Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


Revista Siete Días Ilustrados

LA CONGOJA ARGENTINA
A pocas horas de su fallecimiento resulta prácticamente imposible asumir como un hecho inapelable su desaparición física del escenario político argentino. Durante treinta años —acaso desde que se hizo cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión, en el mes de noviembre de 1943— Juan Domingo Perón fue el protagonista más notorio e influyente de la vida nacional. Su prédica en favor de los desposeídos, de la dignificación de los sectores más humildes de la población, basamentaron una filosofía que trascendió vastamente las fronteras del país y cuyas consignas infundieron fe, solidaridad y coraje a quienes pugnaban por la Justicia Social, su principal objetivo. "Nuestra revolución tendría poca razón de ser si no pudiésemos cumplir lo que nos propusimos al ponerla en marcha. Uno de sus postulados sobresale por su importancia de todos los demás: la Justicia Social" había dicho, precisamente, desde su flamante Secretaría el 26 de noviembre de 1944. El fiel cumplimiento de esta premisa signó su actuación pública y lo convirtió en uno de sus máximos adalides en todo el mundo: en lo que va del siglo, ninguna otra personalidad argentina —cualquiera sea o haya sido su órbita de acción— alcanzó tan alto grado de reconocimiento fuera y dentro del país.
Hoy, su coherencia de principios, empieza a erigirse en un símbolo al que los argentinos deben, necesariamente, recurrir: si la unidad es requisito indispensable para no recaer en sometimientos —un aserto que no tolera dudas—, esta dramática coyuntura argentina y latinoamericana sólo podrá superarse con serenidad y sensatez, atributos que identifican a quienes forjan la paz y grandeza del país bajo el pleno imperio de sus instituciones.
En la tarde del 1º de julio el país ingresaba en un cono de desasosiego: sólo la intensidad del entusiasmo y la adhesión que encendía su presencia son comparables a la enorme congoja que abre su desaparición física, algo que todavía cuesta admitir y que representa la ratificación póstuma de la inigualada magnitud del liderazgo que ejerció Juan Domingo Perón. 
Norberto Firpo
La cobertura gráfica de esta Edición Extra fue realizada, con la coordinación general de Hugo Pérez Campos, jefe de fotógrafos, por Antonio Capria, Mariolino Castellazzo, Eduardo Comesaña, Osvaldo Dubini, Pablo Goldberg, Daniel León, Eduardo Nuñes, Mario Paganetti, Carlos Pesce, Mario Podestá, Roberto Ramírez, Armando Rivas, Osvaldo Varone y Carlos Zapata
05/07/1974

 

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