Revista Pelo
octubre 1983 |
Hacía muchos años que no teníamos un contacto directo con Luis
Alberto Spinetta. El motivo de ese silencio fue la publicación de
una información cuyas posteriores derivaciones ocasionaron el largo
desencuentro. Pero el tiempo terminó por favorecer, tanto en
Spinetta como en Pelo, el deseo de un renovado acercamiento, tal vez
más profundo del que hubo en el pasado. Así llegamos al momento de
este reportaje a uno de los creadores más lúcidos de la música
argentina. Para cualquiera que tenga una mínima referencia de lo que
es la música moderna nacional su nombre y su trayectoria están
exentos de mayores precisiones, simplemente es un creador, un
romántico incurable, cuyo aporte a la música nacional ya quedó
indeleblemente afirmado.
-¿Qué factores determinaron la continuación de tu carrera solista a
través de la edición del álbum "Mondo Di Cromo?
Luis Alberto Spinetta: El factor desencadenante fue "Kamikaze", un
álbum en el que reuní una cantidad de material del pasado y que por
cuestiones de forma y contenido no iba para Jade. Eso me impulsó a
sacar discos que tienen un curso diferente al de Jade, además de
evitar que me quede un material "clavado en el tiempo". "Mondo Di
Cromo" tiene el material acumulado durante el período de un año y
medio, y que es diferente de la música de Jade, que ya está lista y
se llama "Bajo Belgrano". Como era imposible mezclar esas canciones
y hubiera sido un desperdicio no utilizarlas después del trabajo de
elaboración realizado, decidí sacarlas de esta manera. "Mondo ..."
fue elaborado de una manera totalmente diferente a cualquier álbum
de Jade. Primero grabé yo la batería electrónica, las guitarras y
los bajos de las bases, y después llamé a los músicos para que
vinieran a tocar: Pomo regrabó las baterías, Hugo Villareal el bajo,
David cantó y tocó también la batería y Leo los teclados. Esto es
muy diferente de lo de Jade, donde el material se trata en una forma
más grupal.
-¿Cómo es el mecanismo de composición para Jade y para tus discos
solistas, cuáles son las diferencias que te deciden a utilizar el
material para uno u otro proyecto?
L.A. Spinetta: Una vez que el material está compuesto, yo puedo
discernir cuál será utilizado para la banda y cuál para mí. Jade
tiene como ciertas pautas musicales preestablecidas, en función del
sonido y el concepto grupal. En cambio yo puedo intentar
experiencias como la de que Machi toque el bajo y David la batería.
Por ejemplo, en "Mondo ..." hay una preeminencia de guitarras en el
sonido, mientras que en Jade son los teclados los que tienen el
papel preponderante. La definición surge naturalmente de escuchar el
tema, a medida que uno visualiza las posibilidades se hace más
concreta la orientación que tiene, si va para el grupo o para mí.
-¿A qué se debe el atraso en la edición del álbum de Jade, "Bajo
Belgrano"?
L.A. Spinetta: Todo se atrasó a partir de que Diego (Rapoport) dejó
la banda. Ya teníamos un montón de material elaborado con el
quinteto y listo para grabar, y hubo que rehacerlo para cuarteto.
"Maribel se durmió", "Ping Pong", "Bajo Belgrano" y otras canciones
debieron de pasar la lógica mutación de dos tecladistas a uno, a
pesar de que Leo parece que tuviera cuatro manos.
-Hablemos un poco de ese álbum, la música, la temática.
L.A.Spinetta: Hay de todo. Hay un Spinetta medio raro que describe
la realidad de una forma directa, bien contante y sonante; alejado
de ese otro Spinetta que mucha gente critica como evasivo porque
siempre está hablando del "espacio sideral". Desde esa temática
directa, bien de acá, pasamos a canciones muy líricas como "Era de
Uranio", que está dentro de las composiciones clásicas mías. Creo
que es un álbum de una gran versatilidad y el mejor que hicimos con
el grupo, sin ninguna duda.
-Esas letras más tangibles son producto de una situación en la que
la realidad ha tomado características compulsivas.
L.A.Spinetta: Algo de eso hay, obviamente cosas como la guerra nos
modificaron a todos. Pero, sin embargo, depende del punto de vista,
creo que es un momento óptimo para hablar de lo que sucede en el
alma. Porque uno de los problemas máximos que tiene la gente en este
momento es la falta de fe, y a la fe no la levantás describiendo una
vez más el genocidio argentino de los últimos años. La levantás
hablándole del sueño que todavía tiene posibilidad de elaborar para
creer. En ese sentido le tenés que hablar en un lenguaje totalmente
lírico que le haga sentir cosas dentro de sí. Yo le digo a todo el
mundo que la realidad más acuciante es la de nuestro corazón, la que
no obliga a tomar decisiones. Y de acuerdo al poder de cada
individuo esas decisiones pueden llegar a perjudicar a mucha gente.
