Ricardo Rojo
"Estás regalando un best-seller mundial" (Jorge Álvarez)
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"Un verdadero imbécil"
El grueso insulto lo recibió Ricardo Rojo, abogado de 44 años, casado, con dos hijos, frondizista hasta 1960 y luego marxista. Quien profirió el brulote fue el editor Jorge Álvarez, al enterarse de que su amigo Rojo había convertido su casa en una romería de periodistas que buscaban —y obtenían— datos inéditos sobre el "Ché" Guevara. "Estás regalando un best-seller mundial", se indignó Álvarez tras irrumpir en lo de Rojo. El resto nos lo cuenta en este encuentro el autor de "Mi amigo el Ché", un sorpresivo best-seller que vendió 20.000 ejemplares y ya aborda la segunda edición.
Aparentemente destinado al escándalo, el libro de Rojo causó, según el abogado Frontini, la prisión perpetua de dos guerrilleros salteños sumariados hace una década. Para Rojo, Frontini "es un caso de psiquiatra". De cualquier forma, un elemento más de promoción.


EXTRA: ¿Y qué le Impedía escribir el libro?
ROJO. La falta de orden. A casa viene mucha gente y yo recibo a todos. Sino dicen que me mando la parte.
EXTRA: Pero por fin lo escribió. ¿Cómo hizo?
ROJO: Jorge Álvarez me organizó. Me encerró 45 días en un departamento que había alquilado para ese fin. Yo dicté mis recuerdos de Guevara en un grabador y en base a ese material se escribió la obrita.
EXTRA: ¿Le costó trabajo?
ROJO: Cuando la tenía terminada apareció Rogelio "Pajarito" García Lupo y me dijo que no servía para nada. Que era un panfleto de 300 páginas. Que los panfletos tienen sólo 50 palabras. Que había que hacer algo objetivo, entretenido, ameno, de lectura fluente.. . ¡Qué se yo!
EXTRA: ¿Y Ud. le hizo caso?
ROJO: ¡Claro! Yo no tengo ningún merecimiento literario. A ese consejo se debe la forma actual del libro, que creo es buena.
EXTRA: ¿Guevara era un argentino típico?
ROJO: ¡Diablos! No era lo que se dice típico, pero tampoco atípico. En su ironía, su mordacidad, su humor, era netamente porteño.
EXTRA: ¿Usted lo conoció tanto como dice...?
ROJO: Yo no digo mucho. Lo único que digo es que en 1953, su último año en Argentina, partimos juntos y recorrimos Bolivia, Perú, Ecuador, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala. Nos separamos en 1954. Después lo vi en Cuba en 1961 y 1963, siendo Ministro de Industrias. O sea que conocí sus dos etapas. ¿Me entiende? Era un argentino excepcional. Los excepcionales no son atípicos. En este país hay muchos excepcionales, pero no se notan... por razones de estructuras.
EXTRA: El "Ché" fue siempre un individualista, un solitario...
ROJO: No siempre. En el 53 si lo era. En esa época era un argentino típico de verdad. Una crítica implacable a todo, pero incapaz de iniciar una acción concreta y de conjunto. Esa mordacidad la ejercitaba incluso contra sí mismo. En la última carta a sus padreé se pinta como un condottiero, cosa que en realidad no era, pues después de una década y media de experiencia, en 1967, se había completado en un revolucionario integral, solidario, orgánico...
EXTRA: Sin embargo, parece que con su muerte termina el ciclo cubano en América Latina.
ROJO: Ese ciclo no depende de la vida del "Ché". Depende de una serie de condiciones históricas que Guevara vio lúcidamente, y que hoy siguen en vigencia. Han fracasado todos los intentos reformistas. Frondizi entre nosotros. Frei en Chile... atención que considero a Frei un reformista lúcido, positivo y talentoso, como también lo fue Frondizi... la Revolución Boliviana... Goulart en Brasil. Los grandes intereses no toleran ni siquiera el reformismo. Por eso obligan a hacer la revolución.
EXTRA: ¿No le parece que el éxito de la Revolución en Argentina es más remoto todavía que el de los reformistas, como Ud. los llama?
ROJO: Yo me baso en hechos, solamente hechos. Creo que las posibilidades de progreso en el sistema están cerradas, que el deterioro es tan grave que se puede producir una transformación violenta, casi diría sorpresiva, aunque el aspecto exterior dé una impresión pasiva.
EXTRA: ¿Cómo entran Kennedy y Onganía en ese cuadro?
ROJO: Los Kennedy fueron una aproximación positiva hacia el reformismo en Latinoamérica. Pero ya murieron dos. ¿Está claro? Onganía representa el gobierno más retrógrado de los últimos treinta años. Encarnación de los grandes intereses económicos.
