"Lo importante en política es evitar la subitaneidad del tránsito":
es una frase de Ortega, donde el filósofo catalán aplica al esencial
arte de la política una expresión utilizada por Einstein en el
prólogo de su célebre memoria de la teoría de la relatividad. Hacer
un paralelo histórico entre la física y la política es una labor
quizás discutible; sin embargo, no se puede negar que la "weltanschauung"
recibida de Einstein y Max Planck ha superado al universo fijo de
Newton. Así, en desacuerdo con las condiciones del llamado a
elecciones, venciendo las tentaciones de proclamar la abstención,
pero dejando la puerta abierta para una ulterior decisión, la UCRP
prácticamente se lanzó a la conquista de la calle. "Los muertos
deben unir a los radicales en estos momentos de crisis nacional",
habría comentado don Héctor Llorens (uno de los pocos radicales
cordobeses que no es doctor) a los dirigentes partidarios reunidos
en el hotel Savoy, el día del homenaje a Crisólogo Larralde. Las
declaraciones de Ricardo Balbín sobre su deseo de no aceptar ninguna
candidatura dejaban libre a Arturo Illía el camino al primer término
de la fórmula, que ya había iniciado el 18 de marzo de 1962. El otro
presidenciable, Miguel Angel Zavala Ortiz, a pesar de "la notable
evolución de su pensamiento con relación a 1955 y su abandono del
unionismo extremo", no cuenta con el apoyo necesario de los
dirigentes medios de su partido. Por eso, en el Savoy no se habló de
presidentes. ¿Posibles vicepresidentes? Entendiendo que en la
fórmula debía tener cabida un representante bonaerense, se pensó en
el intransigente Anselmo Marini. Pero sus aspiraciones a la
gobernación de Buenos Aires y la opinión de la mayoría de armar una
fórmula de "unidad radical", es decir, hacerle al intransigente
Illía "pendant" con un unionista, derivaron la conversación a tres
nombres: Miguel Angel Zavala Ortiz, Carlos H. Perette y Leopoldo
Suárez. Allí quedó claro, también, que el candidato unionista deberá
contar con el "nihil obstat" intransigente, cosa que se le negaba al
primero. Como el hecho de ser el primer partido que "ya cuenta con
presidente para junio" es considerado como un impacto psicológico
importante ("el pueblo tiene necesidad de seguridad y tiempo para
conocer a sus candidatos") que conviene institucionalizarlo pronto,
se decidió arreglar el "segundo problema de la fórmula" entre
radicales en una reunión informal de dirigentes. En el marco de
la quinta de Nicolás Romano se iniciaron las conversaciones.
Dirigentes de Capital y Buenos Aires, como Rabanal, Reinaldo Elena,
Sancerni Giménez, Prat y el dueño de casa, acordaron apoyar a Zavala
Ortiz, basados en las siguientes razones: • Sus antecedentes son
una garantía de espíritu democrático y moralidad pública para las
Fuerzas Armadas. • Su postulación repercutiría favorablemente en
el electorado independiente (concretamente, sacaría votos a
Aramburu). • "Si es una figura presidenciable, ¿por qué no puede
ser vicepresidenciable?" Con estos argumentos visitaron a Suárez
("lo siento, no puedo evadirme del mandato otorgado por los
correligionarios de Mendoza") y a Perette ("respeto y admiro a
Miguel Angel, pero la última decisión la deben tomar los
radicales"). ¿Valía la pena discutir tanto por un cargo sin mayor
gravitación política?, se preguntaba el radical anónimo que se fue a
dormir la madrugada del domingo 10 sin ver la "fumata" del cónclave.
La respuesta está en las siguientes premisas radicales: • El
Frente Nacional no está estructurado y, probablemente, no "corra"
hasta el momento de la reunión del Colegio Electoral. •
Obviamente, la UCRP no va a tener mayoría suficiente para imponer
sus candidatos. Con un poco de pesimismo, es de prever que el tándem
sufrirá la mutación de alguno de sus miembros. • En consecuencia,
se puede pensar que se deberá sacrificar, posiblemente, el primer
elemento de la fórmula. En tales condiciones, el vicepresidente
asumiría un papel importante en la política nacional, especialmente
en el partido donde, de hecho, se constituiría en el "líder
natural". • Ergo, conviene que el candidato sea nuevo, no
demasiado quemado en el duro oficio de opositor, y si tiene que ser
unionista, que sea lo menos posible. Así, Zavala Ortiz encontró
resistencias en casi todos los distritos. A sus parciales porteños y
bonaerenses, se cree que se unieron Illía y Balbín, quizás por las
razones apuntadas más arriba. De Leopoldo Suárez, "hombre joven y de
grandes valores", se dijo que todavía no es lo suficientemente
conocido, sobre todo fuera del partido..., y Carlos Perette fue
proclamado por Héctor Llorens ante una ansiosa barra. Además de los
representantes de Entre Ríos, Chaco, Santa Fe, Santiago del Estero y
Jujuy, habría contado con votos de Zarriello y Tello Rojas, de
Capital, y Parodi y Lavalle, de Buenos Aires. Dos agencias de
publicidad de honda raíz radical ya están estudiando la manera de
presentar a la masa de electores la figura paterna de Arturo Illía
(médico de pobres en Cruz del Eje, nacido en Pergamino, ex senador
provincial, ex vicegobernador y ex diputado nacional; casado, con
tres hijos y "hombre de tranquila grandeza", según su amigo
Llorens), y la dinámica de Carlos Perette (pariente político del
legendario Laurencena, abogado y dueño de un envidiable "sense of
humour"). Comentando los últimos acontecimientos en la UCRP, un
joven dirigente de la Capital acotó: "La clave de la fórmula radical
es Perette al cuadrado (el apoyo de la intransigencia y el unionismo
moderado) sobre Illía, que es igual a la velocidad de la luz
radical". 19 de marzo de 1963 Primera Plana
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En las fotos Arturo Illía y Carlos Perette |
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