Celeste Carballo / Obras La Energía
Celeste
Desde hace algo más de un
año, la carrera de Celeste Carballo cobró un ritmo
vertiginoso y ascendente. Atrás quedaba un pasado
subterráneo y mil noches en locales undergrounds.
Las dos noches en el estadio Obras fueron algo así
como el premio a una buena cantante que nunca bajó
los brazos y que siguió adelante pese a todo y
pese a todos. Celeste Carballo demostró sobre el
escenario que su éxito actual no es inmerecido ni
artificial. Apoyada por una excelente banda,
Celeste interpretó íntegramente el material de su
primer álbum y adelantó algunos temas de su
próximo trabajo discográfico. La propuesta
esencial del espectáculo era divertirse y en base
a energía, simpatía y una gran comunicación con la
audiencia, Celeste y los suyos consiguieron su
objetivo: hacer del concierto una auténtica
fiesta. Ni bien la banda arrancó con los primeros
acordes del "Blues del veraneo", el fervor se
adueñó del estadio. Los picos más altos de
emotividad se vivieron con "Es la vida que me
alcanza", "Desconfío" (el excelente blues de Pappo
en el que Lito Epumer se lució con un solo de
antología) y "Qué suerte que viniste". Otro de los
buenos momentos se produjo cuando Celeste —con la
única compañía de su guitarra— rescató del arcón
de los recuerdos "El oso", un tema del primer
álbum de Moris que ya es parte de la galería de
clásicos del rock nacional. Celeste y su grupo
pusieron su mayor énfasis en los blues densos y
marcados, perfectamente ejecutados y vocalizados.
Gran parte de los méritos musicales del show se
los llevó Lucio Mazaira, un baterista excepcional
que apabulló en base a técnica, potencia y tempo.
Otro de los baluartes instrumentales fue Lito
Epumer, un guitarrista virtuoso pero medido.
Algunos de sus solos fueron de lo mejor que se ha
escuchado en los últimos tiempos. El tercer puntal
musical fue el bajista Paul Dourge, dueño de una
escena y una energía desbordantes. La sección
instrumental se completó con dos buenos
tecladistas de diferentes estilos: el veterano
Horacio Larumbe y Twity González. En la parte
vocal, la excelente tarea de Celeste se vio
adecuadamente reforzada con la inclusión de dos
coristas de afinado registro e impactante
presencia: Marianella y Ana Quatraro. Celeste, por
su parte, cantó muy afinadamente, sin abusar de
los sobreagudos y los gritos. Su registro demostró
ser lo suficientemente amplio como para dar
distintos matices a los temas, según fueran un
blues, una balada o un rock'n'roll. De los
temas nuevos se destacó un vibrante rock titulado
"Ahora me quedo más tranquila". El cierre del show
lo marcó "Me vuelvo cada día más loca", cantado y
bailado por todo el estadio. Mención aparte
para el sonido: lo de Celeste en Obras fue, por
lejos, de lo mejor que se ha escuchado en los
últimos tiempos. Un sonido excelente, donde cada
instrumento tuvo su lugar y donde todo se escuchó
con nitidez y calidad. Celeste Carballo y su
banda brindaron uno de los mejores conciertos del
año en Obras. La cantante demostró que no en vano
su ascenso y su éxito se apuntalan día a día y que
su popularidad es tan sólo la consecuencia de un
trabajo musical serio y de gran calidad.
Revista Pelo agosto 1983
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