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Revista Siete Días Ilustrados
14.02.1975
carta
Los extranjeros que visitan a Buenos Aires suelen sorprenderse por
dos hechos contundentes: la imponencia de la urbe y la esforzada
laboriosidad de las mujeres porteñas. Siete Días —sus lectores ya
lo saben— se ha impuesto la obligación semanal de registrar ese
esfuerzo. Pero en esta entrega se quiso averiguar, además, un
costado que el periodismo vernáculo sólo ha tocado
tangencialmente: por qué trabajan las mujeres y cuántas de ellas
tienen real necesidad de hacerlo. Un equipo capitaneado por el
prosecretario de Redacción Rodolfo Andrés (integrado por los
colaboradores Hugo Ascti, Gabriel Coca y Víctor Redondo)
entrevistó a 250 porteñas para interrogarlas acerca de su
actividad cotidiana. La encuesta (que abarcó sectores de ¡la clase
media en un 50 por ciento) permitió avizorar que no siempre la
necesidad es una de las motivaciones que lleva a las mujeres a
transitar por fábricas y oficinas. Muchas de ellas ocupan un
empleo para afirmar su independencia o adquirir un peso más
decisivo en la pareja y el hogar. Los resultados completos se
publican a partir de la página 58.
Quizás una de las mujeres más destacadas de la Argentina -nadie le
discute el liderazgo en su especialidad- sea la controvertida
Pinky, un definitivo mito nacional. El jefe de Redacción Abel
González charló con ella en una quinta de San Isidro y compuso una
curiosa nota donde se descubren aspectos ignorados de su
personalidad, se indaga en torno de sus enfermedades y se revelan
sus ocultas facultades mágicas.
Por supuesto, no siempre las labores periodísticas son tan
agradables o reposadas. El martes de la semana pasada, mientras
cubría una nota en Mar del Plata, el redactor Daniel Kon (19)
sufrió un dramático accidente automovilístico que le impedirá
escribir y mesarse la pelambre por algún tiempo: se fracturó un
brazo en tres partes y debió ser internado en una clínica, donde
fue operado. Es que las tareas de los hombres de prensa no
figuran, por cierto, entre las más saludables.
EL DIRECTOR
Foto de la tapa: Mario Paganetti
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