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crónicas del siglo pasado

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de rock

 

Cultura pop
LA IMAGEN DEL ROCK

El rock nació en los años '50 como una entidad. Y en más de un cuarto de siglo se convirtió también en una identidad. Es la música que define la segunda mitad del siglo XX. Y como el cine en la primera mitad del siglo, fijó pautas que promovieron modas, actitudes y comportamientos que ya abarcan varias generaciones. Su importancia trascendió el primer vehículo del disco para invadir las pantallas, los escenarios y los medios. Este es un análisis de su cambiante imagen que lo hace parte fundamental de la cultura contemporánea.

Fuente: Historia de la música pop (1979)

 

 

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Génesis
En el comienzo, el rock surgió allá por los años '50 como reacción a un sistema musical representado por "crooners" que salían a cantar vestidos de smoking y con moñitos, orquestas uniformadas y mujeres cantantes vestidas con esa libertad de creación que otorga nuestra civilización a la moda femenina. Pero el rock, traía un espíritu adolescente a la música y junto a ese ritmo básico y primitivo y las letras simples traía una imagen con la cual Identificarse. Elvis Presley condensa la idea del rock de los '50. Su fascinación por los colores rosa y negro, la ropa ajustada al cuerpo, el pelo más largo y con patillas difundió un molde que se copió universalmente con ciertas variaciones que abarcaban una gama que iba desde los jeans hasta la ropa de cuero. Los grupos que acompañaban a los cantantes continuaron la costumbre del uniforme heredada de las grandes orquestas con ligeras variaciones que los hacían más o menos chocantes buscando el impacto: sacos a cuadros, cuellos de camisa levantados, moñitos "románticos" en lugar de corbatas, colores inusuales como el rosa y el rojo, etc. La identificación de un grupo con un traje era a veces más señalada que la música en sí. En esa época bastaba un single de éxito para llevar a la fama a un intérprete y eso bastaba para darle categoría de "estrella". Y por tanto, debía comportarse como tal. Pero a la vez, el tiempo de permanencia en el éxito era tan efímero que la imagen debía sumarse a la música para fijar en la memoria de la gente a determinado intérprete. Porque si bien la música podía ser la misma, según la imagen llegaría a determinados sectores del público. Un claro ejemplo son las
imágenes opuestas de un Elvis Presley versus un Pat Boone y la ampliación del mercado de Elvis a otras edades al retornar de su servicio militar.

Y va la segunda
En Inglaterra, en tanto, Cliff Richard, Billy Fury y Marty Wilde se ocupaban de imitar a Elvis en ropas y movimientos sensuales como parte del espectáculo. Cuando surgió el "boom" de los grupos en los años 1962-63 (cuando parecía que la única ocupación posible para cuatro muchachos era crear un conjunto musical), las sucesivas actuaciones en clubes y cines presentaban un promedio de ocho grupos por noche reduciendo las actuaciones a unos 15 minutos por grupo. Indudablemente, la forma de identificar un grupo entre tantos, siguió siendo la ropa. La competencia forzaba a adoptar la mayor gama de recursos posibles para hacer posible la identificación. En tanto algunos copiaban la costumbre de la década pasada en hacer acrobacias al tocar un instrumento, otros se dejaban el pelo más largo y sacudían sus flequillos al son de la música. Este es el caso de los Beatles quienes pronto abandonaron su imagen "rocker" vestidos en cuero negro como lo habían hecho en Hamburgo y se mandaron hacer trajes sin cuello y solapas que ayudaron mucho a dispersar su imagen por el mundo. Otros, en medio del furor del "mod", usaron camisas con jabot, volados, sacos de terciopelo de colores brillantes, botitas, etc. The Kinks y The Who son claros ejemplos de grupos "mod".

Frisco y flores
Cuando el advenimiento de la moda hippie de San Francisco, los "flower children" (hijos de las flores) impusieron las camisas floreadas, los collares de cuentas y mostacillas, las flores en el pelo, las túnicas y todos los recursos que la psicodelia traía inundando los escenarios y las plateas con colores en combinaciones que pocos diseñadores soñaron jamás. La adopción de la filosofía hindú por Beatles y Rolling Stones dispersó el fenómeno iniciado en San Francisco ("Frisco" para los avisados) por grupos como Mamas and Papas, Jefferson Airplane, Strawberry Alarm Clock, etc.
Pero progresivamente, el público y los artistas dejaron de diferenciarse en cuanto a sus ropajes. Los años '60 fueron años de afluencia económica a nivel mundial y el público podía acceder con la misma facilidad que los artistas a los dictados de la moda. Esto también se reflejó en la música. La bonanza económica hizo que la diferencia entre espectador y artista se fuera minimizando, haciendo "bajar" a este último de su rol de "estrella ". Un claro producto musical fue el auge de la canción testimonial en la que el intérprete hablaba de los problemas cotidianos, y la participación del mismo en incluso campañas políticas como el caso de los Rolling Stones en pro de Harold Wilson, o en EE. UU. de algunos artistas de cine y de rock en pro de McGovern, dejando de lado el no-compromiso característico en los artistas.
En el rock se notó que los grupos comenzaron a aparecer en público con su ropa de calle, sin establecer diferencias con la audiencia. Salían a escena, tocaban, saludaban (a veces) y se iban.

