y que, desde ahora, se podrá hablar de un estilo
Zavala Ortiz. Pero esas consideraciones, en realidad, no son
importantes desde el punto de vista de la estricta eficacia
política: Zavala Ortiz tenía un valor cero con motivo de haber
sido derrotado dentro mismo del unionismo por Perette, como
aspirante a la candidatura vice-presidencial; ha alcanzado
ahora, con su indecisa renuncia y su decidida denuncia, un valor
diez. Claro que, en el fondo, esto tampoco es demasiado
importante, ya que el dinámico Carlos Perette mantiene un valor
cincuenta, y seguirá siendo lo que más ambiciona Zavala Ortiz:
candidato a vicepresidente por la UCRP.
Democristiano»
Críticas de R. Mejía y elogios de Fresco La semana última
siguieron produciéndose indicios que adelantan un posible cambio
en la conducción de la democracia cristiana. Al menos, hacían
suponer que las disidencias de algunos sectores con el enfoque
para-peronista establecido por el doctor Horacio Sueldo podrían
provocar situaciones de resultados imposibles de predecir. El
otorgamiento de personería política a la Unión Popular echaba
por tierra la especulación de que una proscripción del peronismo
lanzaría millones de votos a manos del partido que más hubiera
hecho por acercarse al peronismo: evidentemente, la democracia
cristiana. Más aún, todos los intentos de dirigentes
democristianos por crear un clima común con la masa
justicialista fracasaron estrepitosamente. El caso más elocuente
fue el del doctor Fernández Gill, quien fue silbado por la
asamblea peronista de Punta Lara, a pesar de haberse sacado el
saco (hacía calor) y de haber concurrido de la mano de Andrés
Framini. La posición de crítica anti-ucrista de la democracia
cristiana en la mesa de negociación del Frente Nacional encontró
la seria oposición de los otros contertulios. Justicialismo,
UCRI y conservadores populares, que fueron gobierno en distintas
épocas, consideraban las posiciones de la línea sueldista como
un resultado de la juventud e inexperiencia del partido.
Finalmente, las declaraciones del doctor Manuel Fresco en apoyo
de Hora- cio Sueldo crearon evidente confusión en los
sectores liberales de la democracia cristiana: "Me parece
(Sueldo) un político firme en sus convicciones y recio en su
palabra. Este grupo sería adecuado para gobernar el país en
estos momentos. Porque, ¿cómo vamos a oponer la democracia
cuantitativa, de corte ambisexual, aritmética y escatológica, al
comunismo, que tiene más de 1.600 millones de hombres atrapados
en sus redes, respaldado por la plutocracia internacional? ¿Va a
ir contra esa masa humana con el voto secreto? ¡Nos va a pasar
lo de España, sin Hitler ni Mussolini que nos ayuden en la
emergencia! (...) Además, hay que limpiar el padrón: el padrón,
el masculino, está lleno de delincuentes. Pasa lo mismo con el
femenino. En definitiva, son los delincuentes y la canalla
quienes eligen el gobierno. Hay que ir a una democracia
corporativa que es, a mi juicio, la forma insuperable de
gobierno". El dominio que hasta el momento actual tiene
Horacio Sueldo sobre la democracia cristiana de las pequeñas
provincias le asegura una mayoría cómoda en los organismos
nacionales del partido. De todos modos, se esperaba que la
acción que han comenzado a desarrollar ciertos grupos,
encabezados por los doctores Ramos Mejía y Lucas Ayarragaray,
produzca nuevos hechos en las próximas semanas. Las inminentes
elecciones internas en el distrito Capital Federal de la
democracia cristiana serán, en última instancia, un buen índice
de lo que ocurre.
