Revista Pelo
septiembre 1981 |
Desde su regreso al país, Miguel Abuelo ha trabajado
infatigablemente, ya sea en actuaciones personales o como músico
invitado. Ahora, pudo retomar un proyecto largamente acariciado:
reformar los Abuelos de la Nada. Esta es la historia de un viejo
grupo que ha regresado con nuevas caras y otra música.
El nacimiento de los Abuelos de la Nada se remonta a mediados de la
década del '60, y aparecieron realmente de la nada. Miguel Peralta
era uno de los tantos músicos que frecuentaban la Cueva, la Perla
del Once y los demás locales donde el rock argentino comenzaba a
gestarse de la mano de gente como Moris, Nebbia, Tanguito. Peralta
(más tarde Miguel Abuelo) tenía compuesta una serie de temas, pero
necesitaba un grupo para interpretarlos. Luego de poner avisos en
los diarios y preguntar por todos lados, consiguió un baterista,
Pomo, y dos hermanos que tocaban bajo y guitarra rítmica. Pomo aún
no tenía una batería propia, pero estaba por comprarse una. El día
que lo hizo, de la alegría durmió con ella. Javier Martínez fue
quien presentó un guitarrista a los Abuelos. Se trataba de un joven
estudiante que en los ratos libres tocaba la guitarra y escuchaba su
enorme colección de discos de blues: Claudio Gabis. Pero Gabis no
pensaba dejar de estudiar por lo cual no se unió a los Abuelos en
forma definitiva, aunque aceptó grabar el primer simple: "Diana
divaga". Este tema duraba cuatro minutos e incluía truenos,
campanas, violoncello y un sonido revolucionario en la guitarra, por
lo que fue considerado el "primer simple progresivo del rock
nacional".
AGONIA Y RESURRECCION
Luego de la grabación del simple, los Abuelos incorporaron un
guitarrista estable (Pappo) y un tecladista (Eduardo Mayoneso). Con
ellos comenzaron a preparar el material para un futuro álbum. Pero
cuando apareció a la venta "Diana divaga", los Abuelos se
encontraron con que la grabadora había cortado, sin consultarlos,
una parte del tema con el objeto de hacerlo entrar en el circuito de
difusión radial. El grupo no resistió el golpe y perdió fuerzas
hasta disolverse. Pero nunca murió.
Miguel Abuelo viajó a Europa acompañado por el fantasma de los
Abuelos. A su regreso, diez años después, buscó los músicos
necesarios para revivir el grupo. Y con un par de actuaciones en el
Auditorio Buenos Aires, los Abuelos volvieron a la vida. Con otras
caras, con otra música, pero con el viejo espíritu. Gustavo
Bazterrica (guitarra), Cachorro López (bajo), Polo Corbella
(batería), Andrés Calamaro (teclados), Daniel Melignos (vientos), y
Miguel Abuelo (voz y percusión) mostraron en sus primeras
actuaciones una música volcada hacia lo latino, con preeminencia de
los ritmos fuertes y entradores como la salsa, el samba, el candombe
y otros. Todo coloreado con aires de jazz-rock y toques de funk y
rock'n'roll. Lo mejor de los nuevos Abuelos es una composición
grupal cantada a cuatro voces: "El marinero bengalí". El resto del
material —perteneciente a los distintos miembros del grupo— es
parejo, aunque a veces son algo reiterativos y se pierden en largas
zapadas.
Gustavo Bazterrica se reveló como compositor y sus temas —con
reminiscencias de Santana— son muy buenos. Instrumentalmente,
Bazterrica mostró su conocida digitación impregnada de una
"calentura" inusual. El resto del grupo cumplió su papel con
corrección, destacándose el firme trabajo de López y Corbella en la
base. Miguel Abuelo, por su parte, ejerció el liderazgo escénico de
la banda, y sus movimientos se asemejaron a los de una marioneta
enloquecida. Promediando la actuación realizó un breve set acústico
compuesto por un potpurrí de viejos temas, entre los que se destacó
"Oye niño". Musicalmente, el trabajo de Miguel Abuelo se limita a
algunas interpretaciones esporádicas de guitarra acústica y a la
utilización de efectos percusivos que buscan resaltar el clima de
algunas composiciones.
SOLO Y EN GRUPO
El obligado bis de los conciertos presentación fue para un
rock'n'roll cantado por Bazterrica y "actuado" por Miguel Abuelo, en
el que resaltó la demoledora potencia del grupo. De ahora en más,
los Abuelos de la Nada seguirán presentando su nueva música mientras
esperan la posibilidad —ya casi concretada— de grabar un álbum. La
banda ya registró un demo-tape que interesó a diversos productores.
Mientras tanto, y mientras se define la continuidad de los nuevos
Abuelos, su líder y único miembro original, Miguel Abuelo, alterna
su trabajo en el grupo con algunas actuaciones como solista en las
que es acompañado por Cachorro López y Daniel Melignos y en las que
interpreta temas de todas sus épocas matizados con "poemas, frases y
divagues" (sic).
Mientras tanto, aquel fantasma de los Abuelos de la Nada ya tiene su
versión '81. Con otras caras, con otra música, pero con el viejo
nombre y la eterna polenta.
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