Saquemos el brillo nuevamente
Pero todo pasa. Y el público comenzó a cansarse de pagar una entrada por ver un reflejo tan evidente de la vida misma en el escenario. Los años '60 habían quedado atrás y la década del '70 presentaría características diferentes. Tanto en EE. UU. como en Inglaterra y el resto del mundo se presentaron fenómenos socioeconómicos que devolvieron términos como "inflación", "recesión", "depresión" a la vida cotidiana. Así como las películas más brillantes de Hollywood habían sido filmadas durante la depresión de los años '30 y durante la guerra por la necesidad de la gente de buscar un entretenimiento que la distrajera de los problemas cotidianos, una temática definida como "evasiva", lo mismo se comenzó a reflejar en la música. Y el rock, tomó parte del mundo del espectáculo. Hacia el comienzo de la década del '70 comenzó a definirse como "rock" a toda la música contemporánea. Lejos estaban los tiempos en que el rock era un baile solamente amenazado de ser desplazado por el calypso o por el twist. Volvió a surgir en la audiencia la necesidad de encontrar un ídolo, alguien en quien depositar expectativas, un molde para imitar. Había pasado el tiempo del anti-héroe.
Inglaterra fue la que primero sintió el bajón económico respecto del "renacimiento" de los años '60 en que había dominado el show-business mundial tanto en cine, como en teatro, moda, fotografía, música, etc. Y comenzaron a surgir músicos que se ocuparon de devolver el brillo a la escena. El primero fue Marc Bolan que cambió el nombre de Tyrannosaurus Rex a T. Rex y adoptó trajes de lentejuelas, maquillaje facial, pelo frisado, etc. David Bowie se sumó al fenómeno mimetizándose a esta nueva imagen y haciéndose inaccesible a reporteros y controlando que sólo las fotografías sacadas por sus agentes se divulgaran. Gary Glitter llevó este fenómeno al punto más extremo.
Cambió su nombre previo de Paul Raven y adoptó directamente el de "glitter" (brillo) y pese a su edad nunca confesada pero rayana en la madurez se convirtió en ídolo adolescente. Grupos como Sweet y solistas como Elton John diseminaron zapatos de plataforma, plumas y lame a través de la música.

¿Qué traje trajiste?
En tanto los EE. UU. comenzaron a sentir el mismo efecto. Alice Cooper consiguió mediante efectos teatrales y de maquillaje un éxito que sirvió de inspiración a grupos como New York Dolls y posteriormente a Kiss. Lou Reed era la respuesta americana a Bowie.
Del mismo modo, grupos de música progresiva adoptaban recursos teatrales para enfatizar el contenido de su música. La línea inspirada por Pink Floyd en el uso de luces se ampliaba a Yes y Genesis. El uso de rayos láser, escenografías, hielo seco, etc. formaron parte de los shows creando una competencia cada vez mayor: son famosos los recursos de Peter Gabriel en escena. Paralelo al glitter-rock surgía el theatre-rock.

El hábito no hace al rock
Pero, toda la maquinaria del estrellato creó un sistema dentro del sistema. Y pronto, la nueva generación de jóvenes reaccionó frente a esas superestrellas que rodeadas de lujo debían cobrar más caras las entradas a los recitales, renegando de su origen de clase trabajadora. Los virtuosismos técnicos iban creando una música cada vez más intelectual dirigida hacia el jazz y lo sinfónico y el rock perdía la simpleza y la popularidad del comienzo. Los rebeldes de antaño: Elvis, los Rolling Stones, Rod Stewart, eran parte del jet-set internacional y llenaban las páginas de chismes de los periódicos mundiales. ¿Cuál sería la reacción? Nuevamente, ésta dependió del tipo de sociedad: en Inglaterra surgió el punk-rock. Musicalmente se volvía al ritmo primitivo y básico con tres instrumentos: guitarra, bajo y batería. En EE. UU. se adoptó el "reviva!" de temas de los años '50 y comienzos de los '60. La música "disco" que llega directo a nivel de la piel, invadiendo los sentidos trae una imagen de muchacho simple que va a bailar de la mano de John Travolta, un ídolo a la manera de los años '50 como Elvis Presley y James Dean. Nuevamente, un molde que sirve para imitar en ropas, peinado, actitudes, se hace fácilmente accesible.
Desde 1955 hasta hoy, el rock varió su imagen y modeló no sólo a los adolescentes sino a adultos que adoptaron pautas desde la locura de los bailes como el twist y el pelo del pop llegando hasta las discotecas con Bee Gees, Travolta, etc. Todas fueron ondas populares que hacen a la cultura del siglo XX, esa cultura que se ha dado en llamar cultura pop. Y el mundo sigue girando, como al principio. . . al compás del reloj.

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