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crónicas del siglo pasado

Celeste Carballo

 


Revistero de rock

 





 

 

Después de un año movido y difícil que culminó con la disolución de La Generación, Celeste Carballo se embarcó en un nuevo proyecto que
tiene como compañera de viaje a Sandra Mihanovich y a Ludovica Squirru. Días antes de que lleven su espectáculo al interior del país
mantuvimos una prolongada charla con Celeste. Los dejamos con ella.
Lamentablemente yo soy una artista que siempre va muy a trasmano en relación a mis sentimientos en mis discos. Siempre tuve muchas trabas discográficas, y entonces mis discos siempre salieron muy atrasados, sobre todo desde "Mi voz renacerá" en adelante, aunque "Me vuelvo cada día más loca" salió con nueve meses de atraso, algo así como un hijo bobo. Por eso es muy difícil para mí representar en un disco el estado en el que me encuentro. En general mis discos cuando están en la calle reflejan un ciclo pasado de mi vida. Así las cosas que emocionalmente me pasan ahora se conocerán -con suerte- en el '88. Por eso me da mucha bronca tener que decirte cómo me siento ahora con palabras, me encantaría mucho más que vos y todos se pudieran enterar de cómo me siento a partir de la música que estoy componiendo actualmente. Me siento encontrando mi centro, mi punto de referencia, algo que me venía haciendo falta, y eso me genera una gran capacidad de trabajo, mucha energía, mucha capacidad de aprender cosas nuevas. Estoy muy receptiva, aprendiendo muchísimo. Este espectáculo que estoy haciendo ahora en el teatro tiene muchísimo que ver con eso. Yo te diría que es un factor importantísimo en relación a como me estoy sintiendo en este momento. Yo soy autora, okey, pero cuido a la cantante que anida en mí por sobre todas las cosas, porque amo ser cantante. Y esta cantante venía muy atacada, con muy pocas posibilidades de estar sobre un escenario. Además el hecho de no tener ningún tipo de apoyo con mi último disco me hizo mucho más difíciles las cosas para presentarlo en vivo. Cada vez que iba a presentarme con la Generación había millones de problemas, todas las cosas en contra y esto me iba machacando, te va matando y cuando llegas al escenario no sos ni la mitad de lo que podrías dar. Porque no lo tenés, ya te lo sacaron, y eso te genera mucha bronca, mucha frustración, entonces subirme a un escenario con la Generación no era para subir a cantar, era subir para desgarrarme. Porque esa era mi propuesta y mi estado de ánimo hace dos años. Y cada vez que subía al escenario conté mi desgarramiento, algo que muy pocos supieron comprender. Inclusive me acuerdo que la crítica de Canta-rock en ese momento a mí me molestó bastante porque sentí que en vez de ser la crítica a un espectáculo era más bien un diagnóstico psíquico. Estaban diagnosticando mi psiquis y mi actitud en todo caso, y no al espectáculo, no a la propuesta. De cuajo no aceptaron mi actitud mental, psíquica y de vida. Mi forma de enfrentarme a la gente en el escenario. No lo aceptaron y me criticaron en forma personal.
-Es muy difícil ser crítico.
-Yo creo que con los cantantes solistas a veces se hace más difícil que el medio logre sobrepasar lo personal para criticar... El rock es un pueblo chico, todos nos conocemos mucho porque estamos muy juntos, como si fuésemos vecinos y entonces adquirimos como ciertos derechos sobre la vida de los demás, que tiene mucho que ver con el amor, con ese amor posesivo y de madre castradora, y ese amor muchas veces destruye. Por eso yo insisto en mis canciones en hablar del amor y la libertad que se supone que tienen que ir juntos. Yo me sentía como cuando a un tipo lo atan a dos palos y le dan con un látigo hasta que la espalda le queda en carne viva. Bueno así me sentía y claro es un espectáculo duro de ver. No cualquiera puede verlo, sobre todo cuando a ese espectáculo lo está protagonizando la nena buena de la película.
