Haga lo que
haga, María Rosa Yorio será siempre para muchos "la" mujer del rock nacional,
sin que por esto se ignore o menosprecie la capacidad de sus colegas. Pero ocurre que
María Rosa goza de un curioso status dentro del rock local que le permite ser admirada o
no, pero jamás ignorada. Sin embargo, a ella parece no preocuparle esta situación.
María prefiere vivir la realidad como es y planear el futuro en la mejor forma posible.
Ya hace bastante tiempo que se embarcó en la aventura solista. "Con los ojos
cerrados" fue el primer fruto de esa empresa y con él obtuvo críticas y elogios por
igual. "Mandando todo a Singapur" fue la segunda y más reciente experiencia,
además de ser la que marcó una sensible evolución en su trabajo. Ahora, más rubia y
serena, se prepara para dar su tercer golpe, acaso el que la imponga masivamente. Mientras
tanto sigue presentándose asiduamente en Capital e interior junto a una banda de apoyo,
la misma que la acompañará en su grabación del disco.
DEDICADO A LA MUJER
Ahora que ha pasado un poco el tiempo,
¿cómo ves "Mandando todo a Singapur?
"Singapur" para mí significó
mucho. Entre otras cosas, me inyectó ganas de empezar a componer. El disco me parece
impresionante y me encanta tocar los temas en vivo. A mi juicio es una obra que me va a
costar superar.
¿Cuál fue la respuesta del
público?
Gustó muchísimo. Para mí fue un gran
long-play en todo sentido, inclusive en ventas. Es muy distinto al primer disco. "Con
los ojos cerrados" es la historia de María desde que empezó a cantar, a los 19
años, hasta los 24. "Singapur" fue el long-play de un año de mi vida y por
suerte la respuesta fue buena. Junto a mi grupo -Alejandro Cimadoro en bajo, Mario
Masselli en teclados, Néstor Ruggeri en guitarra y Oki Ortiz en batería- estamos tocando
mucho por el interior y la gente recibe, muy bien los temas. Acá en Buenos Aires
estuvimos tocando en distintos pubs y el público también se copa. Ahora estoy preparando
mi tercer disco. En estos días voy a firmar contrato con una grabadora y calculo que en
julio ya empiezo a grabar. Los temas son míos en su mayoría. Algunos los compuse con
Nito (Mestre) y otros con Alfredo (Toth). También voy a grabar algunas canciones de
Miguel Mateos. La idea es que el disco esté dedicado a la mujer del Río de la Plata,
sobre todo a la mujer de la ciudad, que es la que más conozco. El tema central gira sobre
una chica de oficina que un día se levanta un poco rayada y tira todo por el aire,
empieza a bailar y se da cuenta de un montón de cosas.
Vos conociste al público masivo, al
público de lugares chicos y a la gente del interior. ¿Hay diferencias entre ellos?
Sí, la diferencia es total. Inclusive
hay diferencias de acuerdo al día que tocas. El público del interior es abierto, joven,
entregado, que escucha. Acá, en los pubs, te encontrás con gente mayor que forma un
público tranquilo, respetuoso, y con fanáticos que van a verte de cerca.
EL ROCK DEMOCRÁTICO
¿Cuál es la forma en que los músicos
participan de este momento?
Ese es un tema espinoso porque cada uno
está en lo suyo. Musicalmente, la forma de participar es no hablar de los pajaritos de
colores. Creo que hay que hablar de la gente, de las cosas que se ven todos los días.
Creo que todos tenemos que comprometemos con lo que estamos viviendo.
¿Cuál pensás que puede ser el
desenvolvimiento del rock en la democracia?
Esa es una buena pregunta. Yo creo que
hay mucho miedo e incertidumbre. En los últimos diez años "hubo muchos vaivenes con
los distintos gobiernos. Pienso que el rock donde mejor puede desarrollarse es en la
democracia, pero también puede ser que aparezcan los viejos de siempre con sus prejuicios
y toda la mentira esa de que el rock es extranjerizante. Lo que pasa es que le temen al
rock. El rock en la democracia tiene que florecer en toda su expresión y hablar de temas
profundos del ser humano, dejando de lado la crítica. De todos modos, el temor por el
futuro es cierto.
¿Te parece que a determinados
sectores les molesta el poder de convocatoria que tiene el rock?
Sí, es evidente. Incluso pienso que no
es por un temor político sino también por envidia. Pese a que se dice que Argentina es
un país culturalmente avanzado, todavía se sigue con esa historia ridicula de que los
rockeros son gente sucia, gente loca, drogadicta. Da la sensación de que se quedaron en
los hippies. Además, hablan de que nosotros somos los violentos cuando es todo lo
contrario porque somos los abiertos, los que tratamos de unirnos y buscar la paz. No tiene
sentido que sigan agrediendo al rock.
¿Y cuál puede ser la respuesta del
rock ante esa agresión?
Pienso que tenemos que seguir por el
camino de la paz con mucha convicción e información. Por ejemplo, ahora estamos entrando
en la televisión y yo creo que es muy positivo que la gente escuche hablar a tipos como
Raúl (Porchetto).
¿Te parece que hay una unidad
ideológica dentro del rock?
Creo que está empezando a haberla. No
hablo de una unidad ideológica partidista, sino de que todo el mundo sabe a dónde debe
apuntar. Claro que hay gente que tiene una tendencia violenta, que lamentablemente no es
rescatable porque genera contradicciones que el público no está preparado para escuchar.
Además, crean un clima negativo, A mí me molestó mucho lo de Riff, que después de lo
que. pasó -generado en parte por ellos- en Obras, aparecieron en un programa de
televisión y, usufructuando esa imagen violenta, empezaron a romper todo. Ese programa lo
vio mi hijo de seis años y, para él, ahora Riff es un grupo como Kiss. Y para él es un
juego, pero en este momento en que todas las cosas tienen un peso y donde la gente está
tan sensibilizada,.todo eso no creo que sea muy positivo ... |