Ricardo Soulé
Pensando en el '80
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Siempre que se habla de la crisis del rock, de los nuevos grupos que duran un par de años, se menciona a Vox Dei como la excepción que confirma la regla. Listos para grabar su décimo álbum en diez años de permanencia, Ricardo Soulé, como principal compositor de grupo, le explicó, al mismo tiempo que evaluó la pérdida de frescura del rock actual. Un riesgo de anquilosamiento que un grupo tan antiguo como Vox Dei también enfrenta. Pero ahora ya superó la trampa del éxito efímero, a través de los años los públicos las experiencias.

"Si me hubieses preguntado cómo estaba hace unas semanas, mi respuesta hubiera sido pesimista". No pocos han sido los músicos que prefirieron claudicar de sus principios con el único propósito de retardar el inexorable péndulo del éxito y el olvido. De la larga lista de proyectos musicales del rock argentino, a lo largo de su historia, Vox Dei es de los que, firmemente aferrado al blues y al rock desde hace diez años, desafía el pesimismo y la decadencia. Ahora, con una buena dosis del simple, pero no hueco, rock esencial, regresa como la voz de un dios que, aunque varias veces descalificado, todavía tiene la potencia de sus creyentes.
-¿Por qué estabas tan deprimido hace dos meses?
-El panorama se presentaba bastante oscuro. Había gran interés en las grabadoras para que firmáramos un contrato pero moría en las obligaciones del conjunto con respecto a la compañía. Es decir, que no había una reciprocidad; la grabadora para el grupo no tenía ningún tipo de obligaciones. Eso nos forzaba a aceptar una situación arbitraria negativa. Nosotros estamos dispuestos a contraer obligaciones, siempre y cuando nos reditúe algún beneficio. Ellos nos ofrecían que grabáramos sin ninguna clase de adelanto de regalías. No había, de parte de ellos, ningún compromiso real para que el long play funcionara. Necesitamos un apoyo concreto, ya tenemos bastante experiencia con grabadoras, y no tenemos ninguna intención de errar en lo que vamos a hacer. Necesitamos que la gente que rodea al conjunto se comprometa ciento por ciento para que esto tenga algún sentido y esto lo encontramos en Philips. Ya no nos juntamos como en el año '67 - '68 para hacer un carnaval, sino que estamos juntos porque realmente queremos hacer algo con visión de futuro. No sé si será una trampa del destino pero nuestra proposición en este caso es seria, a diferencia de lo que fue en nuestros comienzos, que nos fue tan bien. En este momento, a nivel experiencia, están dadas todas las condiciones para que esto salga diez puntos.

"Somos como un vino estacionado"
-Vos hablaste de visión de futuro, precisamente cuando el grupo está a punto de cumplir sus diez años de existencia. ¿Te planteaste el desgaste como una consecuencia de la larga vida del grupo?
-Por supuesto, hace años que estamos afrontando una etapa de desgaste. Evidentemente, no es lo mismo un músico que suba a un escenario una vez cada cuatro meses que uno que sube todos los fines de semana a hacer tres o cuatro shows, y además grabar, componer o enseñar. Pero esto es como un motor: el desgaste en un motor nuevo hace que las piezas se asienten y el conjunto tenga un mejor rendimiento. Una cosa es que se desgaste lógicamente y otra que se corroa. No creo que éste sea nuestro caso. Por el contrario, nosotros nos estamos asentando. Somos como un vino estacionado, pienso que ahora tenemos el mejor sabor porque sabemos qué queremos hacer, cómo hacerlo. Antes, cuando grabábamos, nos sorprendíamos de los resultados porque, en realidad, no sabíamos que queríamos hacer. Con respecto a la proyección de futuro, nos estamos planteando qué vamos a hacer en el año '80. Pienso que la década del '70 nos dejó muchas enseñanzas: ya estamos prácticamente a fin de año y 1979 son los últimos 365 días de la década del '70. Y hay que ponerse a pensar qué es lo que va a pasar en el '80. Leía en una nota del Melody Maker los proyectos de los responsables del negocio del espectáculo del rock y el pop, y coincido con algunas cosas que ellos dicen. Por ejemplo, no hubo grandes cosas en el '70 y que el punk, que surgió con una influencia notable, es posible que en dos años más reaparezca con más polenta debido a la maduración de esos músicos, que son muy jóvenes e inexpertos. Y los empresarios también son inexpertos para manejar este tipo de música. Es cierto, además, que en el '80, o quizá antes, vuelva a resurgir con más polenta el blues y el rock, porque es normal, lógico, que así suceda. Los niños que ahora usan la camisa afuera del pantalón y se dan vuelta cuando uno pasa con las botas de taco alto y los pantalones ajustados, posiblemente le lleguen a las manos discos de músicos antiguos para ellos, del '68 al '70, y empiecen a reconsiderar lo que está sucediendo. Las cosas que hicieron con sinceridad y honestidad muchos grupos, entre los cuales afortunadamente está Vox Dei, se le va a dar otro tipo de valor. No estoy resentido con ellos porque no consideren nuestra música sino que estoy resentido con nosotros mismos porque no pudimos llegar a esa gente. Ellos necesitan de nosotros para ampliar su panorama debido a que están dando mucha música "disco", a pesar de que aquí no han surgido grupos en ese estilo. Y estoy muy contento aunque eso suceda. Pienso que en el '79 y el '80 va a tener que surgir el blues y el rock, junto con el punk porque tiene unas bases profundísimas en el rock y en el blues. Nosotros nos estamos preparando para esa época para ser uno de los grupos más fuertes, aunque suene ¡un poco raro decirlo.

