-TETE COUSTEREAU (20), además de shockeante,
es nuestra chica de tapa. Su actividad profesional se divide
entre pasar modelos —"Soy mannequin"— y en posar para
publicidad. Ganó el concurso "Miss young intemational" y
estuvo en Tokio dos meses. De allí concurrió a Osaka, a la
Expo '70, donde volvió a concursar y salió sexta, entre más
de cincuenta participantes de todo el mundo. Es de General
Roca, Río Negro. Afortunadamente para los porteños, se
radicó en Buenos Aires desde hace un año. Las ropitas que
utilizó para posar son de Penelop. Los ojos hermosísimos y
esa silueta magnífica son de ella.
-¡Qué cierre! Uno de los más agitados de las últimas
semanas. Una actividad variada, una actualidad cambiante,
últimas noticias sobre la economía, sobre el paro de la
C.G.T.; la muerte de De Gaulle, que obligó a cambiar algunas
notas y a un gran esfuerzo por parte del taller que ya tenia
impresas varias decenas de miles de tapas que hubo que
rehacer para agregar este acontecimiento. Cambios, muchos
cambios, todo el mundo disconforme, con una elección de
fotografías o con un título que no gustaba. Así, con mucho
esfuerzo, corridas, marchas y contramarchas llegamos a este
nuevo número de GENTE, con todas las imperfecciones, con los
aciertos, con las cosas que a usted le han de gustar y con
las que seguramente habrá de discutir. Y eso es GENTE. En
todo este apurado andar hay que hacer tiempo para anunciar
el retorno de un hombre de GENTE de la primera hora, que
tomó otros rumbos, y que periódicamente volverá con sus
notas: Leo Gleizer.
—Beagle... ¿Qué es eso?
Esta pregunta fue el motivo de una nota. Todos hablamos de
Beagle, pero cuántos realmente sabemos qué es, qué
significa, dónde está, cuál es su importancia. El viernes
por la tarde salió la noticia del arbitraje que la Corte de
La Haya y su Majestad Británica harán sobre el caso entre
Chile y Argentina, y horas más tarde, Samuel Gelblung y el
fotógrafo Antonio Legarreta viajaban a Ushuaia, desde donde
harían el reconocimiento aéreo y fotográfico de la zona en
conflicto. Tuvieron que intentar varios vuelos a distintas
horas, pues las características meteorológicas de la zona
hacen muy variable las condiciones de visibilidad.
Finalmente, casi a las ocho de la noche del domingo —allí
todavía es de día—, se logró completar el
reportaje-documento que publicamos como absoluta primicia en
la Argentina.
Renée Sallas y Carlos Abras pasaron un triste domingo. Fue
en el campo La Biznaga, de Roque Pérez, donde sufrieron una
larga espera para entrar a entrevistar a la princesa
Alejandra —que estaba de visita en nuestro país—, en su
único día de descanso. La policía, los dueños de la
estancia, todos estuvieron en su contra. Sólo la buena
voluntad de algunos funcionarios. Juan Carlos Katzenstein,
entre otros, hicieron que la cosa fuera un poco soportable.
Finalmente, a las seis de la tarde, después de 8 horas, Su
Alteza pasó a caballo junto con sus anfitriones. Los gritos
de Renée retumbaron en el campo y la princesa giró su cabeza
sorprendida por la impertinencia, circunstancia que el
fotógrafo, Carlos Abras, aprovechó con sus largos
teleobjetivos y su Nikkon con motor. Una exclusiva secuencia
de esa cabalgata. La nota iba en cuatro páginas, pero la
muerte de De Gaulle obligó a suprimirla. Mucho más triste
resultó para nuestros enviados el regreso que el esfuerzo,
que finalmente terminó en el archivo.
Y Monzón ganó. Y nosotros debemos reconocer dos graves
pecados periodísticos. El primero, que como nadie confiaba
en Monzón, no fuimos a Roma a cubrir la pelea. El segundo,
que basado en el mismo criterio, las agencias de noticias
internacionales no previeron el envío de fotos originales
con destino a la Argentina. Dos pecados que nos obligan a
confesar que no damos la nota que realmente hubiésemos
querido. Todo el material es de primera mano, exclusivo,
íntimo, de adentro. Pero fotográficamente debimos recurrir a
un recurso de última instancia: las radiofotos. Perdón,
Monzón. Perdón todos.
Revista Gente y la Actualidad
12.11.1970
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