Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


TULIO CRESPI
CREÓ, EN LOS ULTIMOS 12 AÑOS, MAS DE 300 COCHES DE CARRERA
HAY UN EXPERTO DETRAS DE ESTE AUTOMOVIL
Revista Siete Días Ilustrados
29.08.1975

En momentos en que están por correr en el Viejo Mundo sus máquinas para la Fórmula Europa y cuando está por exponerse en el Salón del Automóvil, en París, su Tulietta cupé, el diseñador argentino explicó las claves de tantos éxitos: mesura y realismo

La vocación de constructor —según sus propias palabras— le viene desde la infancia, cuando en la terraza de su casa paterna, en el porteño barrio de Palermo, dibujaba sus diseños sobre el piso, en escala natural, valiéndose de una peculiar artimaña: se tendía en las baldosas simulando la misma posición de sentado que tendría en un hipotético automóvil. De ese modo, marcando con la tiza sobre su cabeza y bajo sus pies, podía determinar la dimensión interior de su proyecto, y lograr, así, un modelo del tamaño adecuado a su físico.
A los 37 años, aunque ya no se vale de esos precarios métodos, Tulio Crespi mantiene intacta su pasión por el diseño de vehículos. De sus talleres han salido en los últimos 12 años —tiempo que lleva como constructor— alrededor de 300 coches de competición (Sport Prototipo, Fórmulas 1, 2, 3, 4 y otras de carácter regional o promocional) y medio centenar de automóviles de calle fuera de serie (produce 3 modelos: el Tulia, con mecánica Torino, y el Tulietta GT en versiones cupé y techo duro, con mecánica Renault y motores de hasta 1300 centímetros cúbicos de cilindrada).
Realista, obstinado, desde que abandonó sus estudios en el segundo año de la escuela industrial para establecerse con un taller de chapa y pintura para automóviles, no cejó en sus propósitos: evolucionar sobre bases sólidas. Ahora, tras una larga y silenciosa trayectoria, se apresta a materializar dos sueños largamente acariciados. Antes de fin de año expondrá uno de sus autos (el Tulietta cupé) en el Salón del Automóvil, en París. A lo largo de 1976 dos coches de su diseño participarán en el Viejo Continente en la totalidad de la temporada de Fórmula Europa.
La semana pasada, Siete Días lo entrevistó en sus amplios talleres (alrededor de 800 metros cuadrados de superficie) en Santos Dumont y Montenegro, en Villa Crespo. Allí, en un ambiente impregnado con olores a resina y grasas, en medio de autos de calle y carrera a medio construir, Tulio Crespi reveló aspectos de su vida, de sus proyectos y de su modo de sentir y vivir su pasión: el automovilismo,

A LA CONQUISTA DE EUROPA
Contrariamente a lo ocurrido con otros constructores que despertaron gran interés periodístico y alcanzaron renombre y popularidad, Crespi jamás atrajo expectativas desmedidas en torno de su persona. Aunque en la última temporada máquinas de su diseño se alzaron con 5 campeonatos argentinos de distintas categorías (Fórmulas 2, 3, 4, Orbis y Fomento), su labor no trascendió los tradicionales cenáculos tuercas. No obstante, esos resultados son consecuencia de una labor que ya acumula más de una década de experiencia.
Fue justamente esta madurez la que lo indujo a tentar suerte en nuevos escenarios: "Si me preguntasen desde cuándo sueño con llevar mis coches a Europa diría que desde siempre. No lo hice antes porque entendía que no había llegado el momento. Hace unos dos meses viajé para ver qué se podía hacer. Ya me siento con la experiencia suficiente como para emprender una aventura de ese tipo. Busqué categorías acordes a mis posibilidades técnicas y económicas. Finalmente, me decidí por la Fórmula Europa, que se creó hace un año".
La elección no fue casual: Crespi —siguiendo sus preceptos de realismo— eligió una categoría en la que apenas le llevan un año de experiencia. Además se corre con un solo tipo de motor (Renault), gomas y caja, lo que posibilita chances más parejas. Por último requiere un mínimo despliegue humano y esfuerzos económicos sensiblemente menores al resto de las fórmulas.
"La temporada dura 7 meses —señaló el diseñador— y se corre en 5 ó 6 países. Muchas de las carreras son preliminares de grandes premios de Fórmula 1, 2 y Sport Prototipo. Nosotros llevaremos un equipo totalmente argentino: los coches de carrera, los repuestos, las herramientas, los autos para movilizarnos, los pilotos —uno de ellos será Ángel Guerra—, los mecánicos, hasta la casa rodante donde viviremos será argentina. Iremos con todo probado, listos para correr."
Para financiar esa tournée, estima, no serán necesarios demasiados esfuerzos financieros. Los pasajes y trasporte del equipo, al parecer, correrán por cuenta de la Secretaría de Deportes y Turismo. El equipo se conformará con los aportes de los proveedores habituales de Crespi.

PARIS: LA META DORADA
Según las estimaciones de Tulio Crespi muchas de las falencias y fiascos en materia automovilística se deben al sobredimensionamiento: aspiraciones calculadas por encima de las posibilidades reales, falta de experiencia y escasez de recursos económicos suelen ser la tumba de muchos proyectos que, en su momento, atrajeron las expectativas de los aficionados.
Acaso gracias a esa comprensión de la realidad Crespi puede ufanarse hoy de ser uno de los fabricantes de autos de carrera que más unidades ha producido en el mundo, según le expresaron varios periodistas especializados de Europa. También es uno de los pocos que pudo mantenerse en plena actividad a pesar de la crisis que afecta al automovilismo deportivo local.
Siguiendo una política semejante, el diseñador ha encarado la presentación internacional de sus coches de calle: "Estando en París, algunos directivos de la Renault, viendo las fotos, me ofrecieron que llevara uno de los coches para exhibirlo en los salones de esa firma sobre la avenida de los Campos Elíseos. También surgió la idea de que lo presentara en el Salón del Automóvil que se hace anualmente en París. Al principio no había más stands y ya me había resignado. Pero ocurrió que la Lotus de Inglaterra desistió de su lugar. Entonces lo señé yo. Voy a llevar una Tulietta GT cupé."
Cuando habla del tema, a Tulio Crespi le brillan los ojos, reflejo de una alegría bastante comprensible: "Para mí es una satisfacción personal llevar el auto. Elegí ese modelo porque pertenece a la categoría en la que hay más posibilidades de competir dignamente. No sé si gustare las líneas —es un problema de criterios—-, pero de algo estoy seguro: en terminación los matamos. Con eso ya me doy por más que conforme..."

 

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Tulio Crespi
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