Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


RODOLFO ALCHOURRON
Salir de las Filas
Revista Pelo
julio de 1977

Durante muchos años de trayectoria musical, Rodolfo Alchourrón puso de manifiesto una capacidad creativa de amplios valores, en los cuales fueron conjugados distintas tendencias expresivas. Sus condiciones interpretativas permitieron un desarrollo efectivo del espectro compositivo que implementa desde 1954; dan prueba de ello los numerosos premios obtenidos en concursos y congresos musicales. En su último álbum, "Canto y Clarificación", Alchourrón emite un vuelco concreto en el lineamiento temático que efectúa; en el mencionado disco se observa una evidente incursión a las formas musicales locales, a través de elementos rítmicos folklóricos y tanguísticos. La pulcritud de dicha obra refleja la sobriedad y las condiciones de un músico que elabora un producto musical de jerarquía.

Mediante esta nota es posible percibir claramente la idiosincrasia de un músico de cuarenta y tres años que inserta una propuesta dinámica, en constante evolución. Alchourrón expone las distintas facetas de su óptica musical y plantea la ubicación a nivel social de la música contemporánea nacional.
-¿Cuál fue la motivación principal que te llevó a abordar la línea musical que experimentás?
-Atravesé muchas etapas; lo primero que me interesó, una vez dentro de la música, fue el jazz. Mis estudios fueron clásicos, de composición, bastante completos, y, a medida que crecía como músico, iba abordando un tipo de expresión musical más local. Luego de mis pasos por el jazz, giré hacia formas musicales que sentía más mías, que es lo que hago ahora.
-De lo que dijiste, desprende que le otorgas importancia a los estudios musicales; y la mayor parte de los músicos de rock argentinos son autodidactas. ¿Qué opinás al respecto?
-Yo no me considero un estudioso de la música, estudié cuando lo consideré necesario; pienso que cada uno recurre al estudio cuando lo entiende oportuno. Creo que es cuestión de necesidades, porque tenemos casos como Eric Clapton que no debió estudiar demasiado y sin embargo toca muy bien; y casos como Chick Corea, que para hacer la música que ejecuta tuvo que estudiar, porque su propuesta así lo requería. Yo no creo que sea imprescindible estudiar música; lo que es necesario es que cada ser humano adquiera la ductilidad necesaria para poder expresarse bien.
-Muchas veces el público y los músicos se muestran deslumbrados ante propuestas musicales como las que brindan ELP o Chick Corea, que sí son estudiosos. ¿Creés necesario profundizar los estudios musicales, para adquirir un lenguaje expresivo nacional más enriquecido?
-La pregunta me parece muy interesante, y plantea un tema del cual podría hablarse mucho. Por lo pronto, creo que hay un factor muy importante acerca de ese deslumbramiento por lo extranjero, es un vicio que tenemos los argentinos desde hace mucho tiempo: tener los ojos puestos en lo que ocurre en el exterior. Es un vició que viene desde la época de la colonia; primero nos copiamos de España, después de Inglaterra, y después de Francia; de pronto, a un tipo que hace algo personal, como Astor Piazzolla, se lo considera como algo muy raro, como una flor nacida en el barro. Ante eso el estudio de una técnica no hace demasiado, porque lo que te mencioné es anterior a la técnica. Hay que asumir ciertos renunciamientos; estoy seguro de que si me dejo el pelo largo podría llevar más gente al teatro, pero eso no es lo importante. Lógicamente, es necesario tener información de lo que se hace en el exterior, pero no de una manera obsesiva. Si a esa información le agregamos la sinceridad, más el manejo musical apropiado, podremos encontrar una música contemporánea rica y argentina.
-¿A qué atribuís que, actualmente, muchos grupos intenten rescatar elementos musicales netamente locales como el tango?
-Yo creo que los músicos inteligentes del rock nacional se están dando cuenta de que hay mucha imitación, y llegaron a la conclusión de que una buena posibilidad es la de introducir elementos musicales locales. A mí me gusta mucho ese camino, y ya lo experimenté hace tiempo.
-¿Por qué creés que el público se muestra reticente a ese tipo de expresión?
