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crónicas del siglo pasado

REVISTERO

HORACIO GIANELLO
'TSUNAMIS'

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revista Pelo
1980

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Además de ser uno de los mejores bateristas locales, Horacio Gianello ha realizado una profunda tarea de enseñanza que lo ha proyectado internacionalmente. Así obtuvo el reconocimiento de los grandes maestros.
Cuando a mediados de la década pasada se separaba el núcleo original del Arco Iris, ya sin Horacio Gianello y Gustavo Santaolalla (quienes formaron Soluna), concluía una de las etapas más florecientes para la música experimental y popular argentina, guiada por un grupo musical importante. Posteriormente, los dos años que demandó la estabilización de Soluna terminaron por desgastar a sus miembros; y también se separó. Desde entonces, Gianello se abocó al estudio (que no abandonó aun cuando tocaba en alguno de esos grupos) y terminó por dedicarse totalmente a la enseñanza.
Gianello: "Cuando Gustavo Santaolalla sé fue a los Estados Unidos, momento en que se terminó Soluna, por vía de la casualidad (ya que siempre uno dice que es la casualidad, y no es así) conocí a Carlitos Piegari y los demás chicos de Avatar. Con algunos de ellos ya tenía una relación, porque los dos bateristas del conjunto eran alumnos míos. Avatar tenía problemas de organización, estaban desmoralizados, y me pidieron una mano. Entonces, sábados y domingos asistí a sus ensayos, y cada vez me metí más en ese trabajo. Eso sumado a la experiencia de tener más y más alumnos, cosa que antes había dejado de lado por el trabajo con Arco Iris y Soluna. Hasta que llegué a la cifra de cincuenta y cinco alumnos, con la que cerré a fin del año pasado. Teniendo en cuenta que el día tiene veinticuatro horas, de las cuales duermo, trabajo diez horas con alumnos y participo en un grupo, me queda poco para empezar cualquier otra cosa. La experiencia con Avatar es muy linda, porque puedo participar en la composición, los arreglos y, para no decir en la dirección, en el nucleamiento integral. Siempre me interesó continuar con mis estudios a todo ritmo, lo que no podía hacer mientras estaba en los grupos. Eso no quiere decir que no tenga ganas de tocar, pero en este momento no dispongo de tiempo. Con sinceridad, estoy metido en la música a pleno, con un amor total por la música."

Percusión arrolladora

Sin embargo, la mayoría de los músicos tratan de que todos sus conocimientos sean expuestos ante el público, porque el artista debe tener un destinatario para su creación. En el caso de Gianello, sus experiencias pasadas le dan en ese plano una satisfacción, que le hace prescindir de las audiencias.
Gianello: "Tener un contacto con el público implica también poner de por medio una especie de termómetro al ego que todo músico tiene. Viví experiencias hermosísimas con Arco Iris y Soluna: haber tocado ante trece mil personas, en los festivales B.A. Rock, en el Coliseo y en el Gran Rex, las giras de Soluna por el interior, tocando ante diez mil personas. Llega un momento en que se piensa que es imposible lograr más que esos climas que se crearon entre los músicos y la gente. Esto era algo en lo que siempre concordábamos con Gustavo; decíamos que la gente no tenía que estar solamente para aplaudir sino para participar, si se daban las condiciones necesarias.

En ese sentido cubrí muchas aspiraciones, pero tenía otras: siempre me interesó la parte de los arreglos y composición; soy un fanático de la armonía musical, además de todo lo rítmico."
Dentro de la tarea pedagógica que encaró Gianello, en torno de la batería y la percusión, está por aparecer su tercer libro, "Riff", y continúa realizando viajes al exterior para mantenerse informado tanto sobre los nuevos instrumentos como sobre el material didáctico de los grandes maestros. Tanto es así que la revista estadounidense "Modern Drummer" publicó un extracto de su segundo libro, "Tsunamis".
Gianello: "Terminé de escribir mi tercer libro, "Riff", que será editado este año, y tengo la idea de otro, ya casi bocetado. Esto es lo que logré de la tarea didáctica que comencé en 1964, de manera causal: varios bateristas de mi edad nos juntábamos para aprender. Suspendí eso que venía realizando por una gira como músico profesional a Europa que hice durante los años '67-'68. Cuando regresé, Netto, que fue productor de Arco Iris y León Gieco, me dio la oportunidad de abrir un estudio. Lamentablemente, muchas veces tenía que suspender las clases por las numerosas giras que tenía que realizar con Arco Iris. En el '75 se me dio la oportunidad de publicar 'Nueva proyección rítmica aplicada al rock', y en en '78 apareció 'Tsunamis', título que se refiere al fenómeno que produce grandes olas en el Triángulo de las Bermudas. Es tan arrollador como la tendencia a la percusión que se advirtió hace unos años. 'Tsunamis' contiene toda la evolución de la batería de estos últimos años, a través de los distintos estilos, y la conclusión está dedicada a los ritmos de Sudamérica, que son muy ricos." '

Búsqueda latina

Desde que la industria musical resolvió el año pasado confiar en el rock-reggae como la nueva tendencia que reemplazará a la alicaída música disco, los ritmos latinoamericanos adquirieron una nueva dimensión e importancia. También el interés de los músicos norteamericanos y europeos por los ritmos de esta parte del continente se mantiene. Y eso también lo percibió Gianello en el viaje que realizó a los Estados Unidos en los primeros meses de este año.
Gianello: "En estos dos meses corroboré que la rítmica latinoamericana está en el centro del interés del movimiento musical de los Estados Unidos. Noté un gran porcentaje de música fusionada con la de Brasil, y sobre todo con lo latino. El pionero de eso fue Santana. Además, Billy Cobham introdujo, como panameño, muchos ritmos centroamericanos; sus solos no tienen sabor jazzístico ni rockero, sino latino, con algunos fragmentos de reggae. También en Europa hay un movimiento que intenta profundizar en la búsqueda de ritmos latinoamericanos."

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