Y de pronto, una vez más, nos tocó vivir la
historia argentina en caliente, sobre la marcha. Esta vez
nos tuvimos que sumergir en la violencia, en lo
inexplicable. "Gente" de este número iba a ser distinta.
Ibamos a cubrir fotográficamente, recorriendo el país, el
momento dramático de la Argentina. Y lo estábamos haciendo.
No esperábamos, claro, la noticia tremenda que nos obligó a
cambiar, a ampliar el panorama. Sobre el filo del cierre,
llegó la información: "¡Mataron a Vandor!". No fue necesario
dar órdenes ni distribuir notas. Todos estuvimos, todos nos
zambullimos en el que quizás es el hecho más conmovedor, más
tremendo, de esta historia argentina que se escribe todos
los días y que nosotros podemos palpar y vivenciar. Saez
Germain, Mactas, Cristina Irala, Gelblung, Davel, Renée
Sallas, todos. Nadie necesitó indicaciones, porque la
sensibilidad periodística estaba a flor de piel. Fuimos a
las facultades, a Paseo Colón y a Azopardo —vimos
dirigentes, oímos declaraciones, nos empapamos del clima del
instante—, y, finalmente, seguimos paso a paso el destino
final de Augusto Timoteo Vandor. Abaca, Rodríguez, Gemelli,
Barrancos, Alessandrini, Forte, Paganetti —nuestros
fotógrafos destacados en la cobertura—, estuvieron en
Hipólito Irigoyen al 4200 —donde se velaban Jos restos del
"Lobo"—, desde las seis de la tarde del último lunes hasta
que fue necesario. Sin dormir. Sin querer dormir. Rodríguez,
ubicado en el palco del local de la Unión Obrera
Metalúrgica, fue protagonista de su propio derroche de
ansias de documentar lo que veía. A las dos y media de la
mañana del lunes, asomado sobre la gente que desfilaba ante
el féretro, perdió pie y cayó, a veinte centímetros del
ataúd. El silencio fue total. Dos minutos después, con su
máquina en alto, Alberto Rodríguez emergía con la cabeza
cubierta de flores, tambaleante, pero sin dejar de disparar
su flash sobre el cadáver de un hombre que abre el asombro y
el gran interrogante argentino: "¿Y ahora qué?"
La "otra Gente", la que no fue, tenía además a un gran
desaparecido: Nicolino Locche, un campeón del mundo que
parece temerle al gimnasio y olvidar por momentos la
magnitud de su corona; a los jugadores de Boca —los
ganadores impresionantes de Independiente en un domingo muy
significativo—, viendo en La Candela el partido filmado
River-Racing; a la guerra de los Otelo: el de los Beban
—canal 13— y el humorístico Osvado Pacheco —canal 9—,
emitidos a la misma hora del mismo día peleando con
distintas armas por los ratings. Notas que también hacían a
nuestra actualidad, a nuestra forma de perforar la realidad
de cada minuto. No fueron. Los hechos que conmueven hoy al
país ocupan este número de "GENTE y la Actualidad" en un
porcentaje lógico para los que tenemos el oficio de contar
qué pasa. De todos modos, hay un gaucho legendario de Salta,
unos muchachos que hacen música pensando en los niños, una
nota que preanuncia cómo van a andar los pioneros
norteamericanos en la Luna, el rostro de Víctor Bo, un
genial ejecutivo antiejecutivo, los baches célebres de
Buenos Aires, nosotros y Rockefeller, junto al crimen del
dirigente, los atentados terroristas, Bahía Blanca. Todo, en
fin, lo que constituye esta manera de comunicarnos ustedes y
nosotros que se llama "Gente".
Gente y la Actualidad
03.07.1969
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