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Federico Moura
Todo bajo control
Por Eduardo De La Puente

 

 

Revistero de rock

 

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-Es la primera vez que tengo la oportunidad de entrevistarte, y una cosa que me advirtieron es que sos un calculador en lo que decís, que es difícil pescarte en alguna contradicción por la que correrte. ¿Sos consciente de eso, de ser un tipo difícil de manejar para un periodista?
-Nunca lo pensé en esos términos; nunca sentí que me quisieran manejar, más allá de llevarme a algún tema o a comentarios que yo considero que no valen la pena. Pero lo digo ¿no? Que soy ciertamente pensante, sí, pero no me preparo para las notas. Creo sí que la palabra es un código, y un lenguaje, si la usas bien, te permite ser más explícito en lo que querés decir. No me gusta que modifiquen mis palabras, no porque modifiquen mi retórica sino porque pueden modificar mis conceptos.
-¿Qué tipo de comentarios son esos que "no valen la pena"?
-No sé, hay cosas que no tienen importancia. Las notas son para un medio, para que lea la gente; pero no tengo temas vedados.
-¿Cómo era toda esa época previa a la aparición del segundo disco de Virus, ese rechazo gigante que tuvieron que sufrir?
-Era confuso; parte del público tenía como una adoración y otra parte tenía como un odio. No era muy claro. Ese tipo de cosas pasaba en los festivales; la gente que iba a ver al otro equipo hinchaba en contra nuestra.
-¿Tenías más o menos identificado al público que pateaba en contra?
-No muy identificado, pero podría hacer un cálculo de que la gente que rechazaba a Virus tenía como actitud quedarse prendida de lo que
existía. Cosa que no es mi estilo; mi estilo es estar abierto, sin preconceptos hacia las cosas que se muestran. Ahora, puede ser que alguien haya escuchado los discos y no le gustaron, ahí ya tenía algo concreto.
-Pero había mucha gente que veía a Virus por primera vez; bastaba que saliera a escena, metiera dos compases, para que ya existiera un rechazo.
-No pasaba tanto eso, pero bueno, supongo que le molestábamos a mucha gente; le molestábamos porque le estábamos rompiendo la tranquilidad. La gente tiende -y yo lo puedo comprender- a no innovar; cuesta incorporar nuevas cosas en la vida. Y una vez que se acomoda a eso, si aparece una cosa nueva... "déjame tranquilo, qué me venís a joder, ¡¡¡fuera!!!". Pero eso esparte de lo que a mí me enorgullece, en última instancia; en ese momento nosotros éramos más de choque, nos daba cierto placer romper estructuras, romperle los esquemas a la gente.
-Eso te iba a preguntar, cómo se vivía internamente eso en la banda.
-Me hacía muy bien, y me hace muy bien actualmente. Ahora las cosas son diferentes, pero me hace bien, me hace sentir que es un poco más fecundo lo que hago, siempre y cuando esté convencido de eso; no que estoy destruyendo algo por el hecho de destruirlo así nomás. Yo no destruía nada, aportábamos algo. Me ponía bien; no soy muy partidario de lo complaciente.
-Después Virus -y ojo, que es mi caso- empieza a ser asimilado y finalmente gusta. ¿Cómo se da ese proceso en la gente, o gracias a qué?
-Te aclaro que de entrada el grupo gustó a mucha gente de una forma muy notable; si nosotros hubiéramos tenido rechazo siempre, no sé si hubiéramos seguido. Había gente que se enfervorizaba mucho con nosotros, gente del medio, gente no tan del medio... Pero gente inteligente -la gente que a mi me parece inteligente- se interesaba mucho por nosotros. Eso es funda-
mental; prefiero uno inteligente a cincuenta... Pero bueno, después se acepta porque en realidad no estaban en contra, estaban...
-¿Asustados?
-También podría ser. Irritados, un poco.
-¿Y después qué? ¿Se dieron cuenta de que no eran tan malos, recibieron otra Información adicional?
-La crítica no era que éramos malos, incluso mucha gente decía que (tono de maestra primaria de la vieja época) "tenían que aceptar que sonábamos bien", y esto y aquello. Sí, obviamente la gente escuchó más, hubo toda una corriente que se fue creando; la gente se sintió envuelta en esa corriente y empezó a entenderla. Pero de todos modos la actitud de un músico no sé si es estar adelantado, pero sí no ser el último en enterarse qué está pasando.
Y tanto exteriormente como interiormente ¿no? Saber qué busca a través de lo que hace.
-¿Y vos qué buscas?
-Bueno, en realidad se buscan muchas cosas, fundamentalmente que me guste lo que hago. Básicamente. Y podría desglosarlo, porque que me guste significa muchas cosas: que me gusta mucho vivir, estar en armonía conmigo mismo, pero no porque tenga contradicciones sino porque la vida las tiene. No tengo mayor conflicto con la música, pensar qué voy a hacer para que le guste a la gente lo que hago. No me pasó antes, ahora menos. Eso que quede para otra gente un poco más insegura. Yo creo que uno puede ser popular de dos maneras: porque hacés lo que la gente está esperando o porque lo que hacés es popular.
-Bueno, pero Virus no tiene ese éxito tipo cosa resonante; es más bien una popularidad tranquila. Algo propio de un crecimiento de años ¿no?
-Sí, es más segura. De repente es que las cosas vayan así, haciendo lo que queremos hacer. Eso complica un trabajo ¿no? Tenés obligaciones, obviamente; a veces no tenés ganas de tocar y tenés que ir a tocar, fabricarte las ganas. Pero esas cosas son más neurosis propias del trabajo.
