Las mujeres del '85 Volver al índice
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LAS MUJERES DEL '85
Las mujeres del rockanroll 1985 dicen mucho y muestran aún más. Las mujeres del rockanroll de 1985 son hermosas, llamativas o sorprendentes, o bien, las tres cosas al mismo tiempo. Pero, si se apartan sus imágenes para saber qué hay realmente detrás de ellas, ¿qué queda?

SADE
Imposible no considerar el ascenso de Madame Sade como un fenómeno producto de la moda, sobre todo si se tienen en cuenta el charme de la cantante (que tiene mucho de cosmético) y sus evidentes limitaciones vocales. Los que consideren que encanto es lo que se puede ver en un número de Vogue y los que se deleitan con una apelación sexual bien recubierta por una capa de hielo pueden encontrarla atrayente. Pero sin duda, Diana Ross y demás reinas del soul pueden dormir tranquilas. Sade no tiene ni siquiera el encanto propio de su modelo imitado, el talentoso Brian Ferry. De ella no puede decirse, como del líder de Roxy Music, ni siquiera que sea una fascinante arrivista. No hay nada que hacer: todo en ella tropieza con un exceso de hielo. Y el público no puede menos que congelarse.

TRACEY ULLMAN
Tracey es Tracey y, como tal, está siempre lista a concederse a sí misma ciertas ventajas. Por ejemplo, la de ser invariablemente el centro de atención de sus propios videos. Así aparece como una jovencita risueña, como una vampiresa, como una tradicional ama de casa, como una estrella, como una niña. Lo más parecido a un transformista femenino. Por eso, sus canciones no pasan de ser pretextos para sendas puestas en escena, especialmente aquellas que son adaptaciones. Tracey Ullman tiene sentido del humor y una buena formación actoral (muy superior a su formación musical) que le permiten poner en movimiento un espectáculo basado fundamentalmente en un inveterado travestismo. Pero sus trucos son demasiado localmente ingleses como para permitir una fluida explotación de su producto y, además, tal como van las cosas, Tracey Ullman corre serio riesgo de convertirse en una crispante versión moderna de Annie Cordy. Es de esperar, por ella y su talento (que lo tiene) y por el bien de su audiencia, que eso no ocurra.

APOLLONIA KOTERO
La heredera de Vanity 6 (lencería incluida), reclutada apresuradamente por Prince para rearmar su grupo de coristas y dar cima a su viejo proyecto de filmar "Purple Rain". Como su predecesora, Apollonia es una imagen esculpida en brillante plástico y revestida con la ropa interior más ingeniosa que se haya visto en un escenario. Su trabajo está férreamente limitado por las órdenes, deseos y voluntad del ingenioso y mercantil Prince. Un solo simple editado hasta el momento, "Sex Shoot", no parece augurarle más futuro que una triple página color en una revista masculina. Esa fue ya la elección de Vanity. Y no estuvo errada.

SHEILA E.
Otro descubrimiento de Prince. Un físico espectacular, una voz extraña pero rica, un material bien elegido y un disco, "Glamorous Life", producido por el Hombre de Minneapolis. La placa oscila entre la extrañeza y la sorpresa pero termina por encantar. Sheila Escovedo tiene algo -y no sólo en lo que hace a su aspecto físico- sino a toda su persona. Lo suyo es un funk un tanto reiterativo pero muy eficaz. No hay nada que hacerle: Sheila E. es especial. Una mirada a su foto, una simple audición de su disco y no habrá espacio para una sola duda

MADONNA
La soberana del exceso, Madonna, gusta a todos por igual: a los chicos negros y a los blancos viejos. Sorprendió al mercado estadounidense como un enemigo en el propio campo. De la mano de su bienamado productor, Jerry "Jellybean" Benítez, y del ex-mentor de Michael Jackson (Fred De Mann), Madonna parece lista para conquistar definitivamente a la audiencia más exigente del mundo. Y como para que no queden dudas respecto de la pureza de sus intenciones, allí está su nuevo álbum solista ascendiendo por los rankings. ¿El título? "Like a Virgin". Obviamente, dará mucho que pensar y hablar.

LAURA BRANIGAN
En este caso, la historia podría titularse "La tercera es la vencida". Después de dos álbumes decididamente insignificantes, esta ex-corista de Leonard Cohen logró finalmente trascender su condición. Tuvo un semi-éxito con "Gloria" y en algunos lugares aún se escucha su aporte a la banda sonora de "Flashdance". Pero fue su tercer disco, "Autocontrol", y el tema que le da el título, los que se encargaron de llevarla a la cima. Sin originalidad pero con cierto encanto, Branigan está atravesando su mejor momento. Mientras "Autocontrol" desgrana su placidez mitad rock y mitad disco, sus dos álbumes. previos acaban de ser reeditados. Una señal importante.

CINDY LAUPER
El suceso femenino de 1984. Tres simples lanzados sin dejar espacio para el ingreso al (cercado de una virtual competidora (el viejo método de Phil Spector) y tres videos promocionales distribuidos en idéntica secuencia (el nuevo método Jackson) hicieron de esta neoyorkina una ganadora. Compitió, con sólo un álbum, con estrellas como Prince, Bruce Springsteen y Lionel Richie y salió muy (pero muy) bien librada. Su imagen no es menos compleja que el intrincado enciclopedismo pop de su sonido: un rostro casi-vulgar, una cabellera teñida de color cereza y casi rasurada de un lado de
la cabeza, además de las vestimentas más extrañas que se hayan visto en los últimos tiempos. Pero Cindy es como su disco: inusual. Hay quien dice que es el prototipo de una moda. Tampoco falta quien diga que es un Prince del sexo femenino. Lo cierto es que el suyo es un fenómeno por derecho propio y un merecido homenaje a su talento.

Revista Pelo
01/1985

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Sade - Tracey Ullman -Laura Branigan
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Madonna - Sheila E. - Apollonia Kotero