Revista Pelo
septiembre 1971 |
La inestabilidad, los vaivenes y el rápido proceso de maduración del
movimiento de música popular en la Argentina absorbieron en su
actualidad noticiosa todo lo que se podía escribir sobre él. Sin
embargo, en este momento cuando ya ha cumplido más de seis años en
su desarrollo por alcanzar metas musicales más elevadas, muchas
etapas de su iniciación han quedado olvidadas o desconocidas por
aquellos que no vivieron esos momentos.
Para repasar ese pasado, Pelo, eventual mente, investiga en lo
ocurrido en esos confusos y fronterizos albores. Con esos
antecedentes, es interesante recorrer los momentos en que se
gestaron los primeros grupos, conocer cuáles eran sus aspiraciones
en aquel momento y hasta qué punto preveía a través de sus
grabaciones el surgimiento de una verdadera música pop argentina.
Uno de los grupos más antiguos, ya disuelto, es sin duda los
Walkers. Ellos vivieron diversas etapas del duro camino, del
tanteante sendero, del rock. Sólo uno de sus primitivos miembros
sigue empeñado en hacer música dentro de su país. Con él, se
entrevistó una redactora de Pelo para que contara la historia,
parcial quizás desde su punto de vista, pero objetiva en el tiempo,
de los difuntos Walkers, un grupo que, alguna vez fue líder y
compartió honores en la gestación de un rock, aún no logrado. Esto
es:
Los comienzos
"La idea de formar el grupo fue de Robert, a mí no me interesaba
demasiado, pero él insistía y hablaba en todo momento de la cosa. En
esa época cursábamos tercer año, nos sentábamos juntos y nos hicimos
amigos, de ahí surgió lo del conjunto. Al llegar las vacaciones
teníamos más tiempo; en febrero me vino a buscar a casa (los dos
vivíamos en San Telmo), para proponerme que hiciéramos, ya en firme,
un grupo de música beat; yo ni siquiera tenía guitarra, es más,
ninguno de nosotros tenía instrumento, conseguí que papá nos sacara
un crédito, que todavía estoy pagando, en Casa América, para poder
empezar a ensayar. Se nos unieron Tata, que tocaba el bajo, y
Daniel, que era batero; Robert y yo éramos los guitarristas. En
agosto del 66 debutamos en el Club San Telmo, estábamos muertos de
miedo, yo tenía tanta vergüenza que tocaba de perfil, me temblaban
las piernas.
El nombre lo elegimos porque nos gustaba y sonaba bien, era un
nombre inglés, en ese tiempo se usaba.
El éxito rápido
"Era un fanático de Escala Musical, tocaban Los Shakers a quien yo
admiraba y quería verlos personalmente; un día fui a la oficina del
programa para conseguir una entrada, había un lío tremendo,
Margarita, la secretaria de Carlos Bayón sin preguntarme nada me.
puso una solicitud entre las manos y me dijo que la llenara. No
tenía la menor idea de qué se trataba, cuando la leí me di cuenta de
que estaban organizando un concurso para descubrir nuevos valores,
sin quererlo estaba por entrar en la competencia del negocio del
espectáculo. La llené y volví para entregarla al día siguiente, le
arrancaron un talón numerado que me dieron junto con una fecha de
prueba para dos meses más tarde.
Eso significaba que había infinidad de anotados antes que nosotros;
así y todo nos las arreglamos para olvidarnos de la prueba que
teníamos que rendir, aunque la música nos interesaba mucho y ese
fuera un buen camino para hacernos conocer teníamos tanto miedo, que
pensábamos que éramos muy malos, que llegado el día buscamos una
excusa para no presentarnos. Me acuerdo que Robert entró a una
farmacia y compró venda y yeso para enyesarse el brazo, simular un
accidente y no dar la prueba. Nos dan un mes más de plazo y ya,
quisiéramos o no, tuvimos que superar el miedo y nos presentamos,
fue un jueves casi a fin de año, nos escuchan y nos dicen que el
sábado próximo tenemos que tocar en el Club Montañés, donde el
público debe decidir aplaudiendo quiénes van a ser los que entren al
programa.
Gracias a que papá es ingeniero teníamos unos equipos bárbaros,
insólitos para esa época y para un conjunto recién formado.
Hacíamos una línea musical fuerte, tocábamos temas de los Rolling
Stones, que en ese momento eran la super onda, en inglés, por
supuesto. El sábado de la presentación fracasamos rotundamente
porque cada conjunto llevaba una barra de amigos para que lo apoyara
y nosotros no teníamos ninguna; pero Carlos Bayón nos había
escuchado y pensaba que teníamos condiciones, nos cita para charlar
el lunes en su oficina y cuando vamos nos contrata como segundas
figuras después de Los Shakers.
