Sucedió a 11 kilómetros de Paraná, exactamente
frente al monolito que recuerda el triunfo de Pancho Ramírez
sobre Artigas. La comitiva de la Unión Cívica Radical se
dirigía al aeropuerto, tras completar otra etapa de gira
preelectoral. La lluvia, la correntada, de repente se
hicieron presentes. El tema político fue tapado
instantáneamente por esas aguas que amenazaban con la
tragedia. GENTE vivió desde adentro ese largo momento, que
se prolongó más de 20 minutos. No fue obra del heroísmo ni
de la casualidad. Fuimos protagonistas y no espectadores
simplemente por esa costumbre que nos obliga,
cotidianamente, a estar lo más cerca posible de la noticia.
Esta vez dos de nuestros hombres, Luis Mas y el fotógrafo
Ki-Chul-Bae, estuvieron en el lugar del hecho. Luis Mas, al
llegar a la redacción debió responder a mil preguntas.
Reiteró varias veces la singular presencia de ánimo del
doctor Ricardo Balbín, el gesto de su señora cuando dijo:
"Si vamos a morir cantemos la Marcha Radical", el dolor ante
la pérdida irreparable de un miembro de la comitiva. Con
toda sinceridad nos confesó: "No estuve entre los que
corrieron más peligro, pero si tuve bastante miedo. Quien
arriesgó más de la cuenta fue Ki-Chul-Bae; no sólo afrontó
el peligro del agua sino que sacó cinco rollos de
fotografías y tuvo resto para indicarle a dos hombres
seriamente comprometidos cómo salvar sus vidas". Otra cosa
que está en la trastienda del suceso y que rompió el clima
ds tensión fue el diálogo que tuvo el veterano fotógrafo de
GENTE, Ricardo Alfieri, con el coreano Ki-Chul-Bae. Don
Ricardo, que tiene el virus de hablar en todos los idiomas
posibles, tratando de ajustarse ai coreano básico de
Ki-Chul-Bae le preguntaba textualmente: "¿Haber agua mucha,
Chul? ¿Y rollos. . ., sacar tú muchos? ¿Y haber luz buena o
luz mala?" En fin, cosas sin importancia que nosotros le
contamos a usted porque, por todos los medios posibles,
queremos salvar las distancias para que usted viva la
noticia y también su "cocina".
La cuenta regresiva del proceso electoral llega a su fin, Ya
estamos prácticamente en la víspera del comido. GENTE que se
debe a la actualidad, siguió el proceso, todos sus pasos.
Trató de interpretar los hechos presentes, los pasados, los
futuros. En todo momento quiso servir de puente entre el
hombre de la calle y el acontecimiento. En la etapa más
reciente siguió a las fracciones políticas en sus giras,
hasta culminar en la de Balbín, que nos llevó, precisamente,
a vivir un hecho inesperado. En este número ofrecemos un
último y completísimo servicio electoral, con el que hemos
tratado de interpretar, de dar respuesta a toda la gama de
dudas que el ciudadano pueda tener. Para concretar este
trabajo en todo momento tuvimos presente que el domingo irán
a las urnas cerca de tres millones de jóvenes que nunca
antes votaron y muchos más que hace muchos años que no lo
hacen. Votar es un ejercicio para el cual hay que estar
adiestrado. De alguna manera este servicio que ofrecemos
intentará servir de "manual" para ayudarlo a recordar
quiénes son los candidatos y cuáles son los ideales de sus
partidos.
Pero más allá de la tarea periodística queremos decir algo
que vale para todos. El 11 de marzo es una fecha que nos
tiene que importar y hasta doler en carne propia. Deberemos
ir a las urnas, a colocar un voto. Pero detrás de ese voto
—hay que recordarlo— queda un buen trecho de nuestra vida y
de nuestra historia. Muchas cosas han pasado en nuestro país
entre ei voto pasado y éste. Hubo angustia, sangre, dolor,
pesadumbre, desencanto. Es imprescindible tener plena,
profunda conciencia de todo lo que nos pasó y nos dejó de
pasar. Provistos de la libreta de enrolamiento, Y DE ESA
CONCIENCIA, deberemos entrar en el cuarto oscuro. Y
resolver, sí, sobre nuestro futuro.
Revista Gente y la Actualidad
8 de marzo de 1973
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