Festivales
Con 27 canciones inéditas, la Argentina prepara su San Remo
Volver al índice
del sitio
Desde el 15 de setiembre, a través de trece programas conjuntos de radio y televisión, el público argentino conocerá veintisiete canciones inéditas, de entre las cuales surgirá la canción argentina de 1963. En casi todo el mundo las canciones han terminado por desplazar a la poesía popular (en realidad son poesías populares con música), y los festivales donde se las selecciona y exalta son ya comunes en Europa. El más notorio es, quizá, el de San Remo, balneario de la Costa Azul italiana. Volare (Domenico Modugno), Al di lá (Mogol y Dónida), Romántica (Renato Rascel), fueron éxitos internacionales no sólo por su tonada pegadiza sino —quizá fundamentalmente— porque en San Remo se les dio el impulso necesario para traspasar las fronteras en alas del disco. Ahora, Buenos Aires se incorporará a esa condición geográfico-musical.

San Remo vs. Satán
Italia es el país del bel canto por excelencia, y de ahí que San Remo sea escenario de una competencia canora que moviliza entusiasmos populares tan frenéticos como los del fútbol, y que, como en el caso de éste, degeneran a veces en verdaderas batallas campales. Ser "hincha" (tifoso) de Tony Dallara o de Mina (ambos en la categoría de urlatori o "aulladores"), acarrea un compromiso partidista y la total intransigencia con los partidarios de los "tradicionales" Claudio Villa o Luciano Taioli. Sin embargo, una figura como la de Nilla Pizzi, por ejemplo, puede permanecer en una cima de popularidad sin dignarse descender al llano.
Dos veces, en 1960 y 1961, Buenos Aires recibió la visita del Festival de San Remo "en bloque", por así decirlo. Sus astros y estrellas fueron traídos por Francesco da Ecli Negrini ("¿A mí me vienen a hablar de canciones? ¡Pero si yo llegué a la Argentina junto con Lucienne Boyer y su Parlez-moi d'amour!"), promotor de espectáculos y director de la revista Lyra. Se presentaron en el Luna Park, y la primera tanda comprendía a la mismísima Nilla Pizzi, con Nella Colombo, Luciana Gonzales, Jolanda Rossin (la más votada por el público ítalo-argentino que colmó el estadio), Darío Dalla, Giorgio Consolini, Sante Simeone, y otros; la segunda, nuevamente a la Rossin, y a Luciano Taioli, Miranda Martino, Teddy Reno, Wilma De Angelis, Claudio Villa, Tony Dallara (el rey de los urlatori), Aurelio Fierro y el juvenil Fantanicchio, de apenas 17 años de edad.
Negrini es cauteloso en sus consideraciones sobre San Remo. Aclara que allí hay que pagar un derecho de inscripción en el certamen, y comenta: "Todo es organizado por los editores de música y discos, sobre todo por uno de ellos que ejerce una verdadera dictadura". Pero se niega a revelar el nombre del dictador y se limita a destacar: "Informe a sus lectores que Francisco Negrini dijo: «Satan conduit le bal»". En 1962, la decisión final de San Remo se hizo mediante plebiscito. Hay otros festivales europeos de canciones, pero según Negrini, son poco importantes: "Está el de San Sebastián, que también se llama del Mediterráneo (sic), y hay uno en Francia que no interesa". No es improbable que Negrini traiga nuevamente a San Remo a Buenos Aires. Si Satán no se opone.

El festival argentino
"En cuanto me anunciaron que era para difundir y apoyar la música argentina, dije: «Aquí estoy yo»." Y aquí está, en efecto, organizando el Festival Odol de la Canción, la competencia que comenzará el 15 de setiembre. Se trata de la infatigable Blackie, quien declara haber aceptado esta difícil tarea porque adora a los músicos. "Nuestros músicos están apoyados por SADAIC, por supuesto, y tienen un poderoso .sindicato; pero pocas personas saben que un compositor debe ceder a su editor, para siempre, el 25 % de los derechos sobre su obra."
Los originales para el certamen se recibirán hasta el 31 de julio. Pueden participar todos los músicos argentinos nativos, o extranjeros con 5 años de residencia. Las composiciones deben ser, naturalmente, inéditas; no se paga
ningún derecho de inscripción y hay tres categorías: tango, folklore y melódico. La composición del jurado le dio a Blackie algunos dolores de cabeza: "No se puede poner gente alrededor de la cual han surgido polémicas serias (presunta alusión a Piazzolla y a Troilo) o gente demasiado ocupada con teatro, televisión, radio (¿alusión a Mores?). Decidimos formar el jurado con próceres de la música popular; se ha pensado —falta conversar oficialmente con ellos— en personas como Julio De Caro, Horacio Salgán, para el tango; Atahualpa Yupanqui, Ariel Ramírez, Adolfo Avalos, para el folklore; Eduardo Armani, René Cóspito, Dante Amicarelli, para melódico".
Hasta el 31 de agosto, este jurado seleccionará nueve obras de cada categoría (en cada programa conjunto de radio y TV se ejecutarán tres y se elegirá una), y la última rueda se hará en el Luna Park, seguramente a beneficio de alguna institución asistencial o de la Feria Fantástica de la Solidaridad.
El festival tiene su propia orquesta de 26 músicos, tres cantantes y tres arregladores; si el autor de una pieza seleccionada informa que le es imposible enviar una orquesta o hacer la orquestación por sí ("A lo mejor —dice Blackie— se trata de uno que no sabe música y le silbó la melodía a su prima que estudia en el conservatorio"), el festival se hace cargo de todo. Para 1964, el certamen será sudamericano, e intercontinental, con participación de los países de América Central y del Norte, en 1965.
El primer premio es de 500.000 pesos; el segundo, de 300.000, y el tercero, de 200.000. Entre las seis canciones restantes se disputarán tres premios de 50.000 pesos cada uno. Hay también 150.000 pesos para la mejor orquesta, y 100.000 para el mejor cantante, ambos en la categoría visitante; y otros 100.000 pesos para el intérprete vocal que mejor difunda, de 1963 a 1964, la canción ganadora del festival. SADAIC da público auspicio al certamen y dona dos medallas de oro.
8 de julio de 1963
PRIMERA PLANA

Ir Arriba

 


Blackie
Taioli y Negrini