Revista Siete Días Ilustrados
EN ESTE NUMERO
-El martes de la semana pasada, otras dos piscinas "personales" arribaron a Ezeiza; cada una contenía un delfín amaestrado, con destino a la Primera Exposición Marítima internacional, instalada en predios de la Sociedad Rural, en Buenos Aires. Los nuevos cetáceos —Bonzo II y Marina, un macho y una hembra— cubrirán por partida doble la baja producida el martes 11, cuando Bonzo I, al cabo de una extraña cabriola, cayó exánime, sin vida. El show —cuyas alternativas se ilustran a partir de la página 32 y en la foto de arriba— constituye el mayor acontecimiento para el mundo infantil, después del Topo Gigio; y no es para menos: a la notable destreza que muestran los animales (a pesar de su volumen: 150 kilos) se suma el enigma de sus notables dotes perceptivas, un misterio que apasiona a científicos de todo el mundo. La nota agrega un apartado especial: las únicas fotos de la muerte del primer Bonzo, un poema gráfico de infinita melancolía.
-Doce personas (cuatro mujeres, ocho hombres), vecinos de Los Angeles, Estados Unidos, decidirán si Sirhan Bishara Sirhan merece terminar sus días en una cámara de gas. El 5 de junio del año pasado, ese jordano de ojos saltarines, ahora cauto, dio muerte al senador Robert Kennedy, en las postrimerías de un mitin proselitista en el hotel Ambassador de esa ciudad. Los abogados a cargo de la defensa de Sirhan (izquierda) no aducirán inocencia, sino que se limitarán —eso pretenden— demostrar que el asesino es un individuo incapaz de premeditaciones, un simple exaltado que tuvo un arrebato de furia. Entre las páginas 22 y 24 se ofrece el primer reportaje editado en la Argentina a uno de los principales encargados de salvar a Sirhan de la pena de muerte: no solo revela cuál es la estrategia de la defensa, también algunos datos desconocidos de la sombría personalidad del victimario.
-Mar del Plata padece una grave enfermedad, ta del gigantismo. Volcada hacia las nubes más que hacia la playa, puede convertirse —si se mantiene el actual ritmo de crecimiento— en una colmena de cemento, todavía más intrincada que Buenos Aires. Es la ciudad que más construye en el mundo; casi el 70 por ciento de su población estable vive gracias a la industria de la construcción; los edificios más altos del país y de Sud-américa se yerguen allí (izquierda). Pero lo que a simple vista parece un orgulloso índice de progreso empieza a inquietar a las autoridades marplatenses, dispuestos a crear otros núcleos urbanos, en la periferia, para soslayar los riesgos -ya palpables- del hacinamiento: Sobre este fenómeno, único en el mundo, trata la nota que abre en la página 44.
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