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crónicas del siglo pasado

REVISTERO

En primera persona
ESCRIBE CIRO FOGLIATA
lujos asiáticos


Revista Pelo
1975

 

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Mis últimas experiencias directamente emparentadas con el rock, fueron a través de Sacramento. Este grupo representó una etapa muy importante, aunque no llegó a cumplir su ciclo completo. En el primer disco mostramos algunas cosas originales, por supuesto con las limitaciones de un primer long play. El segundo, ese que nunca apareció, (titulado "Tirando la carreta"), ya evidenciaba un estilo y un sonido personal. El disco quedó terminado, desde la placa a la tapa, sin embargo hoy se pudre en los estantes de la RCA. Después de eso, el grupo se disolvió y estuve alejado del rock por un tiempo. En ese lapso participé de muchas grabaciones, casi todas en la denominada línea comercial. Lo único que hice para el rock en esa época, fue ensayar con el grupo que hizo la música de la obra "Yogurt". Pero solamente fueron unos cuantos ensayos, cuando la obra se estrenó yo abandoné la banda.
Al poco tiempo entré en Grupo Uno, un conjunto comercial que trabaja asiduamente en el sur. Con ellos realicé un par de giras, en las cuales hicimos shows, y hasta algunos recitales." Tocamos mucho material en inglés, e incluso hicimos fragmentos de "la comedia musical "Jesucristo Superestrella".
Finalmente Grupo Uno se disolvió, y estuve inactivo por dos meses aproximadamente. Hasta que un día me llamó Cacho Améndola —que es manager de Espíritu—, y me dijo si quería tocar con la banda, ya que el otro chico que tocaba los teclados se había retirado. Empecé a ensayar con ellos la obra que recientemente salió a la venta: "Crisálida". Confieso que nunca antes los había escuchado, sólo tenía referencias por medio de las revistas, y algunos comentarios; porque prácticamente no asistí a ningún concierto.
Ahora estoy tocando el órgano y el sintetizado, y quizá más adelante incorpore algún teclado más. Pienso que todos los integrantes de Espíritu tienen un buen nivel musical, y además parejo.
Yo recién estoy atravesando por el período de adaptación, humana y musical. Por ahora me siento muy bien en ambos aspectos. Musicalmente se me brinda la oportunidad de experimentar con un sintetizador, un instrumento que yo tenía muchas ganas de tocar. Hace mucho, desde que salió prácticamente tenía la idea de utilizarlo. Lo descubrí hace ya casi cinco años a través de un disco que tuvo gran influencia en mi. Se trata de un álbum en vivo de The Nice, liderado por Keith Emerson. Ese álbum me mostró que los teclados podían tener funciones diferentes de las que tenían hasta esa época; y por supuesto el hallazgo más importante: el sintetizador.
Llevamos un mes ensayando diariamente la obra, porque es necesario presentarla en varios lados, ahora que salió a la venta. En lo que concierne a los teclados, he respetado todos los arreglos y melodías de Fedel, porque "Crisálida" ya tiene una concepción muy definida.
Mucha gente me ha encasillado en un estilo determinado, se dice que soy un tecladista de blues y rock'n'roll.
Ese rótulo hace que mucha gente se sorprenda de mi unión a Espíritu, pero ese público no ha escuchado lo que hice en estos últimos años. Puedo incluso citar una referencia anterior inmediata, durante dos meses aproximadamente estuve tocando con Alfredo -ex-bajista de Los Gatos, y guitarrista de Sacramento- y Oscar Moro. Fue simplemente una reunión de órgano, bajo, y batería para experimentar cosas nuevas. Esto no pasó de un plano informal, pero resultó un gran aporte a mi experiencia personal. Lo que sucedió es que ninguna de mis experiencias posteriores a Los Gatos —excluyendo Sacramento— llegó al plano discográfico o simplemente de difusión. Fue toda una etapa, muy importante sin dudas, pero pasó. Espíritu es otra concepción absolutamente diferente.
En el rock, los teclados y particularmente el órgano, pasaron a un primer plano, a un desarrollo más evidente a partir de Keith Emerson cuando The Nice quedó reducido a trío. Con el sintetizada ocurrió algo parecido, y este instrumento tiene grandes connotaciones con la música clásica, a la cual está más emparentado que con el rock.
Yo personalmente no escapé a esas influencias y nuevas técnicas, después de separarse Sacramento, empecé a tocar nuevamente el piano. Solo, de a poco, fui sacando algunas cositas clásicas interesantes; aunque no sabía aún cómo las iba a utilizar. Cuando escuché por primera vez "Las Seis Esposas de Enrique VIII" comprendí que mi música estaba tomando una nueva dirección.
Ahora que hablo sobre la evolución de los músicos en los últimos tiempos, he notado que el rock ha crecido, lenta pero inexorablemente. Nuestro mayor defecto reside en establecer siempre odiosas comparaciones, o achacarle la lentitud del proceso a la mediocridad del ambiente, o la carencia de medios.
Ya no se puede utilizar esas excusa, si bien reconozco que hoy en la Argentina tener un grupo de rock es un "lujo asiático". Creo que hay posibilidades de trascender en la medida en que el trabajo sea coherente. Por otra parte, en nuestro medio son muy pocos los grupos que han desarrollado totalmente un estilo o una forma de música. Aquí un grupo graba un disco, tocan un año juntos y luego se separan. De esa forma no se puede hablar de proyecto serio, de una trayectoria lograda, porque el ego de los músicos castra el crecimiento en conjunto. Yo pienso que se puede hablar de una banda, y conceptuarla seriamente por lo menos a través de más de dos años de trabajo, y con varios discos editados.
De otra manera "la progresión" no existe. Entiendo y acepto que, el medio limita, pero siempre va a ser peor en la medida que nos autolimitemos. Por eso ahora estoy con Espíritu, esta banda me brinda una apertura hacia otros caminos.

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