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crónicas del siglo pasado

REVISTERO

Comentarios sobre discos
(recopilación)

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ORIONS
Volando alto

Este es el tercer álbum en la carrera del viejo Orion's Beethoven y el primero en la del nuevo Orions. Y sin dudas esta versión del grupo es muy distinta a la anterior. Los hermanos Bar cambiaron su estilo, dejando de lado la elaboración del pasado para volcarse a hacer una música más simple, directa y efectiva. Y en ésta etapa tienen los músicos adecuados para llevar a cabo su propuesta.
"Votando alto" es el primer fruto de la nueva formación y su resultado es más que alentador. Orions consiguió hacer un muy buen álbum, cuya base es el rock 'n' roll, pero sin dejar de lado otras vertientes: hay un blues . ("Un ladrillo de cinco lados"), un tema de aire godspell ("Hey, Dios"), canciones intimistas ("Lisa", "En un cuarto vacío"), rock pesado ("Sigo dando vueltas"), todos hechos con un mismo nivel de calidad. Esta es la mejor formación de Orions y eso se nota. Tal vez el trabajo más destacado lo cumpla Alberto Varac, uno de los mejores vocalistas que han surgido en los últimos tiempos, con un registro amplísimo y matices casi únicos. líricos.
La base rítmica es otra de las claves de la calidad de este álbum: tanto Ronan Bar (bajo), como José Luis González y Horacio Varbaro son tos auténticos cimientos de la poderosa música de Orions. En los solos. Adrián Bar demuestra que es uno de los mejores guitarristas del rock nacional, con veloces y punzantes fraseos, mientras que Varbaro hace su parte medida y con buen gusto. De los rock'n'rolls del disco, "Nacida para perder" y "Sigamos volando alto" se llevan los mayores logros, aunque e! tema de más rápido impacto de todo el álbum sea "Hasta que salga el sol (tocando en una banda de rock'n'roll)", una de esas canciones que es imposible no tararear en la mente cuando terminó el disco.
"Volando alto" es el mejor álbum que Orions grabó hasta la fecha. Sin dudas, la producción independiente valió la pena y el .tiempo de espera también.

PASTORAL
Generación

Este disco es una sorpresa agradable. Y es una sorpresa porque no tiene prácticamente nada del viejo Pastoral de las voces sobre agudas y las guitarras acústicas. Alejandro de Michele y Miguel Ángel Eurasquin seguramente podrían haber hecho un disco siguiendo la línea que tanto éxito les había dado en el pasado; pero no, ellos eligieron jugarse a todo o nada y hacer algo distinto. Y eso sólo ya de por si constituye todo un mérito. Pero lo positivo es que la nueva música del grupo, una vez que pasó la sorpresa del primer momento, realmente impacta.
Mucho más directa y electrónica que en el pasado, la propuesta actual de Pastoral da la sensación de estar más acorde con el tiempo que se vive. Temas como "Babany", "Todas patinan" o "Generando" son una clara demostración de cómo se puede hacer una música actual sin tener que caer en rótulos gastados como "nueva ola" o cosas por el estilo. Pastoral parece haber encontrado la fórmula para hacer una música distinta sin caer en la hibridez estilística.
Sin dudas, el tema de mayor impacto es "Peleándose", una canción calma con una muy buena melodía de piano como base En este tema se muestra lo que será una constante en toda la placa: las letras directas, sin el hermetismo de otras épocas. pese a los diferentes estilos de los dos miembros (De Michele es más rebuscado, Eurasquin mas simple), la propuesta es la misma. "Generación" es un álbum que, en principio, va a sorprender y que, con el tiempo, va a recibir el reconocimiento que indudablemente se merece.

