Sindicatos
Existe la posibilidad de que no se concrete el paro de la CGT
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En la sesión final del comité central de la Confederación General del Trabajo se aprobó, por 63 votos contra 15, la moción del dirigente metalúrgico, Augusto Vandor, de realizar una "semana de protesta de los trabajadores", que comenzará el 27 del corriente y que debe culminar el 31 con un paro general de 24 horas en todo el país. La medida de fuerza no tiene un objetivo delimitado concretamente, sino de protesta y de respaldo al programa aprobado por el congreso de la CGT, que incluye demandas de carácter general en lo económico, social y político. Pero esto no significa que el paro se cumplirá inexorablemente, de no mediar una satisfacción total a las demandas de la central obrera (entre las que figura, por ejemplo, la normalización institucional del país): los observadores hacen notar que entre los reclamos de la CGT algunos tienen prioridad y mayor urgencia, y si estas prioridades son atendidas, se podría rever la medida y dejarla sin efecto.
Entre los problemas más urgentes cuya solución demanda la CGT, pueden mencionarse: 1º) Situación económica de los trabajadores en actividad; 2º) Situación económica de los jubilados y pensionados; 3º) Libertad de los presos sociales (detenidos por motivos gremiales y políticos).
De la medida en que puedan resolverse estos problemas depende, en gran parte, la posibilidad de que la central obrera reconsidere su actitud. En esta determinación puede pesar también la situación real del movimiento obrero organizado o, dicho en otros términos, la perspectiva de que el paro sólo pueda cumplirse parcialmente. Esta circunstancia dio lugar a un prolongado debate en el comité central confederal, ya que varios dirigentes plantearon la inconveniencia de disponer un paro de cuya efectividad podía dudarse fundadamente.
Al proponer la semana de protesta, Vandor fundó su iniciativa con la afirmación de que "la actitud responsable de la CGT había sido mal interpretada por el gobierno, de manera que es preciso demostrar con hechos concretos la decisión de los trabajadores de luchar por sus reivindicaciones". En consideraciones similares se basaron los demás dirigentes peronistas que apoyaron esa iniciativa (Juan Carlos Loholaberry, textil; Roberto Salart, ceramista), y algunos independientes, como Francisco Prado, de Luz y Fuerza, y Antonio Scipione, ferroviario.
Herminio Alonso, presidente de La Fraternidad, expuso el criterio divergente, arguyendo las siguientes razones: 1º) Muchos dirigentes no tienen mandato de sus organizaciones para votar una medida de la naturaleza propuesta; 2º) Los sindicatos no están en condiciones, en términos generales, para hacer efectiva la medida. "Aquí se ha señalado —dijo— que la mitad de las delegaciones regionales de la CGT no funcionan, y que otras funcionan mal. Por otra parte, muchos dirigentes que aquí suelen reclamar medidas de fuerza representan a gremios que no las hacen efectivas, lo cual tenemos debidamente documentado. En algunos casos —agregó—, ni los mismos dirigentes cumplieron los paros." (Ningún delegado rechazó esa afirmación.)
"Pertenezco a un gremio que ha cumplido todos los paros de la CGT en un ciento por ciento", comenzó diciendo, igual que Herminio Alonso, el dirigente gráfico René Stordeur, quien también consideró inoportuno aprobar la iniciativa de Vandor. Al apoyar a Stordeur, el veterano gremialista Francisco Pérez Leirós, luego de expresar su complacencia "por la sinceridad, valentía y crudeza" con que los jóvenes sindicalistas plantearon sus puntos de vista referidos a la situación actual de los trabajadores, acotó: "Napoleón ganó muchas batallas, pero perdió la guerra por ir a pelear en un terreno que no le convenía; no lo hagamos nosotros."
Inmediatamente de aprobada la moción Vandor —los comunistas la apoyaron, absteniéndose de exponer su propia iniciativa, que no llegaba a incluir un paro general—, el secretario general de la CGT programó una serie de medidas tendientes a preparar el clima para el éxito de la "semana": giras por el interior, plenarios de secretarios generales en la Capital y en las delegaciones regionales, reuniones con políticos, empresarios, estudiantes, profesionales, docentes, conferencias de prensa, etcétera.
Tales medidas están en plena ejecución. La última de ellas consiste en un plenario de secretarios generales que se realizará el día 29 para "ajustar los detalles del paro del 31".
Los dirigentes de la CGT no admiten, por ahora, la posibilidad de que al paro sea dejado sin efecto. Los observadores gremiales, sin embargo, consideran probable esa eventualidad por los siguientes motivos: 1º) El paro se dispuso con 40 días de anticipación, lo que se interpreta como un plazo prudencial para que el gobierno contribuyera a algunas soluciones; 2º) En el orden económico, en los últimos tiempos se han firmado muchos convenios colectivos con mejoras salariales que superan el 20 por ciento: Gas del Estado, textiles, portuarios, telefónicos, marítimos, personal de subterráneos, madereros, etc.; 3º) Con respecto a los jubilados, la Comisión Asesora Permanente de Seguridad Social, integrada por representantes empresarios, obreros y del Estado, aprobó un reajuste de las escalas de beneficios, con asignaciones mínimas de 4.000 y 3.000 pesos por mes para jubilados y pensionados, respectivamente. La semana pasada comenzaron a actuar 150 inspectores del Instituto Nacional de Previsión Social, con lo que se espera aumentar las recaudaciones de las cajas de jubilaciones, de manera de poder hacer efectivas las nuevas escalas. En esferas allegadas al ministerio de Trabajo se estima que, de concretarse el resultado esperado, el Poder Ejecutivo dictará un decreto aprobando las escalas aconsejadas por la Comisión Asesora Permanente de Seguridad Social; 4º) En cuanto a los presos sociales, muchos ya han pasado a ser juzgados por la justicia civil, al haber declarado la Corte Suprema de Justicia de la Nación la nulidad de los fallos de los tribunales militares. De esta manera se espera la libertad de los mismos, a lo que podrían sumarse otras referidas a personas que se encuentran a disposición del Poder Ejecutivo en virtud del estado de sitio. Estas son las razones que pueden hacer que el paro del 31 no se cumpla. Al exponerlas a un sindicalista, se limitó a responder: "Si así ocurre, habrán triunfado los trabajadores y el país."
Revista Primera Plana
7 de mayo de 1963

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Paro de la CGT
Pérez Leirós y Vandor