Si uno tiene el corazón podrido puede firmar el decreto para mandar
matar a otras personas. La calle está podrida porque todos tenemos
un poco enfermo el corazón, nos falta luz, nos falta espacio, nos
falta lucidez, nos falta disfrutar aquello por lo cual luchamos. Yo
pienso que siempre es un buen momento para hablar del alma, para
poder sentirse un poco más elevado de la mediocridad general con un
criterio de optimismo hacia el futuro.
-El rock ha sido siempre contestatario, por eso actualmente se le
exigen respuestas de ese tipo, más emparentadas con la realidad.
L.A.Spinetta: Y yo creo que eso es muy positivo. Porque hay artistas
que ofrecen distintas motivaciones para el público, expresándose
claramente dentro de su línea. Eso habla de una coherencia y una
actitud honesta de los autores, que no se aprovechan de una realidad
compulsiva como la que vivimos. León, Raúl, Charly y otros, ofrecen
propuestas diferentes, que marcan la libertad con que siempre nos
hemos manejado los músicos del rock.
-Y qué ocurre con el proceso político, la mayoría de los músicos se
han pronunciado adversamente sobre quienes nos pueden gobernar,
negándolos a todos con argumentaciones bastante frágiles y
subjetivas. ¿Qué pasa, hay temor a ser utilizado o a embanderarse
con determinada ideología?
L.A.Spinetta: Es que el rock es de por sí anárquico, no está atado a
ninguna ideología o dogma preestablecido, como que nada nos ata.
Porque también hay mucha gente que está cansada de prenderse en
procesos que abortan o que luego le dan la espalda. Más bien que yo
estoy de acuerdo con las Madres de Plaza de Mayo, con los grandes
ideólogos que quieren hacer un aporte para cambiar las cosas, pero
tal vez mi propia personalidad intelectual hace que yo no me sienta
que me pueda comprometer en forma militante. Yo no veo desde mi
punto de vista ningún candidato que represente una alternativa
humanista y revolucionaria, pero tampoco me evado de la realidad,
veo los noticieros y leo los diarios. Y voy a votar por el candidato
que más se asemeje a lo que yo quiero, a pesar de que los veo a
todos demasiado adustos, solemnes, histéricos, cabezones.
-El rock está pasando por un periodo de esterilidad como si le
faltaran luces, ¿crees que eso se deba a que ya no existe el
contexto de ideologías que lo apuntalaron en un principio, y el rock
carezca de respuestas para dar?
L.A.Spinetta: Creo que sé la respuesta. Yo pienso que por la vía
directa de lo que nosotros hacemos, no se puede establecer ninguna
línea de cambio, porque hay males que han atacado a este país que
son de una magnitud gravísima. El rockero, ¿qué puede aportar? ,
considero que el rock en este momento es un artículo de lujo, no
digo que no sea importante, pero es un artículo totalmente
descartable. Porque hay mucha gente que no solamente no puede pensar
en comprar una cassette de Charly sino que no puede pensar en
comprarse un cacho de asado para hacerse un puchero. Frente a eso,
la única obligación social del artista es perfeccionar su producto,
mejorarlo en base a lucidez; y no pretender que estas voces se
pueden alzar como para elaborar un himno general, porque no va a ser
nada más que una canción o dos o tres contra una cantidad de
factores de otra naturaleza que son millones y millones de legajos
estancados en las auditorías, en los ministerios. Es tanto lo que
tiene que solucionarse que sería vano que los músicos dijeran que
ahora es el momento para que digamos nuestra verdad. Yo veo que la
cosa ideológica está encauzada en forma coherente con la línea que
se ha seguido siempre. La fluidez de la creatividad de los autores
argentinos se mantiene permanentemente, contra la inflación, con
gobiernos de facto, sin gobiernos de facto. Y eso habla de una
libertad en cada individuo que está trabajando para crear su música,
y es un síntoma de cambio. Por eso pienso que nuestra música cada
vez le pertenece más a la gente, a la calle; y muchos prejuicios han
caído con el tiempo. Para mí la actitud más coherente a asumir es
que la ideología nuestra sigue siendo en parte el ser irreductibles,
no utilitaristas, con un romanticismo aguerrido, lúcido; no un
romanticismo imbécil, inoperante. Todo eso para aportar pequeñas
dosis de belleza para la gente, para seguir manteniendo ese
sentimiento de incorruptibilidad que podemos ostentar. Y por ahí
pasa la ideología del rock, su coherencia en el tiempo. Cada artista
continúa siendo esa especie de "paranormal" que lucha con todos los
intereses que afectan esta profesión, tratando siempre de cuidar su
obra, su letra, su tapa. Esa es la lucha por el triunfo de la
creatividad. Fíjate si ese encare lo hubiera tenido el gobierno
desde que surgió Litto Nebbia hasta ahora, si hubiera tenido el
mismo grado de incorruptibilidad, el mismo grado de antifachismo,
estaría diferente este país. Es lo mismo que si yo me pusiera a
tocar una música complaciente para vender todo, eso defraudaría las
expectativas de la gente de la misma manera que un gobierno que les
prometió un cambio termina asesinando y sumergiéndonos en el caos
total. Todos los rockeros han mantenido una conducta idónea a través
de todos estos años, con diferentes resultados creativos, con música
de mayor o menor nivel, pero siempre tratando de ofrecer lo mejor de
sí. Creo que ante la incoherencia general, la del poder no la de la
gente, el rock ha mantenido una coherencia.