CANTILO-DURIETZ
Contracrisis

"Contracrisis" es el primer álbum que Miguel Cantilo y Jorge Durietz (Pedro y Pablo) graban juntos en mucho tiempo, y a su alrededor se había tejido una gran expectativa que, en gran parte, se verá defraudada. La principal característica del disco es su irregularidad: hay puntos altos y otros muy bajos. Además, la propuesta que por momento asoma corno contundente, en algunos temas pierde fuerza y se transforma en un producto musical y literariamente chato.
Y la falta de uniformidad de criterio acaso se deba a las distintas tendencias que siguen Durietz y Cantilo, el primero enrolado en una corriente folklórico-romántico y el segundo emparentado con el rock contestatario.
Por momentos, "Contracrisis" da la sensación de ser sólo un intento estéril de retrotraer el pasado al presente. No hay aquí una propuesta novedosa como la que Cantilo mostró en "Gente del futuro". "Contracrisis" sólo convence en temas como "Ganas, amor y tiempo", "Señora violencia e hijos", "La legión interior" y el que titula el disco. El resto, salvo momentos esporádicos, es intrascendente, en especial canciones como "Mi fantasma y yo", "Deberás estar descalza", "Oceánico latir" y "Energía y materia", que ni en la música ni en la letra aportan algo trascendente.
revista Pelo 167

DULCES 16
Dulces 16

Es muy difícil hacer un disco de rock'n'roll que suene "caliente". Para la mayoría de los grupos que transitan este estilo -en la Argentina o en cualquier parte del mundo- el entrar a un estudio de grabación tiene los mismos efectos que si se metieran en una congeladora. Sin embargo, y pese a su inexperiencia en grabaciones, los Dulces consiguieron hacer un disco caliente de rock y blues. Y eso solo ya es de por si un mérito.
"Dulces 16" es un disco rebosante de potencia y sentimiento que atrapa desde un primer momento por el calor que transmite. El rock sureño, ajustado y denso, matizado con algún blues y algún tema de aire country, es en esta placa una entrega convincente. Los Dulces sienten esa música y saben tocarla como pocos. Rudy Marcolongo y Gabriel Jolivet son dos "especialistas" que se alternan en los solos con inteligencia y variedad.
"Para tocar rock'n'roll", "No es simple vivir" y "Dos para crecer" son los temas que más rápido impactan por sus estribillos gancheros y su ritmo contagioso. "El tren" es un country sureño bien acelerado con un correcto trabajo de voces. "Ley del rock' n'roll" es tal vez el tema más rico musicalmente, con un clima que crece en base a buenos solos de guitarra. "Mañana otro blues" -tema que tiene una gran aceptación en vivo- es el predecible blues que nunca falta en un álbum de este tipo. "Mientras la banda suena" y "Por qué tantas palabras" completan el disco con buenos riffs de guitarra y un apabullante trabajo de la rítmica. Como en todo grupo de rock'n' roll que se precie de tal, las letras son superficiales y machistas, siguiendo la premisa de que el rock es ritmo y no mensaje, algo bastante discutible.
"Dulces 16" es un buen disco que muestra a una banda caliente, segura y muy identificada con su música y propuesta.
revista Pelo 163

JAVIER MARTINEZ
Sol del sur

Luego de bastante tiempo de aparente silencio, Javier Martínez retoma a la escena con el primer fruto de su nueva etapa como solista. Junto al bajista Raúl Fernández y al guitarrista Cristian García, el baterista grabó ocho temas que tienen el inconfundible sello de Manal. Es más, este disco -dejando obviamente de lado el tema sonido- parece un disco del viejo Manal.
Martínez no ha evolucionado en su propuesta musical y hasta da la sensación de haberse quedado detenido en el tiempo. "Sol del sur" tiene los blues urbanos y los temas jazzeros que fueron característicos en la producción de Manal, y el hecho de haber trabajado en trío le dio una mayor similitud aun al material.
Donde sí se nota un cambio en la propuesta del baterista es en el aspecto literario. Javier Martínez ya no es aquel narrador de la realidad urbana. Sus descripciones de la ciudad y su particular mundo fueron reemplazadas por letras de un tinte romántico que hacen hincapié en reflexiones personales.
"Sol del sur" es un trabajo de escasos logros. Javier Martínez quedó detenido en el tiempo y el paso de éste es inapelable en cualquier expresión artística que pretende ser de vanguardia. Es probable que si este disco lo hubiera grabado el viejo Manal, hubiera sorprendido, pero a esta altura del partido todo suena demasiado viejo y opaco.
revista pelo 197

