Hermanos Makaroff
Viajando con el ascensor
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Pelo: ¿cuales fueron los motivos que los impulsaron a realizar este viaje?
Sergio: estábamos trabajando pon Carlos Perciavale en un espectáculo de café-concert ,en Rugantino. Cuando terminamos de hacer eso, habíamos reunido una cantidad de dinero. Entonces apareció un amigo nuestro que se iba de viaje, hasta Colombia, pasando por varios países. Nos gustó la idea y nos prendimos.
Eduardo: salimos hace seis meses, en enero. Fuimos a pasear, a conocer, y también a ver posibilidades de trabajo, pero sin ningún contrato previo.
Pelo: en el momento que se fueron, ¿qué habían hecho musicalmente?.
Sergio: habíamos participado en el festival de All Boys, y en esos días salió un LP con un tema nuestro. "Rock del ascensor".
Pelo: ¿Cuál fue el itinerario del viaje?
Eduardo: hicimos por tierra, Bolivia, Perú, Ecuador, y Colombia. De donde fuimos a la isla de San Andrés, que está en el Caribe cerca de Cuba.
Pelo: ¿qué impresión tuvieron de Bolivia?
Sergio: fue el primer lugar donde recalamos, más exactamente en La Paz. La primera impresión que tuve, fue que La Paz es un gran mercado, con gente muy pobre, todos indígenas.
Sergio: es curioso como en el barrio rico, muy pequeño, hay una placita donde hacen manifestaciones dos o tres yanquis enviados del Gurú.
Eduardo: además es un sitio contradictorio, de pronto vimos pasar un Roll Royce, todo metalizado. Eso en medio de miles de indios, que viven descalzos, en cuclillas, vendiendo sus chucherías.
Pelo: ¿hicieron algo de música allí?
Sergio: si, resulta que había una feria que se llamaba de las Alacitas. Esta se realiza combinando una fiesta religiosa indígena, con una católica. Había un escenario enorme donde los que querían subían y cantaban o contaban chistes. Nosotros les preguntamos si podíamos cantar, y enseguida accedieron, felices porque no tenían muchos números para entretener a la gente. Subimos, nos pusieron un par de micrófonos. Tocamos los temas más fuertes nuestros, y algunos como "Twist y gritos". A la gente le gustó, fue divertido.
Eduardo: incluso al chico que fue con nosotros se le ocurrió pasar el sombrero, con eso comimos un par de días.
Pelo: ¿cuál fue el siguiente paso del viaje?
Sergio: Perú. Después de estar una semana en La Paz, partimos para Lima. El viaje lo hicimos en micro, o en camiones que nos llevaban. En Lima fue otra cosa. Es un lugar mucho más agradable, y le gente está mejor que en Bolivia, si bien no se puede juzgar un país por su capital solamente.
Eduardo: es una ciudad chica, con unas hermosas playas. La gente es muy accesible. Lima en verano parece Mar del Plata, con la diferencia que su edificación es típicamente colonial.
Pelo: ¿qué pueden decir sobre el rock en Perú?
Sergio: bueno, aquí sí hay tres o cuatro conjuntos conocidos. El grupo el Polem es el más popular, nosotros no los escuchamos, es un grupo que hace música andina como los Jaivas. Nosotros tocamos como invitados en un programa de televisión, como los que hacía Galán aquí. Fue un éxito, por lo que hablamos con la gente, porque el programa era uno de los más populares, y la gente después nos conocía por |a calle.
Pelo: ¿cómo consiguieron esa actuación?
Sergio: sucedió que uno de nosotros estaba enfermo, entonces fuimos a un barrio de gente joven y directamente preguntábamos a la gente quien nos podía brindar hospedaje. El cuarto tipo con quien hablamos nos llevó a su casa. Resulta que él trabajaba en publicidad, y estaba vinculado con la televisión, y nos llevó. Tocamos todos nuestros temas, y el que más gustó fue el "Rock del...". Al público le resultó simpática la letra.
Pelo: ¿qué apreciación pueden hacer de la vida en Lima?
Eduardo: es muy lindo, la gente vive mejor porque no existe esa gran diferencia de clases a la cual antes nos referíamos. Si bien la población del Perú también es en su mayoría indígena hay otro nivel de vida superior. Se ha hecho la reforma agraria, cada cual trabaja su tierra de la mejor manera.
Sergio: por eso la gente está conforme con el gobierno. Nosotros preguntamos a muchos que conversaban con nosotros, y la respuesta siempre fue muy favorable al actual gobierno.
En cuanto a la música, la gente entiende, si bien no hay un movimiento nacional ni nada por ese estilo. Hay algo fundamental, en cuanto a la música popular no existe en toda América ningún movimiento de características propias, a excepción de Brasil y Argentina.
Eduardo: en Lima nos sentimos muy cómodos porque los chicos son muy parecidos a los de acá. Los de Bolivia son diferentes, por el medio en que viven, y los Colombianos por otras razones también son distintos.
Pelo: ¿cuánto tiempo permanecieron?
Sergio: unos diez días. Después conseguimos un pase libre desde Lima hasta la frontera con Ecuador. Luego tomamos un micro hasta Quito y de allí otro hasta la frontera con Colombia. Queríamos llegar rápido a Bogotá para conectarnos con unos amigos que teníamos allí. Toda esa parte del viaje la hicimos de un tirón, sin descansar prácticamente.
Ecuador lo vimos a vuelo de pájaro, desde los micros.
Lo poco que pudimos ver nos gustó, en especial porque el clima es tropical, mientras que el de Perú es más seco. Las montañas son muy lindas, a pesar de que cuando anochece hace mucho frío, incluso yo me resfrié. Pero de día el clima es excelente y pudimos concretar parte del anhelo que nos impulsó a viajar; conocer el trópico.
