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Periscopio
AÑO 1 • Nº 31 • BUENOS AIRES, ABRIL 21, 1970
La renuncia de Lorenzo Raggio, anticipada por periscopio hace dos meses (ver Nº 23), no clausura un proceso: él, y sobre todo el Subsecretario, Tomás de Anchorena, caen convertidos en caudillos de las fuerzas ruralistas, así como, la semana anterior, Roberto Huerta fue acogido por diversos sectores de la opinión cordobesa como paladín del federalismo. El agro, unido como pocas veces, cuestiona hoy firmemente la conducción económica (págs. 12-14 y 22-24).
Otra baja significativa sufrió el Ejecutivo Nacional, la semana pasada: el general Eduardo Señorans, Secretario de la SIDE, no pudo tolerar las críticas de otros miembros del Gabinete a la ineficacia de los servicios de Inteligencia. Pues las fuerzas estudiantiles y obreras se han radicalizado peligrosamente, y el retiro de Señorans pone en evidencia la inocuidad de una política anticomunista cifrada tan sólo en la represión (pág. 15).
La novela argentina recibía en 1968 uno de sus mayores trofeos: Para comerte mejor, de Eduardo Gudiño Kieffer. Pocas veces la realidad de Buenos Aires había sido explorada con oído más atento, humor más sutil y afecto más empeñoso. Nacido en Esperanza, Santa Fe, hace 34 años, hay en Gudiño Kieffer no sólo un escritor de talento, un antiliterato, sino un observador certero y eficaz. A partir de este número, esas dotes ingresan a una columna semanal (pág. 39).
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