PEDRO Y PABLO
En concierto

Mientras Pedro y Pablo compilan su actuación sobre el escenario de B.A.Rock, alguien comentó irónicamente que seria de estos músicos si no existiera margen para la protesta social, si no hubiera motivaciones para su desarrollo. Una hipótesis demasiado intangible para un país como éste. Quizás Cantilo sería un compositor de canciones de amor y para otros músicos seria muy duro subsistir.
Pero la realidad impone su peso, Pedro y Pablo cantan sus canciones, las mismas que compusieron hace más de diez años y que mantienen su cruel, increíble actualidad. Parte de aquellas apelaciones, de tiempos mejores sin duda, aparecen en este álbum grabado en vivo durante los conciertos de regreso del dúo.
Acompañados por el grupo estable de Cantilo (Gornatti, guitarra; Portugheis, batería; Pessino bajo y Casilla, percusión) mas algunos invitados, Cantilo y Durietz recorrieron las viejas armonías de "La marcha de la bronca", "Yo vivo en esta ciudad", "Catalina Bahía"; y también las obras de la última producción cómo "La legión interior", "Señora violencia e hijos" y la infaltable "La gente del futuro".
El álbum está bien grabado y suena prolijo, a pesar de que el dúo no es una maravilla vocal, y mucho menos instrumental. Pero Pedro y Pablo trascienden la música, son un fenómeno social y este álbum es un fiel testimonio de ese hecho.
revista Pelo 176

VIRUS
Recrudece

Luego de la primer epidemia desatada por esta banda, hubo un nuevo ataque y esta vez recrudece. Pero, como sucede casi siempre, la población aumentó su inmunidad y está soportando mejor a este virus.
Y esto es un signo de salud para el sexteto platense. Su propuesta, sin alejarse demasiado de su versión primitiva, ha madurado. Federico Moura extiende, con su voz, un manto de uniformidad en cuanto a la forma de dar mensaje.
Pero éste ha variado, acercándose más a la gente que en un principio los rechazó por "demasiado modernos". La música de Virus es, en este álbum, más rockera, aunque todavía no se puede asimilar, ni confundir, con otra agrupación, lo que, en definitiva, es un elogio a la personalidad de la banda.
Las letras, por su parte, son bien locales -las estrictamente coherentes- y presentan, en forma graciosa pero directa, numerosas vicisitudes del argentino medio.
De esta forma "Recrudece" marca la continuidad de un grupo al que, de ahora en más, sólo se lo podrá rechazar desde un punto de vista subjetivo, pero al mismo tiempo tendrá que aceptar su inclusión en el contexto nacional, porque su mensaje lo es, sobre todo ahora que llegó la hora de entrar en movimiento.