-Cuál es tu apreciación acerca del cambio operado en los medios de
comunicación con respecto al rock.
L.A.Spinetta: Tal vez suene un poco pedante, pero creo que ese
cambio comenzó a gestarse con los conciertos de la primera reunión
de Almendra. Eso generó cambios en la propia infraestructura del
rock, y luego despertó la curiosidad de los medios no específicos
que vieron hasta qué punto el rock tenía capacidad de convocatoria.
Entonces la prensa empezó a tomarnos en cuenta con un sentido mucho
menos "ridículo" de lo que antes lo hacía. Muchos de los que antes
eran considerados como moscas blancas hoy pasaron a ser
protagonistas principales de la realidad. Gente como Charly que, más
allá de cualquier disquisición musical, es un protagonista
importantísimo que hace cosas, que convoca gente en grandes
estadios. Y eso no hay ningún medio de difusión que pueda ignorarlo.
Me parece lógico, porque un músico como Charly ha tenido un notorio
progreso a través de las diferentes etapas de su carrera, una
evidente maduración lírica como creo que todos nosotros hemos
tenido. Lo mismo ocurre con los periodistas, que ya no son los
mismos que manejaban la cosa hace unos años, son la gente nueva, esa
en la que finalmente prendió la semilla de Lennon. Los conciertos de
rock no son pequeños momentos de revolución y que partir de ahí se
modifican los estatutos que nos gobiernan; no, mentiras. Son la
respuesta de un país creativo para la gente que quiere vivir en ese
clima. Si algo va quedando es porque esto es bueno.
-Pero todavía hoy hay quien insiste en alimentar la polémica de si
esto es rock argentino, música nacional.
L.A.Spinetta: Creo que todavía hay mucha gente que quiere
enroscarnos con la historia del folklore y del tango, porque en
parte quieren que sigamos siendo indios que escuchan música del año
'30 para poder destruirnos. Siempre que escuchemos buena música
internacional nos vamos nutriendo de cosas creativas que nos van a
dejar elementos positivos. Cómo puede ser que pretendamos que la
Argentina sea nada más que una guitarra, un bombo y un bandoneón
cuando a la gente de este país le gusta tanto ser mundana, estar
informada y tomar las últimas tendencias de todo el mundo. Vivimos
en un país polifacético, extravertido, no hacia adentro. Que hayamos
tomado una música en la que primero incursionaron los sajones y
luego hayamos creado un lenguaje propio, nosotros que somos hijos de
inmigrantes, eso habla de un país evolucionado, no un país
colonizado. El hecho de que estemos colonizados económicamente no
significa que yo no me sienta argentino. Los valores culturales de
un país no se borran porque venga un grupo internacional a tocar, y
esa crítica reaccionaria no va a tener más cabida si la Argentina
ingresa de una vez por todas en un sistema democrático. No me hablen
del tango, de esa mezcla de pasodoble, chotis, rumba con canción de
Bavaria ejecutada con un instrumento fabricado en Alemania. Y los
bombos legüeros, se fabrican con pieles de animales muertos, eso en
la época de los sintetizadores y los autos con caja automática. Una
cosa es el folklore y el antecedente que se va acumulando que es la
raíz misma de un pueblo y su cultura, y otra es que el mundo cambia
y este país jamás se va a quedar atrás porque a la gente no le gusta
quedarse atrás, y porque un país así sólo es capaz de generar
cultura. Hay que terminar con las masturbación de la identidad
nacional, cuando ésta ya está tan virilmente conformada que somos el
único país del mundo capaz de generar este tipo de fenómenos.
Nosotros hace rato que ya encontramos la identidad de nuestro país,
ya sabemos perfectamente lo que queremos, y estoy seguro que esos
chicos, en los que yo confío plenamente, son los que van a ver un
país diferente, feliz, libre y moderno.
Ir Arriba |
|
Luis Alberto Spinetta
|
|
|
|
|
Luis Alberto Spinetta
|
|
|
|
|