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Además de ser uno de
los mejores bateristas locales, Horacio Gianello ha realizado una profunda tarea de
enseñanza que lo ha proyectado internacionalmente. Así obtuvo el reconocimiento de los
grandes maestros.
Cuando a mediados de la década pasada se separaba el núcleo original del Arco Iris, ya
sin Horacio Gianello y Gustavo Santaolalla (quienes formaron Soluna), concluía una de las
etapas más florecientes para la música experimental y popular argentina, guiada por un
grupo musical importante. Posteriormente, los dos años que demandó la estabilización de
Soluna terminaron por desgastar a sus miembros; y también se separó. Desde entonces,
Gianello se abocó al estudio (que no abandonó aun cuando tocaba en alguno de esos
grupos) y terminó por dedicarse totalmente a la enseñanza.
Gianello: "Cuando Gustavo Santaolalla sé fue a los Estados Unidos, momento en que se
terminó Soluna, por vía de la casualidad (ya que siempre uno dice que es la casualidad,
y no es así) conocí a Carlitos Piegari y los demás chicos de Avatar. Con algunos de
ellos ya tenía una relación, porque los dos bateristas del conjunto eran alumnos míos.
Avatar tenía problemas de organización, estaban desmoralizados, y me pidieron una mano.
Entonces, sábados y domingos asistí a sus ensayos, y cada vez me metí más en ese
trabajo. Eso sumado a la experiencia de tener más y más alumnos, cosa que antes había
dejado de lado por el trabajo con Arco Iris y Soluna. Hasta que llegué a la cifra de
cincuenta y cinco alumnos, con la que cerré a fin del año pasado. Teniendo en cuenta que
el día tiene veinticuatro horas, de las cuales duermo, trabajo diez horas con alumnos y
participo en un grupo, me queda poco para empezar cualquier otra cosa. La experiencia con
Avatar es muy linda, porque puedo participar en la composición, los arreglos y, para no
decir en la dirección, en el nucleamiento integral. Siempre me interesó continuar con
mis estudios a todo ritmo, lo que no podía hacer mientras estaba en los grupos. Eso no
quiere decir que no tenga ganas de tocar, pero en este momento no dispongo de tiempo. Con
sinceridad, estoy metido en la música a pleno, con un amor total por la música."
Percusión arrolladora
Sin embargo, la mayoría de los
músicos tratan de que todos sus conocimientos sean expuestos ante el público, porque el
artista debe tener un destinatario para su creación. En el caso de Gianello, sus
experiencias pasadas le dan en ese plano una satisfacción, que le hace prescindir de las
audiencias.
Gianello: "Tener un contacto con el público implica también poner de por medio una
especie de termómetro al ego que todo músico tiene. Viví experiencias hermosísimas con
Arco Iris y Soluna: haber tocado ante trece mil personas, en los festivales B.A. Rock, en
el Coliseo y en el Gran Rex, las giras de Soluna por el interior, tocando ante diez mil
personas. Llega un momento en que se piensa que es imposible lograr más que esos climas
que se crearon entre los músicos y la gente. Esto era algo en lo que siempre
concordábamos con Gustavo; decíamos que la gente no tenía que estar solamente para
aplaudir sino para participar, si se daban las condiciones necesarias. |
En ese sentido cubrí muchas
aspiraciones, pero tenía otras: siempre me interesó la parte de los arreglos y
composición; soy un fanático de la armonía musical, además de todo lo rítmico."
Dentro de la tarea pedagógica que encaró Gianello, en torno de la batería y la
percusión, está por aparecer su tercer libro, "Riff", y continúa realizando
viajes al exterior para mantenerse informado tanto sobre los nuevos instrumentos como
sobre el material didáctico de los grandes maestros. Tanto es así que la revista
estadounidense "Modern Drummer" publicó un extracto de su segundo libro,
"Tsunamis".
Gianello: "Terminé de escribir mi tercer libro, "Riff", que será
editado este año, y tengo la idea de otro, ya casi bocetado. Esto es lo que logré de la
tarea didáctica que comencé en 1964, de manera causal: varios bateristas de mi edad nos
juntábamos para aprender. Suspendí eso que venía realizando por una gira como músico
profesional a Europa que hice durante los años '67-'68. Cuando regresé, Netto, que fue
productor de Arco Iris y León Gieco, me dio la oportunidad de abrir un estudio.
Lamentablemente, muchas veces tenía que suspender las clases por las numerosas giras que
tenía que realizar con Arco Iris. En el '75 se me dio la oportunidad de publicar 'Nueva
proyección rítmica aplicada al rock', y en en '78 apareció 'Tsunamis', título que se
refiere al fenómeno que produce grandes olas en el Triángulo de las Bermudas. Es tan
arrollador como la tendencia a la percusión que se advirtió hace unos años. 'Tsunamis'
contiene toda la evolución de la batería de estos últimos años, a través de los
distintos estilos, y la conclusión está dedicada a los ritmos de Sudamérica, que son
muy ricos." '
Búsqueda latina
Desde que la industria musical
resolvió el año pasado confiar en el rock-reggae como la nueva tendencia que
reemplazará a la alicaída música disco, los ritmos latinoamericanos adquirieron una
nueva dimensión e importancia. También el interés de los músicos norteamericanos y
europeos por los ritmos de esta parte del continente se mantiene. Y eso también lo
percibió Gianello en el viaje que realizó a los Estados Unidos en los primeros meses de
este año.
Gianello: "En estos dos meses corroboré que la rítmica latinoamericana está en el
centro del interés del movimiento musical de los Estados Unidos. Noté un gran porcentaje
de música fusionada con la de Brasil, y sobre todo con lo latino. El pionero de eso fue
Santana. Además, Billy Cobham introdujo, como panameño, muchos ritmos centroamericanos;
sus solos no tienen sabor jazzístico ni rockero, sino latino, con algunos fragmentos de
reggae. También en Europa hay un movimiento que intenta profundizar en la búsqueda de
ritmos latinoamericanos." |