Revista Confirmado
21.05.1965 |
El increíble mundo envasado de los seriales de televisión
está evidenciando cambios fundamentales; cambios, podría
decirse, "de estructura". Los responsables de ese aspecto
decisivo del funcionamiento de la "quinta pared", como se
llama ya a la TV en Estados Unidos, tardaron mucho en
advertir que el público argentino se había fatigado, por
saturación, ante la reiterada mediocridad de determinados
tipos y argumentos, así como frente a la siempre excesiva
cantidad de balas gastadas en sostener lo generalmente
insostenible. Pero hasta ellos han terminado por advertirlo.
Se reclama ahora, al parecer, más risas que pólvora:
excelente principio de conversión hacia niveles de mayor
autenticidad.
El mercado que surte a Buenos Aires en tal sentido es, por
supuesto, el norteamericano, a través de las cadenas ABC,
CBS y NBC; los distribuidores más importantes son Jerry
Gómez (TV Films), Leo Darcyl, Isidro Rosenfeld. El Canal 13
está encarando la nueva estrategia con especial cuidado: los
seriales que exhiba no deberán alterar el clima bonachón que
caracteriza sus pautas de programación. Al respecto, su
"crédito" es 'Los bribones', filmada a todo costo, con
reparto estelar; otro de sus esperados hits es "Ruta 66",
cuya confección requirió nada menos que 23 millones de pesos
por capítulo de producción. El show de Dick Van Dyke, que en
la Unión batió records de permanencia, comparte con 'Los
defensores' el sostén de la tónica que se desea imponer.
Los distribuidores coinciden con los "chequeadores" de los
canales: el público desea, ante todo, reír y admirar a sus
héroes sobre fondos modernos. Habría llegado la hora del
requiem para las películas del Oeste. En cuanto a otros
temas, se procura un moderado suspenso que no se resuelva en
terror propiamente dicho. Simultáneamente, la televisión
norteamericana consagra comedias "brillantes" e insiste en
lo policial con complejidad y gusto mayores que hasta ahora.
Tanto los "buenos" como los "villanos" deben ser hombres
sanos y cuerdos: la tendencia a presentar personajes
patológicos ha perimido. Otro detalle importante: rompiendo
con una tradición incomprensible para el público argentino,
los seriales norteamericanos incluirán en lo sucesivo a
actores negros en papeles "simpáticos". La distribuidora TOA
innovará en esa materia con la serie Espía, donde uno de los
principales protagonistas es un negro.
Creado el personaje, el público lo "termina" con su
consagración o su rechazo. Actualmente son tenidas muy en
cuenta las preferencias femeninas en ese sentido. Un
ejecutivo del Canal 11 declaró a Confirmado: "Cada vez que
surge algún rumor de que la serie Ben Casey sufriría
modificaciones, nuestras líneas telefónicas pagan las
consecuencias". Se reclama la reposición de capítulos antes
que se "levante" un programa". Ben Casey, por otra parte, es
típicamente admirado por el público femenino de 25 a 90
años, así como el actual Doctor Kildare, Richard
Chamberlain, lo es por las mujeres que cuentan de 10 a 20.
En cuanto a la audiencia masculina —considerada menos
exigente respecto de los personajes, pero no de la
temática—, se adormece con la festejada ametralladora de
Combate. Tres héroes se disputan el primer puesto en ese
aspecto de la cuestión: George Maharis (recientemente
presentado en nuestro país), Robert Stack, el inmortal de
Los intocables, y Vic Morrow de Combate; a ellos se suman
Ric Jason de la misma serie, y David Janssen, "cara nueva"
de El fugitivo.
El canal oficial, disconforme con tales formas de
aggiornamento televisivo, inicia el cuarto año de exhibición
de los ya mencionados Intocables, serie que en su
oportunidad provocó las más agudas polémicas, hasta el punto
de que los canales 11 y 13 se abstuvieron de comprarla. No
faltan especialistas en pedagogía y psicología —gentes, por
cierto, muy "al día"— que consideran que una reprimenda
injusta, una risa "diabólica", una burla malévola son
elementos de violencia interior, tanto o más peligrosa, para
el niño y el adolescente, que la física.
Profesionales, empleados, obreros están acordes en
manifestar: "De la TV. lo único que veo son las series y el
fútbol". Un médico reacciona enérgicamente ante la imagen
que de su profesión ofrece generalmente la pantalla chica:
"Son los profesionales más rígidamente tratados; después
vienen ustedes, los periodistas".
Canal 11 ha incorporado el humor negro con Los locos Adams,
una familia —de la que forman parte Carolyn Jones y Richard
Austin— que de las rosas cultiva y prefiere las espinas, y
tira lo demás. El hit sobre el cual se espera evolucionar en
ese canal es La caldera del Diablo; dos veces por semana
rompe, sin duda, la línea de prudencia que caracterizó su
programación "familiar". Dorothy Malone y Ed Nelson son los
principales combustibles de esa caldera que acaso termine
por chamuscar a Leoncio, tan adherido a una calculada paz.
El doblaje mexicano o portorriqueño no penetra mayormente al
porteño ya formado: carro no es auto, cariño no es vieja,
estacionar no será desplazado por aparcar. Tales
caribeanismos lo divierten o lo dejan indiferente; él les
opone una resistencia tácita que nunca presentó, en cambio,
a la "quinta pared" que en tan importante medida lo priva de
la intimidad, del diálogo, de la lectura, del hermoso
silencio propicio a la conciencia de sí mismo y del mundo.
En compensación de todo ello, la televisión divierte. Al
menos, el pasado violento, sádico, de ciertas series parece
estar ya condenado, si no muerte.
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Los elegantes David Niven, Gig Young y Robert Coote, en la
serie "Los bribones", el televidente se inclina cada vez más
hacia los héroes sofisticados |
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