Tienen 21 años. Son como el día y la noche y se llaman
en realidad Miguel Cantilo y Jorge Durietz. Uno está
haciendo el servicio y el otro se salvó por "flaco". Los une
la bronca y la gracia para cantarla. GENTE los buscó. Los
encontró. Los indagó. Se habló del mundo, de los políticos,
de Sinatra... hasta de Discépolo se habló.
Son como el día y la noche.
Uno es Pedro, aunque se llama Miguel Cantilo. El otro es
Pablo, aunque se llama Jorge Durietz. Pedro tiene 21 años y
el pelo largo, muy largo. Pablo también tiene 21 anos, pero
el pelo corto, muy corto. ¿Causa? El servicio militar: Pedro
se salvó, pero Pablo no.
Pero esto no es todo, hay más diferencias: Pedro es rubio,
pálido, muy pálido, tiene los ojos claros, tal vez azules,
tiene muchas pecas y una barba suave. Pablo es morocho, más
oscuro, tiene los ojos pardos, tal vez marrones, ninguna
peca, tampoco barba (porque no puede). Pedro es hablador,
extrovertido, toma siempre, casi siempre, la iniciativa y se
ríe a carcajadas. Pablo es más tranquilo, medio tristón; a
veces añade algo a la conversación, y en vez de la carcajada
usa una sonrisa a media asta. Pedro es más rebelde. Pablo es
más filósofo. Pedro es una pedrada. Pablo es una mirada.
En fin, gestos más, gestos menos, así son Pedro y Pablo,
como el día y la noche, lo suficientemente diferentes como
para ser uno solo en la mágica hora de hacer canciones,
canciones tan frescas, tan sorpresivas, tan repletas de
gracia y petarditos como "Marcha de la bronca" y "Yo vivo en
una ciudad". A esas canciones Pedro le pone las palabras y
Pablo la melodía. Y después las cantan juntos, con esa
bronca nuestra de cada día que ellos enarbolan y hacen
flamear y flamear, bronca por los que "se hacen moralistas y
entran a correr a los artistas", bronca por los que "a plena
luz del día sacan a pasear su hipocresía", bronca por lo que
"toman lo que es nuestro con el guante de disimular", bronca
por "los que manejan los piolines de la marioneta
universal", bronca por los que "han marcado la baraja y
reciben siempre la mejor", bronca porque "matan con descaro
y nunca nada queda claro", bronca porque "no se paga fianza
si nos encarcelan la fe", bronca por los que "quieren que me
corte el pelo sin razón... y no saben que... es mejor tener
el pelo libre que la libertad con fijador... bronca que
siempre es esperanza... bronca con los dos dedos en «V»...
bronca de la brava, de la mía, bronca que se puede recitar".
La charla es a eso de las siete de la tarde, en un bar
cualquiera. Pedro descubre que no ha almorzado, y además de
la gaseosa pide un sandwich. Pablo está con su piba y
también tiene ganas de pedir otro sandwich, aunque no se
anima porque "anda sin un mango". La cuestión es que,
mientras se decide, le da el mordiscón inaugural al que
pidió Pablo. Pedro está muy flaco. Más flaco no se puede.
Por eso se salvó del servicio. Porque cuando se subió a la
balanza lo palparon para ver si era cierto que estaba ahí. Y
sí, estaba...
—Pedro y Pablo, ¿por qué eligieron ese nombre artístico?
—Al principio nos llamábamos "Los cronopios", pero en ese
tiempo salió una revista con el mismo nombre y ya no sirvió.
Cuando fuimos a la grabadora nos dieron cinco minutos para
bautizarnos. Ahí mismo empezamos a buscar un nombre que no
llamara la atención. No queríamos llamar la atención por el
nombre, porque si no nos hubiéramos puesto "Dulce de leche"
o algo así. Así salió "Pedro y Pablo", que tal vez tenga una
asociación con la pareja bíblica. (Dice Pedro).
