Los Beatles
El conjunto más famoso y cotizado de todos los tiempos, se disgrega

Se separan Los Beatles
   

Los industriales ingleses de terciopelo casi se desmayan. Los poderosos empresarios londinenses de pelucas creyeron estar al borde del colapso. Hasta en la misma Casa Real un viento helado y angustioso matizó los diálogos de los últimos días. Pero nada tenía que ver el conflicto del Medio Oriente ni la suspensión de los embarques de petróleo árabe. El problema era mucho más grave: se rumoreaba que el valor más estable del Imperio —los Beatles— estaba a punto de desintegrarse. Ni las escalofriantes sirenas que en 1941 anunciaban los bombardeos nazis a Londres enloquecieron tanto a los ingleses como la versión de un cisma entre los melenudos más geniales del siglo.
A pesar de que el multimillonario cuarteto ironizara la noticia de su separación y afirmara que seguirán juntos hasta el año 2.125, aproximadamente, el temor sigue en pie. En este momento hablar entre ingleses de guerra nuclear o del fin de los Beatles provoca un pánico levemente diferenciable. El origen
de esta ansiedad se remonta a diciembre de 1966, cuando el "amo" del conjunto, Sir John Lennon, filmó solo y junto al director Richard Lester "Y cómo gané la guerra", revelándose como excelente actor. Poco más tarde, el mismo Lennon volvió a sacudir a los que maliciaban una ruptura: dos libros suyos "In His Own Write" y "Spaniard in The Works", promovían una nueva faceta de su talentosa personalidad: la de escritor individual. Como si esto fuera poco, su compañero George Harrison viajaba a la India, para recibir exclusivas clases de cítara a cargo de Ravi Shankarele, el más famoso compositor indio. Alimentando el pánico colectivo, Ringo Starr comentaba su futuro como actor cómico y Paul McCartney firmaba los primeros contratos como compositor de música para cine.
Con 20 millones de discos vendidos —récord mundial—, una fortuna inconmensurable y un futuro abierto a cualquier aventura, no es muy endiablado suponer que cada uno de los Beatles pretenda emprender su propio destino. "Ser un Beatle no puede ser la ambición de nadie en la vida. Ni siquiera la nuestra", declaró recientemente George a un periódico europeo. Ni lerdo ni perezoso, John Lennon declaró poco más tarde a la revista brasileña A Cigarra: "No podemos continuar juntos mucho tiempo más. Esta identidad nos maniata."
Junto a explosivas declaraciones los Beatles suministran pruebas de su eterna solidaridad como cuarteto. No hablan por hablar; además de talentosos compositores son inmejorables hombres de negocios. "Tenemos repertorio preparado hasta
1972", señalan seriamente. Pero algunos amigos del conjunto afirman que secretamente filman películas y graban discos que irán apareciendo paulatinamente en los próximos años, quedándoles tiempo suficiente para dedicarse a lo que quieran, lejos de la publicidad. Uno de los presuntos discos está próximo a aparecer y congrega en su carátula a 20 personalidades mundiales—Carlos Marx, Marilyn Monroe, Gloria Swanson..., incluidos ellos. Por el momento, George, Ringo, Paul y John, seguirán percibiendo los 5 mil dólares semanales que reditúan sus presentaciones, atesorando los millones que producen sus infinitos negocios y asegurando que en este mundo grotesco lo único que tiene sentido es el disparate. Mientras no comenten el de separarse, los ingleses les darán la razón.
Revista Siete Días Ilustrados
04/07/1967

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Atesoraron fama y dinero. También un inmenso talento artístico. Es este talento individual el que ahora los separará: John, actor y escritor; George, experto en cítara; Ringo, actor cómico, y Paul, que compone música de películas


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