Revista Gente y la Actualidad
22.06.1972
DETRAS DE LA ESCENA
El balance de un cierre es una suma de alegrías y de
broncas, Y esta vez las broncas superaron a las alegrías.
Para reflejar la pelea. Monzón-Bouttier teníamos previsto un
excepcional servicio de Agencia GAMMA, a la que GENTE está
asociada. Sin embargo, no nos quedó otro remedio que
mostrarles radiofotos. El avión que traía ese material
exclusivo fue afectad o por la huelga mundial de pilotos y
quedó detenido en Río de Janeiro, donde resultaron inútiles
todas las gestiones para trasbordar el precioso sobre a otro
vuelo. Lo sentimos mucho, mucho. Pero la palabra "imposible"
existe...
La huelga mundial de pilotos "apretó" también a. Samuel
Gelblung y Humberto Speranza, que debieron viajar a Chile
para entrevistar a Yves Montand, que está filmando "Estado
de sitio", en Viña del Mar. Nuestros enviados tuvieron que
dialogar con el actor-cantante en los altos del rodaje, pues
de otro modo no hubieran llegado dentro de la hora de
cierre. Sin embargo, el apurón dio resultado: eludieron la
huelga y trajeron la nota.
Se casó Renée SalLas. Mejor dicho, se nos casó Renée.
Compañera nuestra, amiga, buena tipa, y conste que no le
hacemos el artículo porque ella se lo hizo sola, al punto
tal que encontró un marido en uno de sus viajes. El se llama
Raúl Crespo y el jueves pasado todos nosotros le hicimos la
despedida. Vimos mucha gente, pero algunos de ellos además
de saludar a Renée tuvieron que trabajar: Mercedes Sosa
cantó, como siempre, o sea, "como nunca"; Carlitos
Perciavalle arrasó con un humor ácido, crítico e
inteligente, y Geno Díaz, de GENTE, ese día ofició de
maestro de ceremonias. Pero lo más importante de todo esto
es que Renée, o el corazón de Renée, tiene un celoso
guardián. Sólo nos queda la esperanza de que sea lo
suficientemente flexible como para que ella siga siendo de
nosotros. Y, desde luego, también de ustedes.
Hace tres años nuestra Cristina de Irala se transformó en la
primera mujer periodista que entraba a un vestuario de
fútbol, en River. Este domingo nuestra María Larreta
experimentó por primera vez lo que es ver, escuchar, saltar,
gritar y vivir un partido de fútbol. Esta vez fue en Boca.
En el clásico Boca-River. María fue como novata, se asombró
de casi todo y terminó contagiándose de todo lo que la
rodeaba. También la platea se contagió de ella. "¿Quién es
esa lindita que está ahí abajo?", vociferó un gordito desde
las plateas altas. Cuando llegó a la redacción después del
partido, nos comentó: "¡Qué barbaridad! ¡Cuántos tipos
juntos! Parece mentira. Creo que voy a volver a ir". Casi no
la escuchamos porque estaba medio afónica. Así seguimos
buscando la comunicación "en caliente", donde "las cosas se
calientan". ¿Hay otro lugar mejor que Boca-River?
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