|
Siete Días Ilustrados
11.02.1974
Carta
¿Quién ignora que Siete Días y Mar del Plata hacen muy buenas
migas? Si desde sus orígenes la revista ha insistido en reflejar
este fenómeno tan caro a los argentinos es, entre otras razones,
porque Mar del Plata no puede explicarse de una sola vez, porque
su imagen es mutante, aun cuando algunos de sus rasgos pertenezcan
a la idiosincrasia nativa, generosa o trivial, entregada a la
vorágine de los forasteros, se parece bastante a una ilusión
joven, a la alegría de vivir, un espíritu que nos gustaría pudiera
irradiarse a todos los confines del país. En la semana en que Mar
del Plata cumple su primer centenario de existencia, Siete Días
ofrece (a partir de la página 35) un retrato que seguramente
contribuirá a entender ciertas claves: es que el milagro se
produjo a partir del magnetismo que ejercen sus arenas.
Mucho más al Sur, en Pico Truncado, Santa Cruz, dos enviados
intentaban, mientras tanto, pulsar la domesticidad de una gesta
cinematográfica que promete gratificar a una platea adulta,
comprometida con la historia nacional. Los pormenores del ímprobo
esfuerzo que demanda el rodaje de La Patagonia rebelde se relatan
desde la página 64.
Y, en fin, en la página 76 abre un informe remitido desde
Washington por Juan Abraham, corresponsal de Siete Días en USA, en
donde describe las razones del creciente prestigio que obtiene
allí un científico argentino, el doctor Gregorio Kross.
Columnas vertebrales de este número, esas tres notas proponen un
respiro edificante y alentador en mitad de este verano tan
tórrido, no sólo meteorológicamente.
EL DIRECTOR
Susana Gilart, quien aparece en la tapa de este número, posó en
Mar del Plata para el fotógrafo Mariolino Castellazzo.
|
|