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Un aporte de Héctor Álvarez
Revista Siete Días Ilustrados
20.06.1975
Si los argentinos son proclives al exitismo, a coronar de fáciles
laureles las testas de los héroes cotidianos, ése podría ser un
tema de reflexión que Siete Días sugirió, números atrás, a través
de una serie de minientrevistas a figuras que otrora concitaron
veneración y que ahora han sido devueltas al anonimato. El tema es
polémico, abunda en aristas filosas, no puede ser despachado en
cuatro o cinco páginas de la revista: en general, la idolatría que
desata un actor o un deportista, en un determinado momento de su
trayectoria, no puede ser pautada en términos racionales, visto
que obedece a las "razones" que dicta el sentimiento y que el
sentido común ignora. Los argentinos saben que, en este sentido,
el ejemplo más notable lo brinda un hombre nacido en Francia en
las postrimerías del siglo pasado, cantor de tangos en el Río de
la Plata, muerto en un accidente de aviación, en Colombia, hace
exactamente 40 años. Fenómeno sin equivalencias, Carlos Gardel
sigue contando con adherentes fanáticos, es un fuera-de-serie a
quien se sigue prodigando admiración, no sólo en su país adoptivo
sino en otros en donde la música canyengue es apenas un rasgo
pintoresco. Precisamente, esta remota vertiente fue auscultada por
un equipo de redactores de Siete Días, cuya investigación
corrobora la increíble permanencia del mito. Ese trabajo, henchido
de testimonios y anécdotas y de fotos poco conocidas, ocupa siete
páginas de la presente edición, a partir de la 28.
EL DIRECTOR
Foto de la portada: Elsa Falaschini por el fotógrafo Osvaldo
Dubini
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