-¿Se nota eso? ¿Se nota cuando Virus no tiene ganas de tocar?
-No creo, porque eso pasó antes del concierto; el esfuerzo que tenés que hacer es justamente llegar al escenario armado. Las angustias y las cosas que le pasan a un músico se notan muy poco, no naturalmente. Generalmente cuando llego al escenario ya está todo claro. Una vez que lo hiciste no podés pensar en los términos de "ganas", no con 5.000 personas bramando.
-Bueno, esto a título 100% personal, te digo que la impresión que me llevo después de ver a Virus, es que jamás me di cuenta si tenían o no ganas de tocar o con qué estado de ánimo andaban; es como igual, como una máquina perfecta.
-No, no estoy de acuerdo con eso; es un crítica que se ha recibido en el último tiempo y no la entiendo. Que las cosas funcionen bien, y que salgan ciertamente sincronizadas, es algo que queremos. Digamos, es difícil lograr eso; puede hacerse después de mucho trabajo, de conocimientos entre los integrantes del grupo. No, que somos mecánicos, no, creo que somos todo lo contrario, creo que somos altamente neuróticos. Ahora, si de lo que se trata es de subir al escenario y hacer las cosas mal para que la gente crea que vos sos sensible, no lo entiendo. No lo entiendo. Es como un equipo de fútbol que juegue mal; el equipo tiene que jugar bien, tiene que ganar. Si sale sincronizado... bueno, eso es lo que muchos desearían, sincronizar un poco más sus espectáculos ¿no? A veces veo tanto amateurismo... no le veo la virtud a eso.
-¿El concepto de calentura en un show o en un escenario lo tenemos relacionado con el amateurismo?
-No. Puede ser... si lo tenés no lo comparto. Nuestro show, para mí y el resto de los chicos, es algo muy fuerte. Muy, muy, muy fuerte. No llego a entender muy bien la crítica.
-Por ahí pasa por una cuestión visual. A pesar de que hay movimiento, sigo notando cierto estatismo. O frialdad.
-Nosotros no somos estáticos. Para nada, al contrario, tenemos muchísimos movimientos en el escenario. Sí somos muchas personas en el escenario y hay un cierto orden; si Julio y yo queremos ir al mismo lugar en el mismo momento, nos vamos a chocar. Todo eso es una plástica que se va dando. Te confieso que no entiendo muy bien lo que decís vos y lo que dicen otros; yo me voy de punta a punta, tengo micrófonos inalámbricos para eso. No veo cuál es el estatismo; creo que hay cierto sincronismo que pone un poco nerviosa a la gente. Bueno, puedo tratar de hacer las cosas un poco peor, para despertar un poco de compasión, tal vez.
-Por ahí tenés razón; quizás estemos esperando un show de gimnastas rusos.
-Bueno, pero estuvieron hace poco en el Luna Park. Yo personalmente pienso moverme menos de ahora en más. Porque tengo ganas de estar más concentrado en el canto, en serio. Tengo ganas de hacer algo más reposado; de repente por la música misma.
-La música de Virus se torna más reposada y sin embargo insistís en las neurosis.
-Sí, pero te hablo de neurosis, no de nervios. Eso es otra cosa.
-Me das la impresión de ser un tipo que necesita tener todo bajo control, muy digitado; no dejar escapar nada que se te pueda ir de las manos.
-Bueno, en un espectáculo -porque no estamos hablando de mi vida personal- me gusta que esté todo controlado, obviamente. No tocar sin saber si va a sonar tal cosa o no, porque ahí se te están yendo tus energías en algo que tiene muy poco que ver con el arte. Creo que ya pasó esa etapa. Eso de "uy, loco, para que él tiene que afinar la guitarra..." no es mi estilo. Me parece como debatirme demasiado en la mierda todavía.
-Pero eso mismo de los espectáculos parece que hasta lo trasladas a esta charla, tener todo bien cuidado. ¿Sos así abajo del escenario? ¿Te escapas de esos momentos en los que tenés que patear una silla?
-Por supuesto, sin ninguna duda. Pero puteo, me descargo; no sé si violencia física. Ya lo hice, ahora quiero más tranquilidad. Pero soy escorpiano, soy impetuoso, muy gánico. Por eso cuando me hablás de la frialdad me confundo un poco.
-Recién decías que la música está más reposada. Lo mismo sucede con las letras ¿no? Como que la transgresión que siempre tuvo está, pero está un poco más velada, más tangencial que antes.
-Sí, pero eso tiene que ver con las circunstancias en las que estás haciendo las cosas. En un momento hubo que decir cosas más inmediatas, la gente estaba en un estado muy como paralizada. Las cosas han cambiado, nosotros hemos cambiado y giran diferentes cosas. La transgresión se notaba más como tal cuando... nosotros empezamos con un gobierno militar, o sea que había cosas que sonaban más a transgresión pero también había cosas que tenían que ver con la educación y con lo que le pasa aun país aterrado; si decías una palabra fuera de lugar se asustaban. Ahora no tanto. Pero tampoco la intención nuestra es transgredir, sino decir lo que queremos decir. Sería caprichoso hacerlo porque sí.
-¿Es coincidencia que cuando el mensaje no es tan directo Virus logra más aceptación?
-No, pero creo que más tiene que ver con el tiempo; el público se permitió enfocarse hacia cosas un poco más diferentes de las que había y nosotros hemos hecho mejor las cosas. 

revista cantarock
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