CARTA AL
LECTOR
*JACQUELINE: Una viuda de 34 años abrió lentamente los
cajones del escritorio de su marido y pasó largas horas
inclinada, acariciando recuerdos. He aquí el inventario de
sus hallazgos: Dos recortes de diarios (un cable de Pakistán
que reproducía palabras de ella misma, en las que se
lamentaba de que su esposo no estuviera a su lado; otro, un
editorial del Washington Daily News donde se la elogiaba);
tres pelotas nuevas de golf y una cantidad de gemelos para
puños, desparejos. Un grisáceo universo de reliquias —
algunas trascendentes, grabadas ya sobre la historia de
nuestro siglo; otras nimias, tibias aún, desmesuradamente
próximas para la óptica de una familia cuyo jefe le fue
arrancado —, un puñado, menos de una docena, de amigos
valerosos y su propio coraje, su propia pálida sonrisa, es
ahora todo lo que le queda a Jacqueline Kennedy; los
elementos en que ella y sus hijos se apoyan para reconstruir
sus vidas. En páginas 20 a 22 se reproduce un amplio informe
preparado por Newsweek sobre los días y los proyectos de la
señora Kennedy después de la tragedia de Dallas.
*INVERSIONES: En el castillo de La Muette, París, se reunió
el más importante grupo de empresarios privados que haya
deliberado jamás sobre los problemas económicos de América
latina. Se trataba de crear una sociedad de inversiones
bautizada ADELA (Atlantic
Comunity Development Group for
Latin America), de la que participan empresas de una decena
de países. Van a aportar 80 millones de dólares al
desarrollo latinoamericano y, con ayuda de entidades
financieras internacionales, esa suma se elevará rápidamente
a 200 millones. Para tomar esa decisión, fue necesario
vencer la reticencia de dirigentes económicos franceses y
británicos, que aún prefieren invertir en las antiguas
colonias de sus respectivos países. Pero, en fin de cuentas,
se reconoció que la causa de la empresa privada es
indivisible, y que, desplazada de una vasta área mundial,
sufriría grave retroceso en las demás, Un enviado especial
de PRIMERA PLANA asistió a las sesiones del castillo de La
Muette (páginas 52 y 53).
*CINE: El año cinematográfico comenzó, el martes pasado, con
uno de los films más esperados de los últimos meses: El
gatopardo, de Luchino Visconti, que se analiza en página 40.
Una idea de la curiosidad despertada por 'El gatopardo' la
proporcionó un diario de la tarde, que desde hace tiempo
reduce a pocas líneas el comentario de las películas
estrenadas. Ese diario, en cambio, dedicó a la obra de
Visconti un artículo de 3 columnas, titulado "Un ejemplo",
donde se decía que en un comercio corrupto como el cine, El
gatopardo —por su tema y su realización— reconfortaba. No
obstante, el film padeció las eternas reglas del comercio: a
la versión lanzada en Buenos Aires, la misma que se difundió
en Estados Unidos, se le amputaron 45 minutos, quizá para
permitir la realización de cuatro funciones diarias.
Hasta el próximo martes.
EL DIRECTOR
DIRECTOR
JACOBO TIMERMAN
21 DE ENERO DE 1964
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