"Las cosas no iban bien para nadie"
-Sí. Esa frescura se ha perdido. En la Argentina, hemos tenido problemas gravísimos, básicamente a nivel económico, que llevaron a una depresión, y cuanto más en el músico, en los compositores. En general, fue una depresión mundial. No sé muy bien cómo fue la época de la famosa depresión, la de los años hambrientos, pero estamos viviendo un momento similar, aunque no hay guerra mundial. Esta década del '70 fue muy difícil. Estuve en el exterior en este tiempo y me di cuenta que las cosas no iban bien para nadie, no tan bien como en la década del '60, cuando hubo grandes "conciertos y surgían las grandes estrellas en el Arte en general. En el '70 hubo cosas importantes pero no de la magnitud que hubo en el '60.
-El rock fue un producto de post-guerra, ¿eso significa que hay que pasar por etapas de crisis para que en la música se refleje algo creativo?
-Pienso que sí. No podría crear una regla universal, pero los estados picos de depresión que sufre el hombre lo hacen recapacitar, pensar. A partir del momento en que uno piensa seriamente en lo que va a hacer, es cuando trata de hacer las cosas lo mejor posible y ahí es cuando el espíritu de la creación tiene la oportunidad de aflorar. Cuando a uno las cosas le van demasiado bien, quizá no se preocupa tanto en lo que está haciendo. Pero cuando uno no tiene tanto dinero, por ejemplo, y no tiene tantos amigos como cuando los tiene, uno se replantea cosas y se decide a hacer borrón y cuenta nueva de verdad.

"Quiero significar algo para la gente"
-¿También quisiste hacer borrón y cuenta nueva cuando hace unos años empezaste tu carrera solista y a viajar por el exterior?
-En ese momento, no, porque no estaba pasando una situación apremiante. En esa época, estábamos muy bien económicamente, teníamos el reconocimiento general del público. Yo no quería hacer borrón y cuenta nueva sino que quería hacer lo mismo pero con otra gente y en otro lugar. Lo que sucede es que cuando uno se va a veinte mil kilómetros de distancia de su casa, el cambio es muy difícil. En cambio ahora, estoy viviendo en mi casa, con mi gente, tocando con mis amigos, cantando en mi idioma. Si esto es borrón y cuenta nueva pienso que es valedero porque no es una cuestión geográfica la que me obliga a hacer un replanteo, sino que es artística, moral, profunda. Realmente quiero hacer algo, quiero significar algo para la gente que no nos pudo escuchar. El otro día estaba hablando con un chico de veinte años (digo chico de veinte años como si yo tuviera cien) y él me hablaba de Sui Generis como si fuera una cosa muy antigua, y ellos se disolvieron hace tres o cuatro años. Entonces, me decía a mí mismo que si le hablaba de Manal me pegaba, o de Almendra o de cosas que para mí tuvieron un sentido profundo. No quiero decir que Sui Generis no tuvo ningún sentido pero esa época no la viví, no estaba en el país, y además en ese momento musicalmente Vox Dei estaba separado del movimiento, haciendo su carrera. En cambio, lo de Almendra y Manal fue algo que lo vivimos en bloque, un bloque de delirantes que, dos por tres, se subían al escenario y tocaban.