-¿Y qué aprendiste de toda esa etapa pasada con La Generación?
-Yo aprendí muchísimas cosas, fue un ciclo que de todas formas a mí me hizo mucho bien, me enfrenté a un mundo que no conocía, un medio duro con formas de competencia inéditas para mí. Y las cosas se terminaron cuando tocamos en la Feria de Las Naciones en diciembre. Y se terminó porque yo sentí que en ese marco yo ya no podía cantar y porque Marcelo (Montolivo) ese día se sintió empleado mío. Y quizá ese día no nos animamos a decírnoslo de frente como debería haber sido, y por eso tuvimos dos shows más que por supuesto fueron espantosos y volvimos a ensayar muchísimo en esos días. Era como aferrarse a algo que uno cuidó mucho y quiso muchísimo, como a un gran amor en el que hacés todo lo posible para salvarlo pero ya está destruido. Incluso para el espectáculo con Sandra íbamos a poner a La Generación y a la banda de Sandra, haciendo un intercambio permanente en el escenario. Pero bueno ellos se sintieron empleados míos y yo sentía que en ese marco no me dejaban cantar. Entonces se produjo nuestro divorcio E-MO-CIO-NAL! Porque las cosas se generan por emoción, por afinidad energética. Y cuando no hay más afinidad, no hay acción. Y no se puede estar mal indefinidamente por eso tome la decisión que a nadie le gusto y todos se sintieron heridos, desplazados sin tomar en cuenta como me sentía yo... pero bueno el tiempo sanará las heridas del pasado.
-¿Cómo nació la propuesta de hacer un espectáculo con Sandra?
-Le propusieron a Sandra hacer un espectáculo en Mar del Plata todos los días y ella no lo quería hacer sola. Entonces me buscó a mí. Yo le dije que no, porque pensaba que no teníamos nada que ver musicalmente, y que su público no tenía nada que ver con el mío, ni sus canciones con las mías, ni su entorno con mi entorno... Hasta que de pronto me convencí y le dije que sí. "Está bien mataría. Vamos a probar, y ver si podemos meter las dos cosas juntas!". Y bueno, a partir de eso nos pusimos a trabajar juntas. A partir de esa decisión vino el meterme a trabajar en el teatro con una banda que es la antítesis de La Generación, tratando de deformarlos un poco para que toquen "Sabemos que vuelvo pronto" un poco más zarpados... Y entonces se empezó a armar como una nueva mutación dentro mío... Ya por el hecho de tocar en un teatro, en forma fija todos los días que es algo totalmente diferente a tocar un día en un pub, otro día en una discoteca, otro día en un boliche lleno de humo, sin camarines, sin poder descansar antes del espectáculo... y no saber lo que es respirar hacer ejercicios para la voz y relajarte antes de subir al escenario. Asesinarte como en la época del '83 en que gracias a esas giras tuve unos nódulos terribles en las cuerdas vocales. En fin todo esto me genera escribir de otra forma, enfrentar todos los días un público en forma más tranquila... Tener la posibilidad de ir probando efectos, que no es como dicen los idiotas reprimidos insoportablemente fallutos: "ay mirá que demagogia, como maneja al público". No, para nada sino que le vayan a preguntar a un autor de teatro a ver si es demagogia aprender las leyes de la escena para que tu mensaje llegue sin intermediarios, a través de la piel, de la sensibilidad. Pero eso hay que ir aprendiéndolo y mata -como en mi caso— ser autodidacta. Para mí las canciones no son iguales de un día a otro, porque yo me transformo en el escenario. En Mar del Plata, por ejemplo durante todo enero tuve varicela y llegaba muerta al teatro. Pero cuando salía a escena ya era otra persona, con vitalidad y polenta y eso es porque la escena y la gente te alimenta pero después terminaba las funciones hecha pelota.
