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crónicas del siglo pasado

REVISTERO

María Rosa Yorio
De mujer a mujer

Tranquila, silenciosamente, María Rosa Yorio ha trabajado ininterrumpidamente en los últimos meses. en momentos en que las mujeres toman la vanguardia del rock, ella se destaca como una precursora que continúa con su obra.

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revista pelo 1983

 

Haga lo que haga, María Rosa Yorio será siempre para muchos "la" mujer del rock nacional, sin que por esto se ignore o menosprecie la capacidad de sus colegas. Pero ocurre que María Rosa goza de un curioso status dentro del rock local que le permite ser admirada o no, pero jamás ignorada. Sin embargo, a ella parece no preocuparle esta situación. María prefiere vivir la realidad como es y planear el futuro en la mejor forma posible.
Ya hace bastante tiempo que se embarcó en la aventura solista. "Con los ojos cerrados" fue el primer fruto de esa empresa y con él obtuvo críticas y elogios por igual. "Mandando todo a Singapur" fue la segunda y más reciente experiencia, además de ser la que marcó una sensible evolución en su trabajo. Ahora, más rubia y serena, se prepara para dar su tercer golpe, acaso el que la imponga masivamente. Mientras tanto sigue presentándose asiduamente en Capital e interior junto a una banda de apoyo, la misma que la acompañará en su grabación del disco.

DEDICADO A LA MUJER

Ahora que ha pasado un poco el tiempo, ¿cómo ves "Mandando todo a Singapur?

"Singapur" para mí significó mucho. Entre otras cosas, me inyectó ganas de empezar a componer. El disco me parece impresionante y me encanta tocar los temas en vivo. A mi juicio es una obra que me va a costar superar.

¿Cuál fue la respuesta del público?

Gustó muchísimo. Para mí fue un gran long-play en todo sentido, inclusive en ventas. Es muy distinto al primer disco. "Con los ojos cerrados" es la historia de María desde que empezó a cantar, a los 19 años, hasta los 24. "Singapur" fue el long-play de un año de mi vida y por suerte la respuesta fue buena. Junto a mi grupo -Alejandro Cimadoro en bajo, Mario Masselli en teclados, Néstor Ruggeri en guitarra y Oki Ortiz en batería- estamos tocando mucho por el interior y la gente recibe, muy bien los temas. Acá en Buenos Aires estuvimos tocando en distintos pubs y el público también se copa. Ahora estoy preparando mi tercer disco. En estos días voy a firmar contrato con una grabadora y calculo que en julio ya empiezo a grabar. Los temas son míos en su mayoría. Algunos los compuse con Nito (Mestre) y otros con Alfredo (Toth). También voy a grabar algunas canciones de Miguel Mateos. La idea es que el disco esté dedicado a la mujer del Río de la Plata, sobre todo a la mujer de la ciudad, que es la que más conozco. El tema central gira sobre una chica de oficina que un día se levanta un poco rayada y tira todo por el aire, empieza a bailar y se da cuenta de un montón de cosas.

Vos conociste al público masivo, al público de lugares chicos y a la gente del interior. ¿Hay diferencias entre ellos?

Sí, la diferencia es total. Inclusive hay diferencias de acuerdo al día que tocas. El público del interior es abierto, joven, entregado, que escucha. Acá, en los pubs, te encontrás con gente mayor que forma un público tranquilo, respetuoso, y con fanáticos que van a verte de cerca.

EL ROCK DEMOCRÁTICO

¿Cuál es la forma en que los músicos participan de este momento?

Ese es un tema espinoso porque cada uno está en lo suyo. Musicalmente, la forma de participar es no hablar de los pajaritos de colores. Creo que hay que hablar de la gente, de las cosas que se ven todos los días. Creo que todos tenemos que comprometemos con lo que estamos viviendo.

¿Cuál pensás que puede ser el desenvolvimiento del rock en la democracia?

Esa es una buena pregunta. Yo creo que hay mucho miedo e incertidumbre. En los últimos diez años "hubo muchos vaivenes con los distintos gobiernos. Pienso que el rock donde mejor puede desarrollarse es en la democracia, pero también puede ser que aparezcan los viejos de siempre con sus prejuicios y toda la mentira esa de que el rock es extranjerizante. Lo que pasa es que le temen al rock. El rock en la democracia tiene que florecer en toda su expresión y hablar de temas profundos del ser humano, dejando de lado la crítica. De todos modos, el temor por el futuro es cierto.

¿Te parece que a determinados sectores les molesta el poder de convocatoria que tiene el rock?

Sí, es evidente. Incluso pienso que no es por un temor político sino también por envidia. Pese a que se dice que Argentina es un país culturalmente avanzado, todavía se sigue con esa historia ridicula de que los rockeros son gente sucia, gente loca, drogadicta. Da la sensación de que se quedaron en los hippies. Además, hablan de que nosotros somos los violentos cuando es todo lo contrario porque somos los abiertos, los que tratamos de unirnos y buscar la paz. No tiene sentido que sigan agrediendo al rock.

¿Y cuál puede ser la respuesta del rock ante esa agresión?

Pienso que tenemos que seguir por el camino de la paz con mucha convicción e información. Por ejemplo, ahora estamos entrando en la televisión y yo creo que es muy positivo que la gente escuche hablar a tipos como Raúl (Porchetto).

¿Te parece que hay una unidad ideológica dentro del rock?

Creo que está empezando a haberla. No hablo de una unidad ideológica partidista, sino de que todo el mundo sabe a dónde debe apuntar. Claro que hay gente que tiene una tendencia violenta, que lamentablemente no es rescatable porque genera contradicciones que el público no está preparado para escuchar. Además, crean un clima negativo, A mí me molestó mucho lo de Riff, que después de lo que. pasó -generado en parte por ellos- en Obras, aparecieron en un programa de televisión y, usufructuando esa imagen violenta, empezaron a romper todo. Ese programa lo vio mi hijo de seis años y, para él, ahora Riff es un grupo como Kiss. Y para él es un juego, pero en este momento en que todas las cosas tienen un peso y donde la gente está tan sensibilizada,.todo eso no creo que sea muy positivo ...

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