Los Campanelli, vistos por dentro
Cómo trabaja la familia más popular de la televisión argentina.
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¿Cómo se llevan en realidad 'Los Campanelli"? ¿Quién es la autora de los tallarines? ¿Cómo ensayan? Un redactor de GENTE concurrió al programa para contestar los interrogantes.

Domingo, 9.45. Los primeros "Campanelli" comienzan a llegar a Canal 13 para el último ensayo. Antes, han ensayado el jueves y el viernes. Pero como en el programa se utilizan comentarios de actualidad y se efectúan cambios de libreto a último momento hay que ensayar antes de salir al aire. Utilería ya se ha encargado de comprar los dos salames tipo milán, un kilo de queso, maníes y una botella de vermut, además de cinco kilos de harina, media docena de huevos, sal y los elementos para el tuco. Dora Blanco de Hedelscoff, ayudante de "Buenas tardes, mucho gusto", también está en pie: ella es la que elabora en la realidad los tallarines que luego Menchu Quesada "hará" para su "familia". La mayor parte de los integrantes se ha levantado muy temprano para "repasar" |a letra. El último en llegar, el más remiso, es Claudio García Satur. "Es que soy muy dormilón, pero muy tarde no llego, ¿eh?".

10 horas. Gerardo Mariani, director, y Héctor Maselli, productor, comienzan a dar órdenes. La señora de Hedelscoff ya está amasando y ha preparado una masa para Menchu. El estudio, visto por un neófito, es un caos: cada uno de los 16 "Campanelli" ensaya su parte, individualmente; por momentos juegan las escenas en grupo. Los utileros protestan: Tito Mendoza acaba de robar una manzana, necesaria para una escena que luego saldrá "en vivo". Y la protesta es tardía: cuando se dan cuenta Tito ya comió media manzana. Alberto Marcó, esposo de María Cristina Láurenz, mira el ensayo con Albertito (2 meses), hijo de la pareja, en brazos. "Este nene pierde", bromea. No es el único chico: también está Norge "Rayito" Dagotto, hijo de Gloria Montes, y un sobrino de Alejandra Kliment. Es que la familia Campanelli está muy ramificada.

10.30. "Bueno, ensayamos", dice Gerardo Mariani, ya desde la cabina de control: cuatro pantallas, una para cada cámara, le permiten vigilar cada uno de los decorado; (el patio, el comedor, un pasillo, la puerta) donde se desarrolla la escena. Y se ensaya. Pero no es un ensayo común. Se dialoga, se protesta. "María Cristina, decí tu parte con más ganas", aconseja Mariani, el auténtico jefe de familia. "Bueno, cuando salga en vivo", le contestan. "No; ahora". Y hay que hacerlo ahora, no más.

11.30. Sigue el ensayo. La variante que se ha introducido tiene mucho que ver con la realidad: Santiago Bal ha sido operado del apéndice, y todos los "Campanelli" se refieren a él. Santiago, para no estar ausente del todo, llama desde el sanatorio, por teléfono: "Voy a mirar el programa desde acá", dice.

12. Recreo. Los "Campanelli", divididos en pequeños grupos, salen del canal y ocupan distintos bares cercanos al canal, con sus familias auténticas. "Aunque nosotros somos una auténtica familia, los dieciséis".

A las 12.45 deberán regresar, listos para salir al aire.

12.40. "En diez minutos estamos en el aire; estén listos", ordena la voz invisible de Mariani. Cada uno está en su puesto.

13. Se "larga" el programa. Surgen los problemas cotidianos, la espontaneidad, la inmensa humanidad de la familia.

13.30. UN IMPREVISTO IMPORTANTE: Liliana Caldini, cuyo personaje de "Liliana" está de viaje en el libreto, regresa inesperadamente al canal. Mariani busca a Maselli desesperadamente. "Hay que ver de qué manera Liliana puede participar en el programa. Llega Maselli y todo se arregla. Utilería trae dos valijas, con las cuales Liliana hará su "llegada a casa" al filo de las 14. Los telespectadores no lo saben, y tal vez están comentando el romance Caldini-Fontana. Los "Campanelli", en una pausa comercial, acribillan a preguntas a Liliana. Hay bromas, chistes en una sanata que sólo entienden ellos, sobreentendidos.

14.15. El programa sigue su curso. "Llega" Liliana, que en la vida real dos horas antes había aterrizado en Ezeiza. De ahí en más se resuelve la situación creada al comienzo del programa, sin que Liliana participe demasiado: ella no estaba en el libreto.

14.40. Los "Campanelli" se retiran a sus casas. Ya han comido los excelentes tallarines amasados por Dora Blanco de Hedelscoff. Hasta el jueves siguiente, que tendrán otro ensayo, no se reunirán. Es decir, no los dieciséis. Porque es cierto que son una "familia". Se lo han tomado en serio y se ven diariamente

Pie de Fotos
LA TERNURA. Carlitos Morasano, apuntador del programa, con el hijo de María Cristina Láurenz y Alberto Marcó. Chochos.

ENSAYO. El apuntador les dice sus partes a Osvaldo Canónico y a Edda Díaz. Hay que memorizar. Falta sólo una hora para actuar.

LA AUTENTICA AMASADORA. Dora Blanco de Hedelscotf y su suegra. Ellas —principalmente Dora— son las autoras de esos tallarines de locura.

LA CAPTURA DE LILIANA. Héctor Maselli, productor, que tuvo que rescatarla de su familia y llevarla al programa, que ya estaba en el aire.

LA "BIENUDA". Alejandra Kliment, en la sala de maquillaje. El resto de los "Campanelli" también se acicala. Pronto, al aire.

"¡CAMBIAR DE ESCENARIO!" "Los Campanelli" van desde "el comedor"
hasta el "patio". La velocidad del programa los obliga a correr.

EL IMPREVISTO. Cuando nadie la esperaba, llega Liliana Caldini. Totalmente fuera de programa. Los Campanelli la hacían por Europa.

LA FAMILIA EN PLENO: Técnicos, directivos y los comensales. Todos participan de la tallarinada casera, y no la cambian por ningún almuerzo. La autora de las pastas está más que orgullosa.

KLIMENT Y SOBRINA. Alejandra, concluido el programa, se retira del canal. Ella tiene su familia colateral a la de los "Campanelli".

LLEGA UNA PARTE DE LA FAMILIA. Gloria Montes —Gloria en la ficción—; su hijo, Norge, "Rayito", y su esposo, Norge Dagotto.

DESCANSO. Claudio García Satur y Tito Mendoza —los menos madrugadores— leen el diario en un descanso. Luego, más ensayo.

EL "GRAN PAPA" MARIANI. En la cabina de control, con la inesperada Liliana. Luego se ingenió para que participara en el programa.

REALIDAD Y FICCION. Santiago Bal, operado de apéndice en la ficción, había sufrido esa intervención en la realidad. Vio el programa desde la cama del sanatorio. "Y me divertí mucho. Gran programa", dijo.

Revista Gente y la actualidad
03.09.1970

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Los Campanelli
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