A la fama a pasos agigantados
Durante siete meses actuamos en el programa y en clubes, el 4 de
agosto del 67 nos contratan como primeras figuras. Fuimos el primer
conjunto argentino con distorsionador, al principio la gente no
entendía nada. Grabamos nuestro primer simple para Music Hall:
"Gloria" y '"Agarrate", en inglés; en treinta días se venden 30 mil
placas, antes de grabar el disco se había retirado Daniel y había
entrado Corre; el éxito fue tal que sacamos nuestro primer long play
a fines de diciembre. Un mes después sale otro simple: "La Carta",
del que se venden 80 mil discos, las grabaciones se suceden. En
marzo del '68 "Tamborín Verde"; en abril el segundo larga duración,
el 25 de mayo sale a la venta "Jennifer Ecclés' y en agosto damos
nuestro primer recital en el teatro Payró junto a Los Gatos.
Teníamos el pelo largo y nos agredían por la calle, una vez desde
una obra en construcción me tiraron un cascote así de grande -se
señala un puño- que si me pega, me mata; la gente no estaba
acostumbrada a los melenudos. Durante los carnavales del '68 pudimos
ahorrar bastante plata, Robert nos anunció que se iba, quería viajar
a Inglaterra, para reemplazarlo entró Polo del grupo Mockers,
cambiamos los temas en inglés por temas propios y sale "Chica
Triste".
El 1º de enero aparece el tercer long play programado por Music Hall
para Navidad, pero que se retrasó, contiene doce temas míos y de
Polo, fue el que menos se vendió (600 discos) porque tuvo muy poca
difusión por parte de la grabadora.
En marzo del 69 otro simple "Llámame Relámpago", un éxito de los
Who; a raíz de la poca venta del long play-tenemos discusiones con
la empresa y cambiamos de productor.
Un breve repunte
En 1968 habíamos actuado en dos recitales en Acassuso y hecho giras
por el interior y países limítrofes, la revista Pinap nos había
dedicado su tercera tapa (junio de ese año) y actuamos en dos
películas: "Digan lo que digan", con Raphael, a fines del '67 y "Un
muchacho como yo", con Palito Ortega, en marzo del '68.
Ricardo Kleinman empezaba a producir para Music Hall y tenía interés
en nosotros, no perdíamos nada y aceptamos reemplazando a Héctor
Migliano.
Nuestro séptimo simple "Miel Silvestre", en septiembre del '69
vuelve a ponernos en cartel con una muy buena venta, no me acuerdo
de cuanto, en noviembre el primero en castellano: "999 Marina",
habíamos repuntado. En enero competimos en el Festival de la Canción
de Mar del Plata con un tema: "Tu y yo" y nos colocamos cuartos al
poco tiempo se edita el disco.
Los productores nos presionaron para grabar "Balada para un loco",
en ritmo beat, Tata se había retirado entrando Machi, de la
primitiva formación sólo quedaba yo. No queríamos grabarlo, respeto
a Piazzolla y pensaba que el resultado iba a ser malísimo, pero nos
hacen entrar en razón. Ferrer viaja a Buenos Aires y se muestra
conforme, el simple vende 18 mil placas. Ya para los carnavales del
'70 estábamos muy mal; tuvimos una charla con Litto Nebbia que nos
dijo una serie de verdades y decidimos separarnos de la agencia, los
temas de Litto nos habían gustado y grabamos el que sería nuestro
último simple con dos canciones suyas: "Piensa en mañana" y
"Tiempo", las ventas son desastrosas.
En abril y como no pasaba nada Polo se va, entra Héctor Starc, a las
dos semanas se retira Corre y lo reemplaza el negro Black; pensamos
en formar otro conjunto que iba a llamarse Victoria, pero la cosa no
se realiza. Ellos formaban parte del circo, nosotros siempre nos
mantuvimos al margen de él. Estaban en otra cosa y por esa razón la
idea no prosperó y Los Walkers se disuelven".
El fin de una historia
"Nuestros discos se editaron casi todos en Centroamérica y "Miel
Silvestre" en Inglaterra, además de lo musical se elogiaron mucho
las técnicas de grabación.
Todo había terminado, un conjunto más había desaparecido, pero yo
elegí un camino, el de la música, que no pienso abandonar, para eso
dejé ingeniería, tengo 22 años y muchas cosas que hacer todavía.
Me atrevo a decir que Los Walkers fueron, después de Los Gatos, el
conjunto más importante; colaboraron con un granito de arena en la
música beat argentina. Personalmente, la experiencia me dejó un
saldo positivo".
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