EXTRA: ¿Qué haría Guevara si viviera hoy en Argentina?
ROJO: Lucharía en la sierra.
EXTRA: ¿Y Ud. que lo admira —como tanta gente—, por qué no lo hace?
ROJO: Es inherente a nuestro temperamento. Yo estuve en China Comunista y allá creían que la revolución era inminente en Buenos Aires. Me mostraron recortes de diarios que hablaban de ocupación de fábricas. Para ellos, ese es el paso inmediato antes del alzamiento socialista de los obreros. Y es cierto, pero en China. Acá la ocupación era de tono futbolero, festivo. Cuando hay huelga, la gente juega a la canasta. Por eso soy enemigo de importar esquemas extranjeros.
EXTRA: ¿Y la revolución en la sierra no es un esquema extranjero? ¿Guevara lo hubiera hecho por temperamento o por postura política?
ROJO: Más que nada por temperamento. Y por la forma en que evaluaba la situación de América Latina. Yo muchas veces le dije que ellos, los cubanos, no eran realistas con respecto al resto de Latinoamérica. Y ahora los izquierdistas de café se ofenden porque yo hago esa crítica. Son más papistas que el Papa. Más cheiseas que el Ché. En realidad Guevara era implacable con los izquierdistas de café. Los despreciaba. Porque él a su turno había estado en eso, como yo mismo. ¿Entiende?
EXTRA: Así que Ud. tiene sus disidencias con la Revolución Cubana.
ROJO: Claro que si. ¿Sabe qué hacía Guevara en Bolivia? Estaba planeando la Revolución Latinoamericana. Su objetivo era Argentina, Brasil, Paraguay y Chile, para lo cual pensaba crear un foco boliviano. El Ché tenia mentalidad Sanmartiniana. O mejor, bolivariana. El soñaba igual que Bolívar.
EXTRA: ¿Y qué le hace ver tan lejos a una revolución de tipo cubano?
ROJO: En la Argentina hubo guerrilleros. Lo fue el Chacho, lo fue Güemes. Pero el impacto tremendo de la población inmigratoria todavía se está asimilando. Los propios argentinos estamos "de paso" en esta tierra. Queremos "hacernos la América". Nos faltó ese arraigo, esa sangre vieja. Tenemos una mentalidad muy especial. Pero ésto no anula las circunstancias históricas, por supuesto.
EXTRA: ¿Y cómo los pintaría ,Ud.?
ROJO: Una olla a presión a la que se inyecta vapor continuamente. Onganía es una inyección más. La entrega directa del petróleo, los bancos, el sistema crediticio, el patrimonio nacional.
EXTRA: ¿Sabe una cosa?
ROJO: Diga.
EXTRA: A Ud. quizá le pasa lo que a la izquierda en general. Analiza con toda coherencia la realidad y brinda una visión discutible, pero perfectamente construida. Pero... ¿Qué conclusiones saca de todo esto? ¿Qué resultante de acción política...?
ROJO. Bueno, como Usted sabe y Onganía lo dice, los caminos políticos tradicionales están cerrados. Los partidos han caducado. El país se busca nuevos módulos de acción...
EXTRA: Hablemos de negocios. ¿Cómo va la venta de su libro?
ROJO: Me sorprendió. Es muy buena; Tiramos 25.000 ejemplares y me quedan sólo 4.000 en depósito. Ya preparamos la segunda edición. Creo que muy pocos libros se venden así. Por supuesto mi mérito como escritor es nulo. Lo que pasa es que Guevara arrasa con todo.
EXTRA: ¿Ganó mucha plata?
ROJO: No. En esta edición argentina prácticamente cambiamos la plata. En cambio resultan muy productivas las ediciones extranjeras. Tengo ya contrato con nueve naciones diversas.
EXTRA: ¿Del otro lado de la Cortina de Hierro?
ROJO: No. Todas de ESTE lado. Además de Argentina, tengo Brasil, Italia, Alemania, Japón, Noruega, Suecia, Francia que ya lo editó, y Estados Unidos.
EXTRA: ¿Y quién le gestionó todo eso?
ROJO: Álvarez. Cuando terminé el libro se fue a Europa y Estados Unidos y organizó todos los contratos.
EXTRA: ¿Y ahora que va a hacer?
ROJO: Escribir otro libro. Y lo de siempre; recibir gente. Si no los recibo empiezan a decir que me mando la parte.


Revista Extra
agosto de 1968

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Rojo
Ricardo Rojo, autor de un gran éxito de librerías cuya paternidad comparte con García Lupo y Jorge Álvarez, respectivamente consejero y editor. El brulote que titula el reportaje no fue más que un nervioso exabrupto de Álvarez: Rojo es una de las expresiones más inteligentes y realistas de la izquierda nacional.