Volver al Indice

crónicas del siglo pasado

REVISTERO

Imposibles reportajes a César Bruto

Cómo trabajamos - Ventajas del derroche


Revista Panorama
1967

 

-Hola, ¿con lo de César Bruto?

-El mismo que canta y baila ... ¿Quién habla?

-De la revista PANORAMA. .. ¿Cuándo podemos verlo para hacerle un reportaje?

-Lo lamento, pero ahora eso no es potable, porque tengo mucho trabajo. Fíjese que recién estoy en el tiempo de la coordinación de mis ideas; después viene el tiempo de la planificación de los temas; más adelante viene el tiempo del trabajo ...

-Un momento: a propósito, ¿usted cree que aquí la gente trabaja poco o trabaja mucho?

-Bueno.... yo diría que aquí la gente trabaja una barbaridad ...

¿Usted no vio, por ejemplo, cómo laburan los que arreglan las calles? Mire, de repente, en una calle aparece un agujero del tamaño de un ladrillo que usted lo podría tapar con dos paladas de tierra, pero como acá somos muy trabajadores, en seguida viene una cuadrilla municipal con 76 peones, 6 capataces y dos ingenieros, y sobre el pucho empieza el laburo padre, o sea cortar el tráfico... ¡Pero no cortan el tráfico alrededor del agujero, qué esperanza El tráfico lo cortan diez cuadras antes, diez cuadras después, y levantan todo el adoquinado, sacan veredas, perforan paredes, arrancan árboles...; y en una de ésas los peones hacen una zanja muy honda y rompen un caño -... ¡Y entonces el asunto ya no corresponde a la Municipalidad sino a Obras Sanitarias!

-¿Y aparecen los de Obras Sanitarias a reparar el caño?

-¡Y cómo aparecen! Fíjese que el caño roto es un poco más grande que una bombilla, pero los tipos vienen con camiones cargados de palancas, mazas, martillos, yunques, fraguas, tenazas, perforadoras ... y entran a demoler con tanta furia que en dos días te levantan el barrio. .. ¡Hasta que de repente un peón de Obras Sanitarias pega con la piqueta y engancha un cable telefónico! Y entonces el asunto deja de pertenecer a Obras Sanitarias para entrar en la órbita de Teléfonos del Estado, y como se trata de un cable cortado los tipos abren tremendos zanjones por arriba, zanjones por abajo, zanjones por delante y zanjones por detrás... ¡Usted no se imagina la cantidad de cables que hay que romper para encontrar un cable roto! Pero ellos siguen laborando locamente hasta que en una de ésas golpean un caño de gas y se produce un escape ... Y entonces se van los peones del teléfono y , viene la cuadrilla de la compañía gasística ... ¿Usted nunca vio trabajar a una cuadrilla de peones del gas?

-No, no he tenido el gusto ...

-Bueno ... para empezar, los peones echan abajo seis o siete casas y levantan cuatro mil metros de cañerías, y en todo el barrio hay un olor a gas que da calambre, y como el barrio les queda chico siguen buscando el escape en el barrio de al lado, cortando el tráfico y abriendo más zanjones ... Hasta que en un descuido un peón toca un cable eléctrico y se produce un corto circuito... ¡O sea que se va la cuadrilla del gas y vienen los hijos de la señora Segba, que arrasan con todo, como si fueran los guerreros de Aquiles, aquel que por donde caminaba no volvía a crecer la agricultura! Y los tipos trabajan con tremendas perforadoras, y picos, y barretas... hasta que un cable eléctrico larga una chispa que se comunica con el escape de gas y tras cartón se produce un incendio y tienen que venir los bomberos ... ¿Usted nunca vio cómo trabajan los bomberos?

-No, no he tenido el gusto...

-iQue Dios lo conserve puro!... Apenas suena la campana en el cuartel, lo primero que agarra el bombero, antes que los pantalones, es el hacha ... Y cuando llegan al lugar donde todo es pasto de las llamas, como dicen ustedes los periodistas, entran dando hachazos a diestra y siniestra ... ¡Y lo que no pudieron hacer ni los peones del gas, ni los de la Segba, ni los de Obras Sanitarias, ni los municipales... ¡los bomberos te lo hacen en cinco minutos, y aquel barrio que un día se despertó con un agujero del tamaño de un ladrillo, en menos de un suspiro queda borrado del mapa!

-¿Y no cree que sería mejor evitar esos destrozos y hacer economías?

-Bueno ... la verdad es que la economía no sirve para nada, y el progreso de un país está en el derroche y no en el ahorro... Y si yo un día fuera gobernante haría un decreto llamado "El decreto del calzoncillo", o sea que ningún ciudadano podría tener los calzoncillos remendados, porque un remiendo en esa prenda no sólo disminuye al individuo sino que cierra fuentes de trabajo, crea miseria y ahoga la economía de la Nación.

-En realidad, un vulgar remiendo no puede causar tantos males...

-Bueno. . . ¡porque usted no ve más allá del remiendo! Pero fíjese que si un día todo el mundo se remienda los calzoncillos la venta se paraliza y los comerciantes se arruinan, pero si apenas usted descubre el menor agujerito tira el calzoncillo a la basura y se compra uno nuevo, la industria florece, se vende la mercadería, los fabricantes no dan abasto, los obreros levantan su standard de vida y todo el mundo vive feliz y contento. Además, ¿me quiere decir cuánto cuesta un calzoncillo, al fin y al cabo? Trescientos cincuenta o cuatrocientos pesos, es decir, lo mismo que una entrada al cine ... ¡Y yo, personalmente, antes de ir al biógrafo a mirar una mala película con un calzoncillo remendado, prefiero quedarme en casa con un calzoncillo socialmente sano, económicamente libre y políticamente soberano!

-Con esas ideas tan raras, ¿usted no teme que alguien lo rete a un duelo?

-Bueno ... ¡ése es el sueño de mi vida! Imagínese que yo soy un rascabuche anónimo del siglo XX, pero si un día me bato en duelo en seguida me lleno de popularidad y me hago famoso... ¿Usted sabe lo lindo que es batirse como un caballero, en el campo del honor y todo?

-¿En el campo de honor y todo? ¿Qué es el "todo"?

-El todo son los periodistas invitados, las cámaras de televisión, los fotógrafos, los corresponsales extranjeros y las agencias de publicidad ...

-Pero, ¿no es peligroso enfrentarse con las armas?

-Bueno ... el único dudo peligroso es el de sable o florete, porque usted tiene que pelear con medio cuerpo desnudo y se puede agarrar una pulmonía; en cambio, en el duelo a pistola no hay ningún peligro porque usted se deja la levita puesta y debajo de la levita un buen pulóver grueso de lana ... En serlo se lo digo: ¡si usted quiere dejar de ser un rasca y que la gente lo conozca, bátase en duelo, hágame caso!

-Volviendo al comienzo, nosotros queremos hacerle un reportaje: ¿cuándo podemos visitarlo, señor Bruto?

-Bueno ... ya le dije que por ahora no es potable ... En todo caso hábleme la semana que viene... ¡Chau, periodista!

Encargado del grabador
CARLOS WARNES

 

Google
Web www.magicasruinas.com.ar