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AÑO X • Nº 496 • BUENOS AIRES, AGOSTO 1º, 1972
CARTA AL LECTOR
La circunstancia de haber salido hace apenas noventa y seis horas de Buenos Aires y escribir esta carta desde Madrid concede un privilegio: vivenciar los dos centros del acontecer político argentino.
En Madrid se vive el proceso con equilibrada expectativa y aplomada seguridad. En las tratativas, o fuera de ellas, mantuvo invariable la posición asumida, la actitud, la argumentación, el lenguaje: lo que expresa coherencia y responsabilidad.
El Presidente Lanusse, en cambio, ratificó en el discurso ante sus camaradas la cambiante línea política que lo caracterizó desde un comienzo. De "ofrecer" el camino hacia una democracia estable pasó a amenazar con una dictadura; de enviar emisarios ante Perón (Cornichelli, Sapag, Rojas Silveyra. . .) se convirtió en el agresor que pierde hasta el estilo de su rango; de supuestas actitudes comprensivas ha caído en reacciones ofuscadas, plenas de odio y resabio personal; de un tratamiento respetuoso a las fuerzas políticas y a la civilidad ha pasado a la reprimenda de tutor enojado y severo.
Algo no debe funcionar en el plan político oficial para que su máxima cabeza sorprenda al pueblo con actitudes tan temperamentales. Salvo, cabe la otra posibilidad, que ésta haya sido la permanente actitud sólo encubierta para un logro determinado. De todos modos resulta claro que el Presidente aún no comprendió que la historia de una Nación pasa muy por encima de la historia de los ataques personales.
Que el proyecto político de un grupo corra el peligro de frustrarse no da derecho a trasladar sus amargas sensaciones a la sorprendida expectativa de todo un pueblo.
Desde Madrid se observa que por aquí pasa la línea más nacional y prudente del dramático proceso argentino. Madrid, julio 31 de 1972.
Hasta el martes próximo. El Director.

DIRECTOR MANUEL URRIZA

PRIMERA PLANA APARECE LOS MARTES