Hace mucho tiempo que pienso que si en el rock sigue habiendo tipos "polenta" que siguen evolucionando, el rock se quedará atrás, como sucedió con el jazz. Pero si un músico de rock da un paso hacia adelante, en cuanto a creatividad, queda con menos público que cuando hacía algo más digerible. Porque, desgraciadamente, lo que el músico crea debe parecerse a lo que hacía anteriormente, porque desafortunadamente se dio esa interacción. El público debería ir a un recital a disfrutar la música que escucha, pero no sucede de ese modo. Muchas veces el público asiste a los recitales para sumarse a una especie de ritual, donde el artista es el sacerdote y los espectadores los fieles. Ante eso nos situamos frente a un riesgo: si un músico sale de las filas de un estilo determinado el público le da la espalda.
-¿Podés explicarme mejor esa consideración?
-Hace mucho tiempo que salí de esas filas, pero, atención: eso ocurre también en el jazz y en la música clásica; cuando el músico quiere ampliar la apertura, para evolucionar, corre el peligro de quedarse con la mitad de sus seguidores. Cuando salí de las filas, yo lo asumí como "un tirarme a la pileta"; en cuanto me di cuenta que debía hacerlo lo llevé a cabo. Eso es muy duro, es más lindo que la gente no te abandone; pero es muy importante evolucionar, y al menos anualmente mostrar un cambio, facetas nuevas.
-Según tu opinión, el primero en salir de las filas debe ser el artista. ¿Qué proponés para que también el público salga de las filas?
-La gente tendría que tener acceso a las distintas expresiones nuevas; es muy difícil difundir expresiones novedosas, porque tiene prioridad lo más asimilado, lo más digerible. El público muchas veces no se entera de las cosas nuevas que se hacen.
-¿Cómo ves la evolución del rock nacional y la de los músicos que, como vos, se sitúan en la otra fila?
-Mirá: yo hago una sola división, que es tal vez un poco cruel; hay dos tipos de músicos: por un lado, los que entienden que la música es un medio de expresión y que, de acuerdo con eso, hacen las cosas con sinceridad; por otro lado están los tipos que imitan, los que siguen la línea de menor resistencia, y que, aunque algunos sean muy buenos tipos, están equivocados. En mi interior considero al primer grupo, compuesto por la gente que me interesa porque hacen cosas que sirven. Tampoco se trata de decir los buenos y los malos, sino de los que hacen música para que trascienda y los que no.
-¿Cuáles son los elementos que incorporás a tu expresión para que finalmente, resulten trascendentes?
-Una de las cosas que tengo claras es que la música es mi medio de expresión; no me llega la danza, la pintura, la escultura o la poesía. Soy muy insensible a cualquier otra expresión; la música es una de las pocas cosas que, artísticamente, me conmueven; de modo que te contestaría diciendo que mis factores expresivos son siempre musicales. Ahí inserto todos los ingredientes posibles que sean verdaderos, que no posean mentira. Estoy convencido de que eso de "loco, esta música mata todo" no sirve; lo que sirve es la buena expresión que conmueve y puede ser asimilada sinceramente.
-Dijiste que la poesía no te interesa mayormente, y sin embargo tus temas poseen letras.
-Lo que pasa es que la canción, dentro de la música, es algo muy interesante, y la canción tiene palabras; por ese motivo introduzco letras en mis temas.
-¿Qué es lo que buscás a través de tus composiciones: que sean entendidas, o que sean sentidas por la gente?
-¿Esa pregunta se la hiciste a otro músico? Realmente me parece muy buena. Yo pienso que la música es para sentirla y no para entenderla. El tipo que quiere entender tiene que comprar libros o estudiar. El público que va al teatro tiene que sentarse, escuchar y disfrutar, y eso es lo que a mí me gusta. El público que recibe mi música no tiene ninguna obligación; lo único que le pido es respeto, si se sienta y no recibe nada da vuelta la página y chau. La persona que está disfrutando lo que escucha no se hace ninguna pregunta; solamente recibe y se siente satisfecha.
-Hablame acerca de tu grupo. Canto y Clarificación.
-Mirá: a mí me gusta tocar, estoy un poco lejos del dominio que me gustaría tener sobre mi instrumento, pero me hace bien hacerlo. Canto y Clarificación es un conjunto que va variando, en el cual yo puedo tocar las cosas mías, y me gusta tenerlo, ver cómo va cambiando en el tiempo. Pienso que el conjunto es un instrumento adecuado para poder hacer la música que te comentaba antes.

 

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Rodolfo Alchourrón
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