Hace unas semanas dos de los integrantes de Vox Dei, Soulé y
Quiroga, regresaron de los Estados Unidos y el grupo se apresta a
realizar sus primeras presentaciones de esta temporada. Pero con la
inclusión de un nuevo integrante. Ahora están todos juntos ensayando
el nuevo material y el flamante sonido que tendrá el grupo. De todo
de eso, un redactor de Pelo conversó con ellos en una quinta del
Gran Buenos Aires donde el grupo tiene asentado su sala de ensayos.
Allí compartieron casi toda una tarde y hablaron de sus últimas
realizaciones.
Vox Dei tiene, en sus obras anteriores a "La Biblia", mucha de esa
calentura esencial característica del buen rock and roll, pero sus
realizaciones posteriores ("Jeremías pies de plomo", algún long play
en vivo, "Es una nube, no hay duda") los alejan, de alguna manera,
de sus planteamientos primarios. Sin internarnos en los cambios
psíquicos por los que un músico puede atravesar, y refiriéndonos
exclusivamente a su música, se puede pensar en una especie de
contradicción, en un simple, masticable y digerible análisis de la
obra total de Vox Dei hasta hoy.
Redondeando la cosa: más allá de que te guste o no la realización de
una determinada música, puede ser bastante exacta la posición de los
que siguen el movimiento, y creen que el Vox Dei de hoy es una
contradicción (siempre que tengan claro el concepto de lo que es en
sí la contradicción.) Aún así, si tomamos como válido un proceso
semejante, de hecho habrá una síntesis.
Algunas de estas cosas podrían dilucidarse en una charla con el
mismo grupo:
Pelo: Mucha gente ve a Vox Dei como un grupo aislado, que no
participa del movimiento, y sí en cambio como transando con un
sistema que podríamos llamar "comercial", que maneja a los músicos y
a la música.
Ricardo Soulé: No nos interesan ni las letras chinas ni las zapadas
chinas, no nos interesan los mensajes indescifrables; nosotros
pretendemos hacer letras comprensibles con un argumento y un
desarrollo, o sea un sentido verdadero del asunto. A algunos tipos
de pronto puede no gustarles, que seamos tan claros como somos;
puede joderlos un poco porque se dan cuenta de que no piensan como
nosotros, ni se nos parecen. Las diferencias empiezan ahí, pero
solamente cuando vos determinás cómo sos; o sea: si yo no te digo
cómo soy, vos no podés darte cuenta de si vos sos diferente de mi o
no, pero en el momento en el que yo me empiezo a definir, a
determinarme totalmente, ahí es cuando podés darte cuenta de si
estás conmigo o no. En cuanto a eso de que estamos transando
transando con un sistema "comercial", la palabra "comercial" no me
gusta, ni la connotación que lleva atrás...
Willy Quiroga: La connotación no tiene nada que ver con la palabra
en sí, es lo que encierra y la gente lo entiende por eso.
R. Soulé: Claro! Creo que en sí es más accesible; nosotros, ya te
dije, dejamos de lado las zapadas chinas. Creo que somos una
posibilidad de música pero no la única.
W. Quiroga: Aparte es tonto que todo el movimiento dependa de un
solo grupo; hay muchos conjuntos, y cada uno hace las cosas a su
manera. Además Ricardo tiene razón: nosotros empezamos a hacer las
cosas simples y precisas y no a irnos en el divague.
R. Soulé: Por ahí nosotros divagamos también, pero tratamos de
hacerlo en una forma concreta (?), de manera que nuestro divague sea
comprensible. Vos escuchás por ejemplo un disco de Pink Floyd, y
escuchás un divague, pero es muy sutil, muy fino, muy bien hecho, no
es un divague boludito...
W. Quiroga: Algunos, porque tienen dieciséis canales, meten mil
violas, pero hacen solamente idioteces ...
R. Soulé: Como te decía, esa es la diferencia entre el Vox Dei antes
de "Jeremías..." y el de después. Intentamos seguir en la búsqueda
de cosas nuevas, pero de una forma concreta, es decir, tratando de
dar lo más positivo de nosotros. Las cosas nos van bien, y puede
haber algo de envidia, porque algo de eso siempre existe. Aunque que
si pensás diferente de mi, pero con criterio, bueno... podemos estar
separados pero estamos juntes de todas maneras. Nosotros queremos
sacar a luz nuestro pensamiento, nuestra forma de ser, nuestra
música, pero eso no es fácil; estamos en la búsqueda.
