Chica de tapa: Graciela Borges
Redacción de GENTE. Una de la madrugada del martes. Todo el
mundo trabajando. Como si fuesen las once de la mañana.
Diego Acosta, nuestro corresponsal en Córdoba, nos mantenía
informados minuto a minuto de todo lo que allí estaba
ocurriendo. Mientras tanto, en la Junta de Comandantes en
Jefe, dos cronistas y dos fotógrafos cubrían la imprevista
reunión que había comenzado a las 18.30. En Casa de Gobierno
otro equipo aguardaba novedades. También en el Ministerio
del Interior cronista y fotógrafo esperaban las
declaraciones del brigadier Cordón Aguirre, que informaría
sobre los temas que se trataron en la reunión de los
Comandantes en Jefe. En la residencia presidencial de
Olivos, otro grupo de hombres de GENTE estaba alerta a
cualquier visitante imprevisto. En Ezeiza, Juan Crossa,
nuestro piloto, tenía listo el avión de GENTE, un Cessna
310. Habíamos decidido volver a Córdoba. En la mañana del
lunes habían regresado desde allí nuestros enviados, Alfredo
Serra y el fotógrafo Jorge Díaz, que cubrieron los primeros
desórdenes y además realizaron una exclusiva entrevista con
el gobernador José Camilo Uriburu.
Nuestros hombres retornaron para entregar la nota, mientras
quedaban a cargo de la cobertura, en esa ciudad, Diego
Acosta y dos fotógrafos. Pero no estábamos conformes
todavía. Los actos de vandalismo y pillaje se iban
multiplicando. Entonces nuevamente Serra, que todavía no
había podido volver a su casa, junto a Hugo Doliani y el
fotógrafo Carlos Abras, abordaron nuestro avión y
desembarcaron en el aeropuerto de Pajas Blancas a las cuatro
de la mañana. La ciudad estaba desierta y no había ningún
vehículo para poder llegar al centro de Córdoba. Hubo que
recurrir a soluciones desesperadas. Entonces pretextaron la
enfermedad de Doliani y pidieron una ambulancia. Con ella
pudieron llegar al centro de los lamentables acontecimientos
que se estaban viviendo. Fueron testigos de todo lo que allí
estaba ocurriendo. En un improvisado laboratorio se
revelaban, mientras tanto, las primeras películas de los
hechos y Crossa, el piloto, descansaba en un cuarto de hotel
para poder retomar la máquina después del mediodía y
regresar a Buenos Aires con todo el material. Antes del
retorno nuestros enviados pasaron por la Gobernación y
nuevamente —en 48 horas— volvieron a entrevistar a Uriburu.
De allí, directamente a Pajas Blancas. Y nuevamente en vuelo
a Buenos Aires. El laboratorio, las copias, ampliaciones, la
diagramación. Además, el mismo mártes agregábamos una solapa
a la tapa para anunciar la exclusividad de todo el material
que teníamos sobre los episodios. Un esfuerzo de nuestros
talleres que debieron multiplicar las horas de trabajo para
poder imprimir lo que prácticamente significa una doble
tapa. También el martes por la tarde Mariano Grondona, uno
de los más importantes comentaristas políticos argentinos,
concluía las respuestas a un cuestionario sobre la situación
actual del país a la luz de los últimos acontecimientos. Y
en Casa de Gobierno, a las cinco de la tarde, dos hombres de
GENTE esperaban los resultados de la reunión del CONASE, que
con la presidencia de Le-vingston se había convocado para
tomar urgentes decisiones. Terminada esta reunión se reunió
con Levingston el gabinete militar. A las once de la noche,
como resultado de estas alternativas, en Casa de Gobierno se
leía un comunicado en cuyo punto fundamental se anunciaba
que el gobernador de Córdoba, Uriburu, había presentado su
renuncia. Así, a las doce de la noche del martes,
entregábamos al taller las últimas páginas de esta edición,
uná de las más agitadas de los últimos tiempos.
Revista Gente y la Actualidad
18.03.1971
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