-Volviendo por un minuto al pasado a mí me parecía algo extraño y hasta por momentos contradictorio el hecho de que durante La Generación tu aspecto era muy negro, muy punk, y que por otro lado le cantaras a la primavera...
-Lo que ocurre es que la primavera es un sentimiento de renacer, de algo que empieza y no todo es oscuridad en lo que nos rodea. Individualmente tenemos épocas de luz y de oscuridad en todos los órdenes temporales de la vida. Incluso hasta diariamente se da ese fenómeno. Y la primavera es un deseo, pero no un deseo extraño a la realidad sino como algo que parte de un estímulo vital y eso está generalmente simbolizado con la luz. Y siempre fue así incluso es así aunque uno está vestido de negro y con tachas de metal.
-Te parece que la juventud puede acceder a esa primavera, porque cuando ves la realidad que te rodea pensás en el sesenta, cuando la juventud era cuestionada porque era "rebelde" en los setentas porque "era un posible subversivo" y ahora porque somos "drogadictos".
-Y bueno eso es terrible porque siempre van a ver a la juventud en una forma negativa y cerrada que no va a permitir comprender, por ejemplo, el conflicto de la droga, porque nunca van a lograr acercarse y comprender y saber donde está la punta...
-Yo creo que la punta pasa por la ética.
-Pero eso pasa por una responsabilidad ética de toda la sociedad argentina. Porque si como decía María Elena Walsh durante el proceso estábamos en el jardín de infantes ahora estaremos en segundo grado de primaria. Falta mucho por crecer. Lo que ocurre es que repetimos muchos años porque, por ejemplo, nadie habla en la cara. Porque el que dice las cosas de frente es atacado y considerado un loco o un tarado y así todo se va cubriendo con una pátina que te impide crecer. "Trabas emocionales" hablaba sobre eso, porque esta sociedad genera trabas emocionales a cada instante que son los que no te permiten ver y comprender los conflictos y así no los podes solucionar, ni encontrarles las puntas que es algo que tiene que encontrarlo el individuo, no la sociedad. Por ejemplo, la punta de mi conflicto la tuve que encontrar sola. Agradezco a mi espíritu y al de la gente que me quiere que me ayudaron a resolver mis conflictos. Pero lograr eso en forma global es muy difícil... Lo siento mucho por los que se consideran adolescentes hoy, porque son los que están en el medio de la trampa. Yo te puedo asegurar que mucha gente de mi generación a los treinta todavía están en la adolescencia porque no crecieron. Porque la sociedad tampoco crece. Los ciclos de luz y oscuridad de la naturaleza también se dan en los ciclos históricos de la sociedad. Hay golpes que te impiden crecer: los palazos en la marcha de repudio al Papa y el levantamiento de los militares me pareció que respondían a esos ciclos de los que hablábamos Pero yo estaba hablando más de nivel de relación humano, cotidiano. Ni hablar de la sociedad toda, o de los medios de difusión. Que ellos puedan sacarse de encima esa pátina de repetición de esos ciclos y puedan tratar los temas a fondo sin que la gente que está mirando sospeche. Porque por ejemplo siempre que hay una nota en la TV sobre las drogas uno la mira así con esta cara.
Porque no te dan la posibilidad de creerles, capaz que dicen cosas que son postas, reales pero vos le ves la cara al tipo que las dice y pensás: pero este tarado de qué me viene a hablar? Porque no le crees al tipo, porque es un caretón de toda la vida. Pero los medios de comunicación son una movida tan grande que yo creo que la solución para vencer esas trabas emocionales de las que hablábamos siempre va a ser individual, hay que comenzar por cambiar uno mismo. Yo soy básicamente individualista.
- Hablabas de que recién ahora a los treinta años superaste la adolescencia. Como te ves dentro de cinco años, una edad difícil no?
