Revista Pelo
octubre 1971 |
Durante la primavera Ricardo Soulé y Willie Quiroga, dos de los
miembros del grupo Vox Dei, viajaron a Nueva York para arreglar
detalles de la posible edición de los dos discos de "La Biblia" en
los Estados Unidos. Estuvieron allá cerca de un mes. En ese lapso,
convivieron con algunos músicos norteamericanos, visitaron estudios
de grabación y asistieron a recitales. No es sin embargo lo
turísticamente anecdotario lo que interesa y por eso Pelo convocó a
uno de ellos, Ricardo Soulé, para que contara su visión de los
Estados Unidos y, sobre todo de su gente, de su gente joven. También
habla de música y las diferencias entre el rock argentino y el de
Norteamérica, y de las posibilidades que la música que se produce
aquí puede llegar a tener y que nosotros, a veces, nos resistimos a
creer. Estas son sus palabras: 'Conversando con la gente que
conocimos allá comentábamos las diferencias entre ellos y nosotros
en cuanto a la manera de ser. Y por ambos lados coincidimos en una
cosa: los jóvenes norteamericanos tienen un desenvolvimiento —en
apariencias al menos— desprejuiciado en su forma de ser y de pensar,
y eso ocurre porque ellos se liberan muy rápidamente del lazo de
dependencia familiar. Afrontan su propio destino muy pronto y toman
decisiones con respecto a sus futuros totalmente autónomas.
Nosotros, en cambio, siempre que hacemos algo estamos calculándolo
con respecto al punto de mira de la familia. Aunque fijate: esta
visión de independencia de la juventud norteamericana tal vez sea
sólo parcial. Porque nosotros conversamos y estuvimos con quienes
nos interesaban pero no mantuvimos contactos con jóvenes oficinistas
o trabajadores. Pero la diferencia, en la personalidad, no obstante,
no es perjudicial para nosotros. Tenemos nuestra forma de ser que a
ellos les resulta muy interesante. Inclusive los copa, les fascina
nuestro espíritu latino, aun hablando de música.
No tuvimos suerte para ver a todos los grupos que quisiéramos haber
visto. Pero do todos modos te das cuenta muy bien, por los
comentarios y lo que escuchás en la radio y la televisión, de cuáles
son las ondas que están evolucionando y cuáles las que están
pasando. Mi impresión es que el hard rock está teniendo sus últimos
días, por lo menos en los Estados Unidos. Claro que de repente Deep
Purple llega a Nueva York y revienta en un recital colmado. Pero sin
embargo la tendencia se inclina a temas que, si bien son fuertes,
contienen un trasfondo más melódico; en alguna medida tienen más
sensibilidad humana y no tanta electrónica.
Un año atrás, me comentaba la gente que conocí, dominaba el panorama
totalmente la electrónica. Esa onda que recién ahora nosotros
estamos absorbiendo. Al parecer siempre estamos atrasados. Pero eso
ocurre porque pretendemos estar en "onda" conectados con lo último
en vez de pensar en nuestra propia cosa. Si en Nueva York hay hard
rock en seguida salimos todos corriendo a hacer eso. Claro, el tipo
que lea esto que estoy diciendo va a pensar: "el rock pesado ya no
corre más, me tiene que dejar de gustar". No, no es así el asunto:
nosotros somos seres de este planeta y tenemos capacidad de crear y
decidir como cualquier otro del país que sea. No tenemos por qué
guiamos por reglas foráneas. Esa necesidad de mirar hacia afuera
para hacer es un mal muy latinoamericano. Inclusive yo mismo lo
tengo, siento ese problema: me doy cuenta que por momentos me
importa demasiado la música que están haciendo en Estados Unidos o
Inglaterra. Pero ojo: hasta ahora no permití que ese interés
sobrepasara el límite de independencia mental para hacer lo que yo
quiero. Tengo conciencia de que los demás músicos de otros países
hacen cosas y las hacen muy bien, pero también hacen cosas mal, y
eso muchas veces no lo evaluamos. Nosotros tenemos las mismas
posibilidades: para los errores y los defectos. Finalmente debo
aceptar que yo también estoy influenciado por ondas foráneas. Pero
creo que hay que reaccionar, y sobre todo en forma coherente, no de
una manera estúpidamente localista. No podés decir: "no doy bola a
nada". Pero sí podés limitarte a aceptar solamente lo bueno: no todo
lo que venga.
Yo veo al movimiento desde el punto de vista de Vox Dei, y pienso
que nuestra visión puede ser bastante acertada porque estamos muy
metidos en la cosa y en estos momentos trabajamos mucho. Y te puedo
asegurar que no estamos mal encaminados; veo que estamos
desarrollando una forma musical, y de actuación bastante eficaz y,
por sobre todas las cosas, hecha con mucha honestidad. Nuestro
movimiento, o como corno le quieran llamar, aunque más chico y más
joven, tiene polenta, mucha fuerza.
Creo que puede ser. Allá en Nueva York vi a dos grandes conjuntos
que creo que están entre los diez más destacados de nuestra época:
Deep Purple y Fleetwood Mac. Ellos, y pienso que también muchos de
los conjuntos ingleses y norteamericanos que conocemos, tienen una
gran escena, son realmente artistas. Eso tal vez sea lo que nos
falta a los argentinos, al menos lo que yo veo que ocurre con Vox
Dei. En cuanto a lo musical: no me preocupo en comparar, como ya te
dije antes. Nosotros tenemos que creer en nuestra propia cosa, que
además existe y es real: tenemos un sonido dentro del rock, que es
incomparable al que se haga en otra parte.
Estoy convencido que los argentinos, a nivel musical, tenemos mucho
talento. Cuando estás afuera te das cuenta que los músicos
argentinos con los que hablás y escuchás tienen buenas ideas y están
certeramente encaminados, a pesar de que a veces creemos que somos
inferiores.
Buenos Aires es una gran ciudad, tenemos un país con muchas
posibilidades. A veces los medios son subdesarrollados, pero no
importa, tenemos ganas y tenemos música y somos mucho más puros que
lo que nosotros creemos de grandes grupos extranjeros. Nosotros, los
argentinos, les cortamos las posibilidades a miles de tipos nuestros
que tienen realmente talento, sólo porque no queremos reconocer que
podemos hacer cosas y que, sobre todo eso las podemos hacer muy
bien. Estoy convencido que trabajando a conciencia vamos a conseguir
grandes conjuntos dentro del rock y cada vez vamos a ser más. ¿Quién
nos pando parar?.
Ir Arriba
|
|
|