"Nos estamos tomando como somos"
-¿Cuáles son las condiciones humanas que se dan ahora en Vox Dei y que te convencieron de volver al grupo?
-La relación humana que hay ahora entre nosotros es más madura. Antes había cosas a nivel personal, formas de ser, que nos molestaban y nos hacían chocar. Ahora, esas mismas cosas siguen estando pero nos causan gracia. Por ejemplo, las cosas que hace Rubén (Basoalto). Es un personaje, pienso que de no haber sido músico tendría que haber trabajado de gnomo. Por su parte, Willy (Quiroga) es una persona de un carácter muy fuerte y si uno se toma en serio las cosas que dice, cualquiera se puede llegar a enojar mucho. Pero yo las tomo en broma. Antes queríamos que los demás fueran como cada uno quería que fuera pero ahora nos estamos tomando como somos. Por el lado de la música, vemos que cuando subimos a un escenario hay chicos en el público que sienten adoración, porque estamos juntos: Willy, Rubén y yo. Uno a veces piensa que va a ser eterno y, en realidad, es una suerte que nos haya tocado encontrarnos Ahora Comenzamos a valorar el hecho de habernos encontrado una vez y de estar trabajando. Hace unas semanas, los tres íbamos caminando por la calle (se nos caía la cara de sueño) y estábamos muy mal: todo el mundo nos quería hacer firmar el contrato para grabar pero nos querían usar. En ese momento, pasa un flaco y nos grita: "Vamos Vox Dei todavía" y, a veces, es alguien de afuera quien tiene que decirte lo que significás porque para ese flaco significábamos un montón. Hay gente que piensa que nosotros existimos abajo del escenario, que somos muchachos como cualquier y que también somos una cosa unida, compacta.

"A la mayoría de los músicos los usan"
-¿Es madurez, especulación o respeto por el público que sigue a Vox Dei tu actitud casi empresarial cuando respondiste sobre las idas y venidas hasta firmar el reciente contrato de grabación?
-Cuando empezamos a tocar, yo era músico y compositor, pero no tenía idea de nada: de cómo era el asunto de las regalías, qué eran los derechos de autor, ni qué era la producción de un disco. Y no creo que eso sea una virtud sino que es un defecto, un error. De esa manera, a la mayoría de los músicos los usan. Una vez que los usaron, se limpian las manos, hacen un bollo y los tiran al canasto. Así es que se arruina la gente: los músicos, las grabadoras, el público y todo. Yo no soy empresario, de ninguna manera, porque no tengo talento para esas cosas. Pero no soy ciego: sé cómo se manejan las cosas y sé hasta cuánto puedo pedir. No sé si a esto se le puede llamar especulación pero sí sé que se le puede llamar sentido común. Pienso que el músico debe conocer, aunque sea un poquitito, cómo se mueve el negocio. Nosotros, por suerte, conocimos gente muy buena en el ambiente pero sabemos, nos llegan algunas noticias, de personajes nefastos.
-El año pasado decías que estabas en Vox Dei pero no sabías por cuánto tiempo. ¿Lo que estás contando ahora significa una clarificación de tu futuro en el grupo?
-En este momento, se está madurando un poco más la cosa. En principio, decidimos juntarnos por una atracción, digamos, inconsciente. Necesitábamos estar juntos otra vez pero no entendíamos por qué ni cómo íbamos a hacer la cosa. Ahora que han pasado algunos meses comienza a hacerse la luz. Lo que queremos hacer es tocar juntos porque el hecho de que los que están abajo del escenario escuchando los temas que nosotros hicimos, gozando nota por nota, y cantando letra por letra, nos produce una sensación muy difícil de explicar. Y el hecho de hacer nuevas cosas, con el posible mismo resultado, a uno lo incentiva a trabajar. Realmente quiero hacer cosas como ésas para volver a sentir esa intensidad de la gente, el cómo estalla en un aplauso me parece algo que cae del cielo. Hay canciones que hace diez años las hicimos, que hace diez años que las estamos cantando, y todavía me emocionan, me cuesta trabajo seguir cantándolas porque se me hace un nudo en la garganta. A veces cuando canta Willy canciones que están en los discos y que escuché muchas veces, realmente disfruto escuchándolo. Incluso, hay veces que tengo que cantar algunas canciones pero no lo hago porque directamente las canta el público. Y son chicos que nunca nos vieron, que cuando nosotros comenzamos ellos tenían cuatro años.
-¿Y cómo son los temas nuevos?
-Estamos trabajando sobre una línea de rock bastante sincopado, con contratiempos. Pero nada de cosas muy difíciles de tocar y así como son simples de tocar son simples de asimilar. Pienso que las cosas bellas no tienen que ser necesariamente difíciles.
Revista Pelo
octubre 1978

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