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Carta
Los psicoanalistas dicen que en esta época del año los hombres se comportan de una manera muy especia!: procuran ser un poco mejores, o por lo menos más tolerantes, muestran una extraña inclinación a la sonrisa, procuran despejarse mentalmente y poner al día los asuntos que han ido demorando, a veces con premeditación. En suma, intentan lucir aseados y prolijos a los ojos del nuevo año. Según parece, esta tendencia tiene intrincadas explicaciones, pero se cumple con fe y optimismo: en el fondo todos alentamos la firme esperanza de un mundo mejor a partir de nosotros mismos, de nuestra familia y de nuestros amigos. Por eso es que diciembre también es proclive a las sumas y saldos: prácticamente no hay medio periodístico que no repase cronológicamente la historia más reciente, con el propósito de proveer a ¡os lectores de una perspectiva que !a memoria suele distorsionar. Siete Días optó por ser fiel a esta tradición, aun cuando consideró que valía la pena no recaer en estereotipos, soslayar las reiteraciones. La primera muestra del criterio adoptado se vierte en este número, a partir de la página 36, en donde se condensan opiniones muy concretas sobre la actividad deportiva y artística de 1974. Pero, ¿y qué nos pasará en el 75? Con el indispensable humor que irradia el planteo, los lectores celosos de su destino y con ganas de divertirse hallarán pistas muy sutiles entre las páginas 56 y 59, en donde se ventila un curioso, nada complaciente horóscopo chino.
EL DIRECTOR
DIRECTOR
NORBERTO FIRPO
Revista Siete Días Ilustrados
23.12.1974
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