RAÚL PORCHETTO
Che Pibe

La edición de este nuevo álbum parece ser una profundización en el estilo, planteado por Raúl Porchetto a partir de su exitoso long play "Metegol". Para esta oportunidad, el creador de "Algo de paz", cuenta nuevamente con el concurso de buenos. músicos (su antigua banda se disolvió a comienzos del año anterior). La exquisita y curiosa guitarra de Gringui Herrera le da a todo el álbum un tono muy particular, quizás más funky que otras grabaciones de Porchetto. El bajo de Willie Campins es creativo, seguro, dos condiciones que también demuestra la batería de Fernando Marrone. Esta vez Raúl incursiona oportunamente en guitarras, además de los teclados, pero donde se nota un cambio -en la búsqueda de un punto óptimo- es en el empleo de su voz: más lanzada a los registros bajos, la garganta de Porchetto sigue manteniendo el color aterciopelado que fue siempre su principal característica. Los arreglos corales, donde contó con varias colaboraciones. persiguen el clásico beatleano y se convierten en verdaderos matices de apoyo. El sentido de la oportunidad de los coros, como de algunas ráfagas de arreglos -sutiles pero trabajosos- demuestran la innegable calidad de Porchetto como productor, una virtud no demasiado frecuente entre los músicos argentinos.
La temática de las letras continúa en una línea realista de inmediatez con problemáticas sociales y, a veces, juveniles. La experiencia personal sólo se refleja en dos temas ("Así está mi corazón" y "Llamando a los duendes") donde generalmente la ilusión se maneja sólo en términos hipotéticos, como evidente secuela de una asumida presión del entorno, lo que puede advertirse claramente en el resto de las letras, cuya alternativa más jaranosa es "Che pibe, veni vota".
Sin duda, el resumen de este trabajo, deja la sensación de estar delante de un álbum con excepcionales elementos para el éxito, una meta que el buen observador advertirá como un seguro criterio de producción donde se han cuidado todos los detalles y no sólo el del sonido.
revista Pelo 179

ORIONS
Asfalto caliente

Este es un disco muy especial dentro de la carrera de Orions por dos motivos: por un lado, "Asfalto ..." tenía que apuntalar el reconocimiento obtenido con "Volando alto", su anterior entrega. Por otro, es el primer trabajo sin la participación de José Luis González, el baterista muerto en el verano pasado. Seguramente, con estos dos conceptos muy presentes en la mente de los músicos, Orions se sumergió en los estudios y dio forma al "Asfalto caliente". El resultado de este trabajo es desparejo. Hay buenos pasajes musicales alternados con otros que no lo son tanto. Por momentos, "Asfalto caliente" transmite cierta frialdad y da la sensación de ser un trabajo apurado.
Musicalmente, Orions no ha cambiado demasiado su estilo, aunque el ingreso de Cacho D'Arías en la batería le dio al grupo una mayor tendencia hacia el rock pesado.
El disco se abre con "Malos vecinos", un divertido rock'n' 'roll que no alcanzó a capturar la energía que tiene tocado en vivo. La guitarra está muy atrás en la base y el sonido de la batería es demasiado grave. "Amargos 16" es un rock que pasa sin pena ni gloria. "Mis pies tienen alas" es el blues obligado que todo disco de rock'n'roll debe tener. El cierre del lado A es una sorpresa:
"Amistades desparejas", un tema incandescente que ya fuera grabado en "Tercer milenio", el segundo disco de los hermanos Bar y su grupo. Pese a que aquí aparece en una poderosa versión, ésta. no difiere prácticamente en nada de la original, y por lo tanto no justifica su inclusión en el álbum.
El lado B lo abre el tema que da título al long-play. Un rock pesado con una buena melodía y ardorosos riffs. De lo mejor del disco, sin duda. Sigue "Príncipe cansado", tema que, por lejos, se convierte en el punto más alto del álbum. Una introducción intimista en el piano, excelentes arreglos vocales, una melodía atrapante, letra fabulesca y un final a todo trapo con los teclados de Horacio Várbaro tejiendo una base densa mientras Adrián Bar dibuja un solo casi lírico.
El cierre del disco es para "El rey de la violencia", un tema bien pesado en letra y música.
"Asfalto caliente" es un álbum variado pero desparejo. Buenos arreglos y una base poderosa no consiguen salvar la fragilidad de algunas composiciones. Tal vez Orions debería haber esperado un tiempo para grabar este disco. De esa forma, acaso hubieran conseguido que todos los temas tuvieran un nivel tan alto como "Príncipe cansado".
Mención aparte para la tapa: pocas veces se ha visto en la Argentina una producción de tan buena calidad. La idea es excelente y fue plasmada con gran nivel. Sin duda, una de las mejores tapas que ha tenido el rock nacional en los últimos tiempos.
Revista Pelo 188

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