Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


Revista Siete Días Ilustrados

Revista Siete Días Ilustrados
28.10.1968
La mujer dejó de ser subsidiaria del hombre. Este es un hecho cierto, incuestionable, que tiene vigencia en todos los países civilizados del mundo. Nadie discute que el incremento de la participación femenina en el quehacer público es una pauta demostrativa de progreso, uno de los principales índices de madurez social. La joven mujer argentina no elude ese canon, asume el compromiso y se enrola en una causa que todavía asusta y sorprende a las abuelas, acaso porque ellas no tuvieron la oportunidad —y la vocación— de ser protagonistas de su tiempo. Consecuencia de ello, ahora se sabe que el ingreso de la mujer a la vida extradoméstica no coarta su femineidad: la Naturaleza la ha dotado de atributos exclusivos para gozar de ese privilegio, para ampliar su radio de funciones sin renegar de su afición hogareña, para demostrar que el acceso a la intelectualidad no restringe su capacidad de seducción. Todo lo contrario. Los sociólogos consultados coinciden en que la incorporación de la mujer a la vida intelectual contribuye al mejor funcionamiento de la pareja y a asentar sobre bases más sólidas la relación madre-hijo. Sobre todo este proceso de cambio —acelerado en el curso de los últimos veinte años—, sobre los nuevos frentes de la evolución femenina, sus conquistas y sus batallas actuales, tratan las 32 páginas nucleadas bajo et emblema de la tapa: La Argentina y sus Mujeres. Es la primera vez que una revista del país produce tan vasto recuento de hechos y testimonios referidos a la mujer, sin recurrir a los estereotipos de la frivolidad. Por primera vez, también, SIETE DIAS brinda una edición que excede el volumen habitual de páginas, primera puntada de un plan destinado a retribuir el creciente apego de sus lectores. Para el caso de este número, ese propósito se cumplió gracias al esfuerzo extra de un equipo de redactores y corresponsales, quienes revisaron toda la bibliografía sobre el tema y cubrieron más de un centenar de entrevistas. Pablo Ananía estructuró y dio forma definitiva al material aportado por Elsa Jascalevich, Otelo Borroni, Néstor Lescovich, Pedro Pasturenzi, José Tcherkaski y Eduardo Molina y Vedia. La colaboración especial de Adriana (quien plantea un cuadro de los principales escollos que enfrentan a la mujer consigo misma, entre las páginas 28 y 30) incursiona en la psicología femenina, área en la que ejerce reconocido dominio.

 

 

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