Pelo: ¿cómo vieron a Colombia?.
Sergio: cuándo empecé a leer a Gabriel García Márquez, me dejó muy impresionado su imaginación, la atmósfera que tienen sus novelas.
Pero después de estar en Colombia me di cuenta de que era admirable como literato, porque todo eso existía. Él lo único que hizo fue volcarlo al papel.
Eduardo: cierto, fijate que la costa del Caribe es totalmente pirata.
Sergio: son muy agresivos, muy calientes, como el clima. Hay bandas de esmeralderos que esperan que otra banda saque las piedras de las montañas, y después se agarran a tiros.
Eduardo: todos andan con el "Fierro" en la cintura.
Sergio: ahí tenés que agarrar bien fuerte todo, porque el robo callejero es total. No te podés descuidar, porque enseguida te manotean y perdiste. A cualquier hora, y en cualquier lugar.
Yo creo que es un fenómeno social. No son muy resignados. Cuando nosotros entrábamos a comer en algún lado, venían cuatro o cinco pibes que te miraban. Cuando terminabas se acercaban y te pedían si los dejabas lamer el plato. Nosotros le dábamos un cacho de pan y el pibe te limpiaba el plato. Allí también la miseria es impresionante. Es un país muy loco, muy violento. Existen cientos de ferias con adivinos, brujos gitanos, y todas las formas de chantas para sacarle la plata a la gente. Por ejemplo, a nadie allí se le ocurriría ir y comprar una radio usada a un comercio. Hay ferias con miles de ellas, de todos los tipos. Por supuesto, robadas. Por eso digo que todos esos exóticos personajes de García Márquez, están extraídos del folklore colombiano, desde el que se enrosca una víbora, hasta el que dice fotografiar a Dios y te vende una copia.
Eduardo: los tipos han perfeccionado todas las formas y sutilezas del robo y la estafa.
Pelo: ¿qué música escuchan?
Sergio: cumbias todo el día. Después está la Zarza, el Joropo, el Ballenato, Calipso, y todas las formas de música tropical.
Pelo: ¿de allí pasaron a San Andrés?
Sergio: sí desde Bogotá nos tomamos un avión hasta la isla que pertenece a Colombia, y está en pleno Caribe. Es una isla pequeña que podés recorrer en una hora en moto, y dos en bicicleta.
Eduardo: es una colonia de week-end yanqui. Como las Bahamas o Nassau. Está habitada permanentemente por nativos, unos negros increíbles.
Sergio: si porque son hijos de piratas, traficantes de esclavos o descendientes de esclavos mismos que han huido de sus barcos a nado. Hablan castellano, un inglés chapucero que nadie entiende, y el inglés normal, de los turistas. El lugar es un paraíso total. Eso que sólo vemos en las películas y los libros. Grandes playas de arena blanca y fina, palmeras, y el mar esmeralda y cálido. Es como estar en un sueño. Porque podés dormir de noche en cualquier lado con una temperatura agradable, y el cielo lleno de estrellas. Como en las películas, podés tomar jugos de frutas o cocos y tocar la guitarra.
Eduardo: lamentablemente el turismo está arruinando todo eso, tirando basura, haciendo hoteles y casinos. Porque es una de las pocas islas que no está contaminada en la zona del Caribe.
Sergio: además la música mata.
Eduardo: tenés las puertas abiertas de todos los lugares si sabés tocar la guitarra o cantar. Los tipos son super calientes, tienen música. A toda hora y en cualquier lugar. Les gusta la música movida en general, y en particular la de Jimmy Cliff, toda esa onda del reggae, que es de ese lado. Nosotros laburamos en restorantes, en fiestas para los johnnies.
Eduardo: formamos un grupo con dos negros más que metían percusión. Tocábamos cosas nuestras y de ellos, alternativamente. También hacíamos canciones de otros autores, Spinetta, Sui Generis. Por ejemplo "Canción para mi muerte" gustó mucho.
Pelo: ¿qué noticias tienen de la música argentina?
Sergio: además de la porquería ya conocida, estaba un tema de León Gieco en el ranking. La música que prefieren es la comercial, o sino Serrat o algún otro cantautor. Por ejemplo nosotros resultamos una curiosidad, sin que entraran a medir nuestra capacidad musical. Cuando se habla de un dúo argentino, se sorprenden al ver que no estamos vestidos con trajes plateados iguales y esas cosas. Después nos fuimos en avión a Cartagena. Se complicó todo porque los otros dos se enfermaron de hepatitis. Entonces queríamos volver a Bogotá donde teníamos parientes, pero no nos alcanzaba la plata. Le fui a pedir a Torre Nilson invocando a nuestro productor que era amigo de él. Tanto le pedí que al final, de muy mala ganas me tiró la mitad, la otra parte la puso un pibe inglés que conocimos. Esperando que se repusieran estuvimos cerca de dos meses varados en Bogotá. Hicimos de todo, hasta dimos serenata para las damas yanquis.
Revista Pelo
diciembre de 1974

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Hermanos Makaroff
Los hermanos Makaroff se hicieron conocidos hace algunos meses a través de un tema, "Rock del ascensor", y de algunas actuaciones. No estaban todavía insertos fuertemente en el rock argentino cuando partieron en un viaje para recorrer América. En esta nota cuentan las experiencias vividas: como músicos, como argentinos y como mucha otra gente joven que se larga al camino. Recorrer los tramos de lo que cuentan es compartir un poco ese viaje que, para algunos sonará como aventura y para otros como vitales experiencias.
 
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