—Esta pregunta y las que vienen son para los dos. ¿Cómo
definen la bronca?
—La bronca es una reacción violenta, pero no necesariamente
física, contra algo que nos molesta. (Dice Pedro).
—La bronca es un... sentimiento que nace cuando una persona
se ve reprimida en su libertad y... eso sólo, eso sólo es.
(Dice Pablo).
—¿Sirve para algo la "bronca", modifica algo?
—Si se la sabe encauzar a la tironea, evidentemente podemos
llegar a modificar todo. Ahora con la "bronca" sola también
es evidente que no hacemos nada. (Dice Pedro.)
—Yo creo que la "bronca" sirvo como aviso... es... es... es
una especie de luz roja que se enciende en el tablero.
Indica que hay que encontrarle solución a algo. (Dice
Pablo.)
—-¿Ustedes son o no son cantantes de protesta?
—Nosotros no somos cantantes de protesta, pero cantamos
algunas canciones de protesta. (Dice Pedro. Pablo mira de
nuevo el sandwich. Su noviecita le da coraje pura que llame
al mozo. Y se decide el muchacho.)
—Puestos en el rol de espectadores, ¿qué opinan críticamente
del movimiento argentino de cantantes de "protesta"?
—Que es un movimiento todavía muy trastabillante, inseguro y
desparejo. Pero creo además que el movimiento no es de ahora
y que los eternas guías son hombres como Atahualpa Yupanqui.
Otra cosa que es evidente es que hay mucha gente que
especula con la "protesta", se escriben cosas muy malas,
muchas puerilidades... (Dice Pedro.)
—Yo pienso que la mayoría no tiene sinceridad y que todo
nace por un problema, por un deseo de ser "moda"... pero
también creo que pese a ser "moda" la "protesta" puede
llegar con el tiempo a ser algo verdadero. (Dice Pablo, que
al segundo siguiente se escapa de la conversación y le da
una tierna trompadita en cámara lenta a su piba.)
—De los nuevos, de los cantantes y autores argentinos
nuevos, ¿hay alguno que ustedes rescaten de esa mediocridad
general?
Hay varios, pero uno especialmente, Facundo Cabral. Maneja
las cosas a la perfección. A la parte literaria de sus
canciones no se le puede encontrar un solo error. (Dice
Pedro. Su sandwich todavía subsiste en un setenta por
ciento. Pablo ya avanza sobre el suyo.)
—¿Qué piensan de Discépolo?
—Que es sin duda el más grande poeta de intención y de
esencia popular. (Dice Pedro. Pablo aprueba con la cabeza.)
—¿Discépolo era un autor de "protesta"?
—Sí, pero no exclusivamente. Hablando de protestones el más
grande del mundo fue Nietzsche, su protesta era descomunal,
inalcanzable. (Dice Pedro. Pablo frunce el ceño. Se explica,
en vez de Nietzsche entendió "Nacha". No es para menos.)
—¿Ustedes, con sus canciones, intentan modificar la
realidad, creen que pueden hacerlo?
—Tenemos voluntad de trascender, tratamos de llegar a la
gente. (Dice Pablo, que ha aterrizado nuevamente en la
conversación.)
—Creo que lo nuestro tiene su importancia. Ahora oímos
nuestros problemas, dichos en canciones, en castellano. Yo
me pasé toda la vida escuchando a Frank Sinatra,
deleitándome, pero sin entender nada. Me parece muy
importante te que pasa ahora: uno prende la radio y se
encuentra con canciones que le dicen cosas en su propio
idioma. (Dice Pedro. Su sandwich, su anhelado sandwich sigue
inconcluso y ahora olvidado. El de Pablo no, el de Pablo se
fue para no volver.)