Pelo: ¿Por qué se fueron a Estados Unidos?
W. Quiroga: Mirá, fuimos a comprar equipos, y a visitar la CBS para
tratar de interesarlos en lo nuestro. Los tipos nos recibieron muy
bien, se sintieron interesados y pasaron lo nuestro a la división
latinoamericana de la grabadora. Lo que pasó es que anduvimos muy
apurados y no pudimos volver; quedamos en seguir enviando cosas, y
en que ellos se ocuparían de escuchar todo lo que nosotros
hiciéramos. Además, todavía tenemos que esperar la respuesta de lo
que les llevamos.
R. Soulé: Eso a nivel discográfico; a nivel musical la posibilidad
de tocar en Estados Unidos es la misma que la de tocar en cualquier
otra parte del mundo. Creo que existen más posibilidades todavía de
tocar ahí, porque hay ambiente y también más salas. Pero hay una
historia que todos conocemos bien: acá estamos muy "verdolagas", al
contrario de allá, en donde hacen las cosas como corresponde y donde
no existe la improvisación:
W. Quiroga: Lo que hay acá es primitivo, elemental, y lo que está
hecho es irreversible, no se puede volver atrás... Y qué vas a
criticar?
R. Soulé: No! Pero está bien, está bien que sea primitivo, porque
eso va a ser el fundamento de lo que se va a levantar. El problema
es que lo poco que se hizo desaparece, de manera que hay que seguir
trabajando. Tendríamos que estar todos juntos, tirando para
adelante, porque somos pocos y es muy chico el asunto.
Rubén Basualto; mientras exista la competencia la cosa no camina...
R. Soulé: Yo no hablo de una gran comunidad, hablo simplemente de un
entendimiento en común. Humildemente podemos aprender uno del otro,
y juntos podemos hacer muchas cosas: separados no creo. Nos podemos
arreglar cuatro o cinco juntos, como nos estamos arreglando hasta
ahora, pero no creo que sea lo acertado.
Pelo: La inclusión de un nuevo músico implica un cambio de
estructura, una concepción distinta quizás en sus nuevos trabajos,
no?
W. Quiroga: Qué te parece! Es indudable! se agrega un valor más al
resultado final. Eso es claro, no?
R. Soulé: Es como si fuese una suma: tenés un número más para sumar,
restar, dividir y multiplicar.
W. Quiroga: Y con resultado totalmente especial para ese nuevo valor
que se agrega, te das cuenta? Hay un sonido más, una forma más de
tocar, y, lógicamente, el resultado es distinto.
R. Soulé: Te voy a decir lo que me parece personalmente, aunque
arriesgo mucho: de alguna manera nosotros estamos volviendo a la
fuente, y creo que el sonido de Vox Dei del '74 se parece mucho al
del '68.
Pelo: Esto es un poco volver al principio de la nota...
R. Soulé: Nosotros entendemos ahora qué es lo que queremos, con esto
no te quiero decir que "nos la sabemos todas", porque no es así;
tenemos muchas dudas, pero también ciertas pautas que nos demuestran
que no estuvimos tan equivocados estos seis años. Hace cuatro años
grabamos y tenemos seis long plays, que es un buen ' promedio para
un país subdesarrollado como el nuestro. En general estamos
conformes, porque hemos logrado varias cosas positivas. Lo nuestro
no pretende ser un caprichito de hoy sino una cosa que se vaya
desarrollando. No queremos plantar la semilla ya, y cosechar mañana,
porque es imposible; sabemos que hay que esperar, y ahí estamos, sin
apuros, como dice "El Faisán y la Codorniz".
EL NUEVO INTEGRANTE DE VOX DEI
Pelo: Contanos un poco de vos como músico, tus experiencias, en fin,
de qué manera te integrás a Vox Dei.
Carlos: Yo estaba tocando en un trío de jazz, y siempre me gustó el
rock, no sé, quería meterme. Un día salió un aviso en el diario en
donde pedían un guitarrista de rock. A mi me interesaba, creí que
era interesante probar, porque quería integrarme, entendés? Entonces
llamé por teléfono, nos conectamos y empezamos a tocar.
R. Soulé: Quiero aclararte que el aviso no decía que éramos Vox Dei,
él sé dio cuenta después.
Escuchamos una especie de avance de lo que seguramente será una de
las caras del próximo long play de V0 D., donde Carlos contrapuntea
a manera de respuesta los fraseos de Soulé, de una manera bastante
sutil a pesar de la informalidad del caso.
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