Después de muchos años de deambular por el rock (es uno de los
nombres que frecuentaban la lista de la Cueva) Nacho Smilari pudo
hacer lo suyo recién el año anterior con Cuero; un grupo que
apareció sorpresivamente con un long play y que apenas si apareció
en escena. De la manera en que se lo formó el grupo se diluyó.
Ahora, tiempo después, Smilari anuncia tan repentinamente como antes
que Cuero existe y tiene otro álbum. Las circunstancias las aclaró
él mismo a Pelo.
Realmente soy un tipo de suerte. Después que el grupo se había
desarmado (Carlos Calabró se fue a Estados Unidos y Tetrik viajó a
Entre Ríos, su provincia) yo me quedé elaborando mis cosas solo.
Hasta que la compañía me llama y me prepone grabar otro álbum con el
nombre de Cuero. Hablé nuevamente con Tetrik y también con Enrique
Masllorens (que había sido el primer bajista) pero no les interesó
hacer este nuevo long play. Entonces comencé a buscar músicos de
barrio, músicos de grupos no conocidos. Pero no encontré nada.
Entonces me presenté a la compañía y les dije que quería grabar con
dos músicos profesionales: Osvaldo López, en batería y Adalberto
Cevasco, en bajo. Aceptaron. Cuando tuve algunos temas preparados le
pregunté a uno de los directores artísticos si podía agregar un poco
de percusión y piano. Nuevamente me dieron el okey. Pero cuando
tuvimos que presentarnos a grabar no sólo había agregado a
Parentella en piano y a Joe Coco en percusión sino que, además,
estaba Bernardo Baraj en saxo. No entendieron nada, pero cual lo
aceptaron. Lo que ellos querían era Cuero, lógicamente, además había
hecho una reunión con vendedores para chequear las posibilidades de
un nuevo álbum y todos habían dado su aprobación.
COMPOSICION
Mi intención, sinceramente, también era hacer algo de lo de Cuero,
en la onda del primer álbum: un tipo de música densa y pesada de
rock. Pero al enfrentarme con la
realidad de la grabación me di cuenta que el ciclo evolutivo que se
había dado en mí me fue cambiando totalmente la forma de componer, e
inclusive en la manera de tocar. Qué sé yo: en todo.
Otra de las cosas que influyó es que me sentí influenciado por el
nivel de los músicos que iban a tocar conmigo: entonces trabajé
componiendo y arreglando para lo que pudieran tocar esos músicos,
que son todos muy buenos instrumentistas.
Entonces empezamos a grabar y entre todos conseguimos un sonido que
mataba, empezó a sonar sensacional. El productor se dio cuenta
rápidamente que eso no era Cuero, pero pensó que serían uno o dos
temas. Pero la cosa siguió y todo el álbum quedó así. pero a mitad
del camino no se podían echar atrás y continuamos sin problemas.
Adalberto Cevasco me dio una gran mano para todo esto, él me ayudó
mucho en la parte de arreglo, me escribió los arreglos. Pero toda la
idea y toda la esencia de las temas es mía. Así que el trabajo que
cumplí para la grabadora fue como de director y arreglador,
compositor de toda la música.
GRABACION
Al principio el hecho de tocar con el tipo de músicos que
participaron se me hizo muy halagante: imaginate... tocar con
Cevasco, que integró el grupo de El Gato Barbieri en once ciudades
del Japón, en México, en Nueva York, o el caso de Osvaldo López,
acostumbrado a trabajar profesionalmente con los mejores, el mismo
Baraj, el saxo más destacado del país, al fin todos son de una
categoría realmente excepcional. Así que si al principio estaba
halagado de tocar con ellos, ya metido en la cosa sentía un poco de
temor con respecto a lo que podía hacer. Pero me di fuerzas y traté
de superarme. Además me motiva al escuchar cómo iban saliendo las
cosas, era un sonido tan bueno que me copaba muchísimo. Ahora claro,
al principio, cuando tuve que empezar a poner play-backs me
encontraba un poco reprimido, tenía un poco de vergüenza. Porque
primero grabamos todas las bases (donde yo hice guitarra rítmica, y
después yo trabajé sobre las bases haciendo los solitos, las voces y
todo lo demás. Bernardo dobla el caño, Lopecito también lo hace con
la batería. En fin se dobla todo. Esos trabajos a la compañía le
salió cualquier plata. Aunque en realidad no usamos muchas horas de
grabación. En principio porque me apuraban un poco los productores
porque querían que el álbum saliera ahora, a fines de mayo, o
principios de junio. Y después no consumimos muchas horas porque los
músicos participantes tenían los temas escritos. No ensayamos en
ninguna oportunidad: fuimos al estudio y tocamos. Pero no todo es
tan frío como parece. Los siete temas que integran el long play
están escritos en sus partes fundamentales, es como una especie de
estructura, algunos reffs, una especie de bases. Yo les pedí a los
músicos, entonces, que ellos trabajaran libremente sobre la
composición sugerida, una especie de free. De esa manera emplearon
sus propias ideas y los yeites que improvisó cada uno realmente
matan.
TECNICAS
En todo esto yo tengo los méritos de haber dado la idea, haber hecho
las composiciones y los arreglos y todo lo demás, pero ellos también
tienen unos méritos bárbaros al haber trabajado en forma totalmente
libre. Esto quiere decir que si bien hubo cosas predeterminadas, la
grabación de este long play no es un molde, los músicos no tocaron
fríamente haciendo sólo lo esencial. Han trabajado realmente "a
piacere"; ya te digo, Baraj hizo cosas realmente fuera de serie con
el saxo.
A medida que íbamos grabando los temas fueron aceptados por toda la
gente de la compañía y está quedando como una de las mejores cosas
que se está haciendo. A nivel técnico inclusive.
Ahora estoy trabajando con Jorge Da Silva, un técnico de la compañía
que es amigo mío; él trabaja libremente y lo puede hacer porque es
un tipo que tiene muchas ideas, pone y saca efectos sin necesidad de
consultarme a mí porque tiene toda mi confianza.
Todos estuvieron muy a gusto con el trabajo que hicimos. Los mismos
músicos me preguntaban "¿Cómo te dejan grabar esto?" o "¿A quién le
van a vender este tipo de música?".
Lo que ocurre es que yo puedo hacer muchas cosas en esta compañía
porque soy muy amigo de la gente que trabaja allí. Siempre me porté
así, a nivel muy correcto, nunca tuve ni una palabra de más ni de
menos con nadie. En la compañía a mí me saluda desde el portero
hasta el tipo más ejecutivo. Me tienen muy bien conceptuado; porque
siempre dentro de la compañía traté de trabajar primero con
honestidad, y después con respeto hacia toda la gente de ahí. ¿Te
das cuenta? Porque hay muchos músicos —no hace falta que dé nombres—
que han ido a trabajar a la compañía y los han echado debido al
circo que han hecho adentro. Yo siempre que trabajé en esa compañía
fui muy profesional, muy correcto; siempre fui a la grabación con
todos mis instrumentos, con la música más o menos cocinada, con la
idea de consumir el tiempo no en ensayos, en delirio o pavadas, sino
en trabajo."
(N. de la R.: la crónica que antecede fue extractada de la grabación
realizada durante la entrevista a Nacho Smilari.)
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