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HABIA UNA VEZ
Señor, permítame, usted es un tímido, tiene que vencer esa represión. Pontificó
Ricardo Morris parando tímidos en plena calle
Con grandes sonrisas, Morris y Miranda llegaron a un absoluto acuerdo: no hacen falta
analistas para superar las inhibiciones
No faltó algún acólito entusiasmado que espontáneamente ofreciera su apoyo
incondicional a la causa de "superación y éxito"
"Señorita, ¿me permite?" atinó a musitar. Pero antes de aclarar que todo era
un test, la niña se volvió, aplicándole una estruendosa bofetada
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UN SEÑOR MUY TÍMIDO
Es que se había lanzado a la ciudad a detectarlos. Cristina Devani (23 años, soltera)
"sí, soy tímida"
Era una pequeña multitud la que acosaba a Morris para arrancarle las fórmulas que
permiten combatir la infelicidad humana
No satisfecho con el éxito obtenido Morris quiso intentar "una de lujo". Su
método nunca podría fallar. Entonces abordó a esa chica en minishorts.
Desorientado. Morris sonrió. Amante de los refranes dijo: "Un tropezón no es
caída". Lo cierto es que no hay técnicas infalibles, sin falla.
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