-¡No!, todo lo contrario. Treinta y cinco es una edad maravillosa, es el nudo de la vida, viene una parte grossísima de la vida. Recién ahora tengo treinta y ya la estoy saboreando. La treintena viene muy bien, tengo mucha energía, todavía soy joven, la menopausia está lejos. Los treinta son super plenos, es impresionante. Aparte estoy logrando cierta estabilidad emocional, cierta forma de ver las cosas diferente que te permite acercarte a las cosas que te hacen bien y alejarte de lo que te destruye y eso obviamente te genera más energía. Una cosa muy vital, sexualmente superplena. Entonces si ahora es una etapa buenísima de la vida los treinta y cinco van a ser mucho mejor. Entre otras cosas porque yo voy a terminar mi contrato/conflicto discográfico que es lo que me tiene mal en forma personal porque no puedo evacuar mis cosas, no tengo continuidad en mi carrera porque eso me está destruyendo. Cuando pase esto voy a tener otra perspectiva de carrera que me va a dar otra visión de mi vida y viceversa. Voy a crecer como profesional, como compositora, como cantante.
-Y ya que lo nombraste, ¿sexualmente como andas?
-Muy bien, plena. ¿Pero sabes porque lo dije? Porque me di cuenta que el impulso sexual es un signo vital y que cuando uno lo tiene contrariado es signo de que tiene pocos signos vitales, poca energía.
-No me lo digas.
-Porque andas mal (se ríe).
-Y... no pero hace un mes atrás sí.
-Y es que es un reflejo total de lo que le pasa a uno. Viste cuando uno está enfermo, destruido, todo hecho mierda no tiene actividad sexual. Pero cuando un enfermo se empieza a sentir mejor ya enseguida le quiere tocar el culo a la enfermera (risas). Entonces decimos. ¡Ya está un poco mejor el paciente! ¡Ya tiene impulso vital, y es eso. Es EROS! Y yo creo que es así que es fundamental tener una muy buena capacidad sexual y tener siempre un buen compañero. O sea uno puede tener una buen actividad sexual en soledad pero eso genera otras trabas emocionales que son difíciles de curar.
-O sea que yo estoy finiquitado (risas).
-No, no. De vez en cuando no hay problema. Uno tiene que saber satisfacerse a uno mismo. Es útil, es bueno saber que uno es capaz de satisfacerse a sí mismo. Pero no hay que ser tan omnipotente de creérsela para toda la vida. Porque ahí estás generando una traba emocional dura porque no permite que te relaciones con otro. Enfrentarte con otro, saber dar placer a otro y saber recibirlo de otro.
-¿Por qué enfrentarte con otro?
-Porque al principio es enfrentarte con el mundo, con los demás. Porque sino te encontrás en una soledad total. Que también mata la soledad, yo soy amante de la soledad. Pero todo tiene que tener su punto medio. El otro día leí una cosa que me encantó: ¿porqué el hombre cuando se imagina una situación ideal se ve en el medio del campo rodeado de animales y de la naturaleza solamente?
-Pero esa imagen te pinta justamente que aquí en la ciudad estás viviendo para el carajo.
-Claro, eso es lo que leía. Como que está mal la ciudad. Son puntos de referencia diferentes. El hombre es un animal social, que necesita de otras personas para poder vivir. Lo que pasa es que ahí se generan otro tipo de conflictos y enfermedades que se generan por vivir en un sociedad muy aglutinada y cerrada. Pero todas las cosas tienen sus pros y sus contras. Como dice mi vieja "nadie tan santo ni tan diablo".
-¿A veces no te dan ganas de volver al campo?
-Yo me romantiqueo mucho con el campo y con la vejez. Es una cosa que espero sin miedo. Creo que voy a tener muchas cosas para hacer diferentes a las de ahora. Pero tengo ganas de proteger esos proyectos para otros momentos de mi vida. Tal vez en la vejez sea cuando más conectada esté con la ciudad y no con el campo Pero ¿por qué esa enfermedad de necesitar que los sueños se hagan realidad? ¿No pueden ser sueños siempre''
Mariano Gambino
revista cantarock
mayo 1987