—Cuando empezamos a cantar por los clubes pensamos que nos
iban a destrozar a sillazos, porque nuestras canciones no
son para bailar, son para oír. Y sin embargo no pasó eso. La
gente se queda de pie, escuchándonos. (Dice Pablo. Cuando
termina su frase rapidito vuelve la cara sobre su piba y le
da la sexta o séptima trompadita en cámara lenta.)
—Esto no tiene nada que ver con la música "beat", pero se
los pregunto lo mismo: ¿qué piensan Pedro y Pablo, a los 21
años, sobre los políticos?
—Sólo puedo decir que hasta el momento no he encontrado un
solo político con el que me haya identificado. Qué sé yo...
me hubiera gustado conocer a Alfredo Palacios, pero no
llegué a tiempo a este mundo. (Dice Pedro.)
—Si no hubiera habido nadie, si en los últimos veinte años
no hubiera nacido un solo político creo que a lo mejor todo
seguiría como hasta ahora... no sé, me parece... esto es un
desastre organizado... no se puede lograr una cosa total
cuando las partes están tan separadas. (Dice Pablo. Y otra
vez frunce el ceño. Esta vez admirado por lo rara que le
salió la última frase.)
—Les puedo hacer una pregunta tal vez tonta: ¿cómo se llevan
con sus padres?
—Yo muy bien. Los comprendo mucho. Claro, hay muchas cosas
que nos separan. Pero también comprendo que no me
comprendan. (Dice Pablo.)
—Yo soy muy comprendido. En mi casa nadie tiene que ver con
mi pinta, con mi pelo largo. Eso podría provocar una
situación peliaguda, pero no. Pertenezco a un hogar de
extracción burguesa. En ese mundo hay un defecto: la
indiferencia y hay otras cosas que podrían ser virtudes,
como el hecho de que existan los televisores... pero un
televisor es hermoso sólo si se lo usa bien. Volviendo a mi
pelo largo: lo uso por razones estéticas, porque cuando me
miro frente a un espejo me siento mejor. Claro, hay mucha
gente que se molesta, pero creo que lo último que puede
hacer un tipo que lo molestan por el pelo es cortárselo.
(Dice Pedro. Y tres mozos que siguen sus palabras lo miran,
lo miran, en silencio.)
—¿Cuál es la importancia de Los Beatles?
—Nunca se ha dado un conjunto que haya señalado un camino
tan favorable, sobre todo para los que lo siguen. (Dice
Pedro. Pablo alzó vuelo de nuevo y se fue del reportaje.)
—¿Y de Palito Ortega qué piensan?
—Lo único que lamento es que habiendo logrado tanto, se
quedara tanto en el mismo lugar. Palito fue el tipo que
representó más que nadie a su pueblo. Pero en estos momentos
el pueblo ha dado pasos que él no ha dado. Es una lástima.
(Dice Pedro de nuevo, porque Pablo vuela todavía, ausente y
confirmando que la ciudad lo aturde y lo ahoga.)
La charla concluye. Dejamos la mesa. El sandwich de Pedro
quedó inconcluso no más. Pablo, el de pocas palabras, le
tomó la mano a su piba que, a todo esto, tuvo un silencio
impecable.
Si uno dice que este par de muchachos es auténtico, no dice
nada, porque eso ya está muy gastado. Pero, de todas formas,
uno lo dice. Porque es así no más. No han hecho nada del
otro mundo. Pero nadie exige tanto. Además hay algo cierto:
dicen cosas que se caen de maduras, pero tienen gracia. La
gracia no es LA poesía. Pero sin LA GRACIA la poesía no
existe.
En fin, así son Pedro y Pablo, esos muchachos que viven en
"una ciudad donde la gente usa gomina, en donde la gente se
va a la oficina sin un minuto de más... en una ciudad que
tiene un puerto en la puerta y una expresión boquiabierta
para todo lo que es novedad. .. en una ciudad donde el
diario trajín parece un filme de Chaplin..."
RODOLFO E. BRACELi
Fotos: Juan Mestichelli