Frentismo Algunos quieren hablar sin
rubor La última semana registró una impasse en las
negociaciones frentistas y un comienzo de cambio de actitud
frente al sueldismo. Los negociadores de la UCRI, que habían
rehusado sistemáticamente contestar las críticas de Horacio
Sueldo, y la influyente ala social-cristiana (de alguna manera
también el justicialismo) considerarían ya que las exigencias de
la actual conducción democristiana estarían tornándose
incompatibles con la estructuración del Frente. El razonamiento,
en ese sentido, se formulaba de esta manera: "Los democristianos
creen que viabilizan el Frente, que alteran un sentido de pacto
ucrista-peronista que podría provocar escozores en las Fuerzas
Armadas. Pero, si eso es así..., ¿es Sueldo quien hace viable el
Frente ante los factores de poder? Las últimas actitudes de la
conducción democristiana no contribuyen, precisamente, a acortar
camino con los sectores militares que pudieran tener dudas sobre
el sentido del Frente Nacional". Basilio Serrano, que el
viernes pasado expuso las motivaciones del Frente, se había
convertido de tal manera en una de las expresiones importantes
de esa coalición de fuerzas, que en algunos papeles de trabajo
había comenzado a ser incluido como eventual integrante de una
fórmula presidencial. El dirigente de la Unión Federal había
estructurado la cohesión de los social-cristianos en las
negociaciones (Ariotti, Bengoa, Lalo Paz, Zorraquín Becú, Amadeo
y Güiraldes) para tener, después, un importante papel como
"manager" de ese sector. Los representantes de la Unión Popular
(Tecera del Franco, junto al juvenil Carlos Bramuglia y al
septuagenario Bianculli) trataban de evitar la polémica con los
distintos grupos, y los ucristas (cuatro años de experiencia de
gobierno) evitaban entrar en debate con los democristianos:
Gelsi afirmó que "estaban pegados al Frente con Poxipol". La
estrategia frentista —cuarto intermedio, pero sesión permanente
a través de múltiples conversaciones informales— había
elaborado, en tanto, la siguiente secuencia: a) Operación
"Poner en claro las cosas" (discurso de Serrano); b)
Operación "Desligar al Frente de toda imputación de contacto con
el Ministerio del Interior"; c) Adelantamiento de los papeles
de trabajo, para poder dar lo antes posible el programa
definitivo y la declaración fundacional; d) "Por mucha
vergüenza que produzca (como dice Mario Amadeo), algún día va a
haber que empezar a hablar de nombres para la fórmula, porque
hasta ahora parece que el tema candidaturas es tan prohibido
como una conversación sobre temas sexuales delante de chicas
solteras." Las declaraciones de Andrés Framini habían
provocado, la semana pasada, el otro gran "impacto paralizante"
en el frentismo. Sus agresivas manifestaciones no sólo fueron
dirigidas contra la UCRI sino, indirectamente, contra la propia
dirección peronista, que había designado sus representantes en
la mesa de deliberaciones del Frente.
Campaña electoral
Ofensiva de libros: Frondizistas, ocho; Justicialistas, uno
En todas las campañas electorales la. oratoria y la publicidad
se complementan con la edición de libros. En el mercado existe
mayor interés por las publicaciones políticas y, por otro lado,
los distintos grupos ideológicos saben que tan importante como
la influencia directa sobre la opinión pública (oratoria,
publicidad) es la captación de activos núcleos intelectualizados
que luego influirán sobre la ciudadanía. • "Crecimiento
económico y democracia" se llama el libro de Rogelio Frigerio
—discutidísimo ex asesor de Arturo Frondizi— que termina de
incluir la tradicional Editorial Losada en su Biblioteca de
Estudios Económicos. Luego de exponer una morfología del
crecimiento económico, Frigerio sitúa a América latina como
"ámbito" del problema del subdesarrollo y trata la especificidad
del caso latinoamericano. • "El pacto" es el nombre de otro
libro de tendencia integracionista, que aparecerá en breve. Su
autor es Ramón Prieto, que fue colaborador de Frigerio e
intermediario entre Frondizi y Perón. Prieto luchó en las filas
republicanas durante la guerra civil que se desarrolló en la
península ibérica entre 1936 y 1939. Formado en ideas marxistas,
Prieto evolucionó luego hacia el justicialismo y fue funcionario
de la Secretaría de Prensa en la época de Apold. En 1957-1958 se
adhirió a la política integracionista y desde entonces es
colaborador directo de Rogelio Frigerio. Está a cargo de
diversos contactos con dirigentes gremiales. En su libro, Prieto
defiende el acuerdo de 1958 entre Perón y Frondizi e informa
sobre diversos aspectos que permitieron luego su culminación y
la victoria de la UCRI en los comicios del 23 de febrero de ese
año. • "Historia de los contratos petroleros" es otro de los
libros de autores frigeristas que aparecerán próximamente.
Arturo Sábato, delegado personal de Frondizi en Y.P.F., fue
quien tuvo a su cargo la responsabilidad de firmar los contratos
que iniciaron la llamada "batalla del petróleo". En el libro,
relata entretelones justificativos de esos discutidos contratos
que —según él— han "quebrado la vieja estructura
agro-importadora". • "Nueva geografía argentina" se llama
otro libro integracionista actualmente en prensa. Su autor es
Eduardo Calamaro, de origen izquierdista, que colaboró con los
equipos de Rogelio Frigerio. • "Sobre enseñanza libre y
cultura", de Victorio Sánchez (nacionalista católico
vinculado al frondizismo) encara otro de los temas polémicos de
la gestión presidencial de Arturo Frondizi. • "La Ley de
Asociaciones Profesionales" es explicada por el ministro de
Trabajo de Frondizi que tuvo a su cargo la tarea de ponerla en
ejecución: Alfredo Allende destaca la importancia de un
sindicalismo fuerte en los procesos de desarrollo. • "Los
ferrocarriles al servicio del país" constituye la exposición
—hecha por Juan Ovidio Zavala— de los motivos que llevaron al
gobierno de Frondizi a intentar la debatida reestructuración de
los ferrocarriles. Secretario de Transportes de Frondizi, Zavala
(sobrino del dirigente radical del pueblo Zavala Ortiz) tuvo que
enfrentar un estruendoso conflicto gremial para poder iniciar
esa política. • "La guerra psicológica de los colorados" se
llama el restante libro de autor frondizista que se halla en
preparación. Carlos A. Florit, que fuera primer canciller de
Frondizi, dedica allí especial atención al catolicismo de
extrema derecha y su prédica sobre la acción antisubversiva, a
los "ultras" franceses y los grupos golpistas que operan en
diversos países. • Además de estos ocho libros de tendencia
frondizista o frigerista, uno de los cuales ya salió de la.
