Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


Pastoral Estadio Obras
Nueva Generación
Revista Pelo
septiembre 1982

Corren buenos tiempos para el rock. Sorteando recesión, confusión, depresión y toda la temática bajoneante que predomina en estos días, la música de rock continua imponiendo su demoledora respuesta masiva. Y en estos momentos se vive una especie de euforia que hace que cualquier espectáculo del género tenga una multitudinaria asistencia asegurada. Este hecho ha sido plenamente confirmado con los últimos espectáculos realizados en el estadio Obras. Allí hubo rock-pesado, folklore de América Latina y rock suave, todo con el mismo aplastante suceso.
Los desprevenidos, que los sigue habiendo, ponen el acento en el problema Malvinas, negando nada más y nada menos que quince años de historia. Son los que no oyeron de los dos Luna Park de los Sui Generis, de los Obras de Almendra, Serú, Gieco y hasta de los records de aquella banda inglesa en Velez. La realidad es que el rock siempre existió, siempre estuvo ahí. Los que recién ahora quieren verlo son los atontados de siempre, los que no entendieron ni entenderán de que se trata.
Y para no cortar la racha. Pastoral también tuvo sus buenos Obras. El dúo De Michele-Erausquin se presentó en Buenos Aires después de varios años de ausencia y levantaron considerables expectativas. Pastoral siempre fue un grupo bastante discutido, básicamente por el presupuesto de que su música no era decididamente rockera, teoría apuntalada por el éxito de algunas baladas. Por supuesto se trataba de una objeción meramente subjetiva. Pastoral siempre fue un grupo de rock, al que lógicamente se le podía objetar la calidad de su música, como a cualquiera. El show que el dúo presentó en Obras se destacó por la presencia objetiva de dos estilos musicales completamente diferentes. Uno el folk , clásico, la balada que va creciendo lentamente y el rock tenue, característicos de toda la primera etapa de Pastoral. Y el otro marcadamente diferente, el rock fuerte, moderno y comprometido que propusieron desde su nuevo álbum "Generación".
El cambio ha sido sustancial, Pastoral es otro grupo, aun a pesar de alguna timidez instrumental o de los clichés vocales de De Michele. Esta banda suena para adelante todo el tiempo, tocando la música nueva y también los viejos éxitos. Y ese ha sido uno de los logros más palpables de esta nueva instancia. Hay fuerza y empuje para tocar "Generación", "Humanos" o "Hacia la libertad", un hermoso tema de Erausquin magníficamente recreado. No es ajena a este cambio la virtuosa banda que los acompaña: Gustavo Donés en bajo y, Daniel Colombres en batería conforman una rítmica compacta, fuerte y precisa. Ambos músicos son fundamentales en el nuevo sonido del grupo porque están constantemente asumiendo su rol casi en forma solista. También resultó brillante la tarea del tecladista Muscolo, quien aportó buen gusto y una especial habilidad para seleccionar los sonidos de sus teclados.
Pastoral tuvo su fiesta en el Obras, y fue merecida por el trabajo que vienen realizando. El dúo se jugó a crecer, a cambiar, y el desafío tuvo su premio; este Pastoral ya está listo para cantarle a una nueva generación.
Revista Pelo 170
septiembre de 1982

 

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