imprenta (el de Frigerio), aparecerá a fin de mes un libro
peronista, "Años difíciles", del doctor Ricardo Guardo, ex
presidente ^de la Cámara de Diputados en la época de Perón. El
autor analiza el proceso iniciado el 23 de setiembre de 1955, se
refiere al pacto con Frondizi, explica la acción de los
uturuncos y, refiriéndose a los últimos acontecimientos, señala
que el Ejército Azul ha dado pasos importantes hacia la
conciliación nacional.
U C R P Hacia una política de
mano tendida ¿Indica una estrategia la proclamación de la
fórmula Illia-Perette? Balbín reiteró recientemente a Raúl
Matera que la Unión Cívica Radical del Pueblo no entrará en el
Frente Nacional. Expresó también que su partido saldrá a la
lucha electoral haciendo "una política de grandeza", es decir,
una política afirmativa basada en necesidades programáticas
objetivas y no en enfrentamientos por el pasado. La Unión
Cívica Radical del Pueblo cuenta, como en 1958, con las mayores
posibilidades de ser el contrafrente. Los sectores
antiperonistas extremos ("gorilas") que ensayan nuclearse en el
Congreso Antitotalitario han anunciado que no están tramitando
una combinación electoral; muchos de sus integrantes tienen
concepciones heterogéneas sobre las tácticas operantes y, por lo
demás, el núcleo partidario de soluciones drásticas tiene
evidente peso específico dentro del Congreso. La candidatura de
Pedro Eugenio Aramburu, por lo demás, puede o no ser proclamada
en definitiva —de acuerdo con la evolución de las circunstancias
políticas— pero, hasta ahora, no parece contar con la base
política indispensable como para librar lucha, por lo menos,
antes de la reunión del Colegio Electoral. La Unión Cívica
Radical del Pueblo tiene, así —hasta hoy— las mayores
posibilidades de reunir a los sectores del electorado que se
oponen enérgicamente al peronismo, al frondizismo y a otros
sectores afines eventualmente reunidos en el Frente Nacional.
En primera instancia, esto haría pensar que la UCR del Pueblo
debió proclamar una fórmula "dura". Sin embargo, eligió como
candidato a presidente al político menos anti frondizista del
partido y como candidato a vicepresidente a un cooperativista,
reformista social, básicamente "no reaccionario". ¿Por qué?
Porque la UCR del Pueblo sabe: • Los sectores "duros" son
minoría en la opinión pública, inclusive en la opinión pública
antiperonista. • Factores de poder antiperonistas entienden
que la reunificación del radicalismo constituiría una valla
electoral poderosa frente a todo intento totalitario. Hace ocho
a nueve meses, el almirante Rial comentaba en el Centro Naval
que Arturo Illia podía ser una garantía de salida democrática
que, a la vez, posibilitaría la reunificación radical
promoviendo, como consecuencia, el desplazamiento del
frigerismo dentro de la UCRI. • Si no hay frente, la UCRI
puede necesitar entenderse con la UCRP en el Colegio Electoral.
Los intransigentes resistirían menos a Illia que a cualquier
otro radical del pueblo. • Los antiperonistas "duros"
votarán, de todos modos, al candidato antifrentista con mayores
posibilidades de éxito. Aun los partidarios de un golpe de
estado, en caso de opción electoral, se inclinarán por el
antifrentista más posible. La táctica radical del pueblo es
así, según uno de sus voceros, "antifrentismo, pero no tanto;
campaña electoral que no cierre ninguna posibilidad; diplomacia
y conversaciones con todos los partidos políticos". PRIMERA
PLANA 26 de marzo de 1963
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Arturo Frondizi y Ricardo Guardo
Ramos Mejía y Celestino Gelsi |
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Balbín e Illia
Antitotalitarios
Zavala Ortíz y Martínez
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